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Claves de las elecciones en Turquía: un Erdogan no tan débil y segunda vuelta
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El voto ultranacionalista decide

Claves de las elecciones en Turquía: un Erdogan no tan débil y segunda vuelta

Dos semanas para acelerar una campaña con la ventaja que da partir ya del puesto y los recursos que da la presidencia

Foto: Partidarios de Erdogan celebran los resultados (EFE/Necati Savas)
Partidarios de Erdogan celebran los resultados (EFE/Necati Savas)

Con más del 99% escrutado, el ajustado resultado de las elecciones presidenciales turcas de este domingo aboca al país a una segunda vuelta el próximo 28 de mayo. El actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, se habría hecho con el 49,42% de los votos, frente al 44,95% del principal candidato de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu. Con estos resultados y si en las próximas horas Erdogan no supera la barrera del 50%, la segunda vuelta entre ambos contendientes es inevitable. Tras una noche electoral de infarto para un resultado que afectará mucho más allá de las fronteras de la propia Turquía, estas son las claves que deja la elección.

Erdogan menos débil de lo esperado

Desde su balcón y ante sus seguidores, sin embargo, Erdogan ha insistido en que todavía se puede ganar en la primera ronda. "Aunque los resultados finales no están todavía claros, vamos por delante con un gran margen. [...] Creo que terminaremos por encima del 50%", ha asegurado. Con el 99,38% ya escrutado, es muy poco probable.

Aunque es la primera vez que Erdogan se ve forzado a una segunda vuelta —en comicios anteriores ha pasado directamente en la primera vuelta con más del 50% de los votos y una holgada ventaja frente al resto de candidatos—, los resultados dejan claro que las encuestas se equivocaron, y Erdogan sigue remando.

Pese a una oposición unificada, el desgaste de los últimos años y una crisis económica galopante, Erdogan ha perdido apoyo, pero mucho menos del esperado. Una altísima participación y su alianza con partidos islamistas y fundamentalistas más a su derecha, así como una campaña sucia enfocada en elementos identitarios, le han servido para mantener el total apoyo del voto conservador, que se ha movilizado en masa, dejándole en una clara posición de ventaja de cara a la segunda vuelta.

Foto: Elecciones en Turquía. (Reuters/Dilara Senkaya)

En las elecciones legislativas, que se celebraban paralelamente, la coalición de Erdogan va camino de la mayoría absoluta, en una victoria que ha pillado por sorpresa. Este escenario no solo hace imposible una de las principales promesas de la oposición —reformar la Constitución y suavizar el presidencialismo creado por Erdogan durante sus años en el poder—, sino que también inclina la balanza de cara a la segunda vuelta, para apostar por la estabilidad de un líder y un parlamento del mismo color.

Un recuento caótico y batalla de narrativas

Los colegios electorales se cerraron a las 5.30 hora local, pero los resultados están todavía algo en el aire. Es solo un ejemplo del caos y nervios que ha marcado el recuento, publicado de manera extraoficial por dos agencias, la Anadolu (oficialista) y Anka (más cercana a la oposición). Durante las primeras horas, Anadolu ha ofrecido resultados que colocaban a Erdogan con una ventaja inicial de más de 10 puntos porcentuales frente a su principal rival, desatando una batalla de narrativas y acusaciones de fraude.

En la tarde del domingo, tanto los alcaldes de Estambul como de Ankara denunciaron que los votos de las zonas más pro oposición no estaban incluyéndose en el recuento a la misma velocidad que los votos pro Erdogan. Según Kılıçdaroğlu, sigue habiendo "objeciones" por parte de los observadores de la coalición de Erdogan al conteo de más de 200 urnas en Ankara y 780 en Estambul: esos votos tienen que volver a ser procesados y se retrasa el proceso. "Hay urnas donde el voto ha sido disputado seis, once veces. Están bloqueando la voluntad de Turquía, no podréis impedirlo con estas tácticas", ha asegurado el candidato. Su relato coincide con el de otros observadores en el terreno. El sistema electoral turco es todavía "libre, pero no justo" —según los observadores de la OSCE—, y sin un control absoluto ni fraudes electorales masivos —hasta el momento Erdogan no lo ha necesitado, su popularidad era real—, la oposición denuncia este tipo de tácticas de retraso en los conteos para generar una narrativa de que la caída de 10 puntos porcentuales de Erdogan hasta por debajo del 50% ha sido un "sospechoso pucherazo".

Foto: Un grupo de personas camina bajo la pancarta electoral del candidato presidencial turco Kemal Kilicdaroglu, líder del opositor Partido Republicano del Pueblo. (EFE/Sedat Suna)

No es la única narrativa en una campaña muy sucia en la que muchas voces dentro del estamento de Erdogan han dejado caer que una derrota del presidente sería "un golpe de estado" alimentado por potencias extranjeras. Pero el mayor blanco de este tipo de ataques ha sido el líder de la oposición, Kılıçdaroğlu, víctima de varios montajes y 'deep fakes', acusándolo de cercanía con el líder del grupo armado kurdo PKK, Murat Karayilan. En un tuit escrito en turco y ruso, Kılıçdaroğlu acusó directamente a Moscú de estar implicado en la producción de propaganda falsa: “Queridos amigos rusos. Estáis detrás de los montajes filtrados en este país, los complots y las cintas que contienen deepfakes. Si queréis que sigamos siendo amigos el 15 de mayo, sacad vuestras manos del Estado turco”.

En su discurso de la noche del domingo, Kılıçdaroğlu defendió que "a pesar de todas sus mentiras y ataques, Erdogan no recibió el resultado deseado. (...) Definitivamente ganaremos en la segunda vuelta. Los resultados preliminares muestran que Erdoğan no recibió el voto de confianza del público que esperaba. La necesidad de un cambio en la sociedad supera el 50%. La pérdida de votos del AKP también lo demuestra. El proceso de ingreso de datos [electorales] está en curso. Si la nación opta por una segunda vuelta, es más que bienvenido".

Segunda vuelta y el voto ultranacionalista

Aunque Erdogan aún sostiene que en las próximas horas podría superar la barrera del 50%, tal y como está el recuento el país está abocado a una segunda vuelta el próximo 28 de mayo. Dos semanas para acelerar una campaña con la ventaja que da partir ya del puesto y los recursos que da la presidencia.

Erdogan, así, parte con ventaja para esa segunda vuelta. Además del pequeño traspiés de la oposición y las dudas sobre la idoneidad del candidato (las encuestas apuntaban incluso a que Kiliçdaroglu podría ganar en primera vuelta), que ha desinflado cierta emoción por el cambio, la clave será cómo se repartirá el voto del tercer candidato en discordia, Sinan Ogan. El ultranacionalista ha obtenido un 5% del sufragio y, una vez eliminado de la carrera presidencial, es más probable que sus votos acaben en la coalición de Erdogan.

Que el ultranacionalismo turco tenga la llave para la elección, tanto la presidencial como la parlamentaria, es otro palo a las encuestas, que apuntaban a la importancia de la izquierda nacionalista kurda, que no ha sido suficiente para elevar a Kiliçdaroglu en esta primera vuelta.

En las próximas dos semanas, Erdogan podría centrarse en consolidar su base entre los círculos islamistas y nacionalistas. "Por ello, en su discurso de campaña ya se ha centrado en elementos de identidad, atacando a kurdos y a los alevíes", señalaba Seren Selvin Korkmaz, directora ejecutiva del think tank Instanpol Institute, a Pilar Cebrián en un reciente reportaje. Las acusaciones fueron contra su principal contrincante, que defendió públicamente su identidad aleví (una minoría étnica con raíces chiíes), o contra el terrorismo del PKK, para enfatizar que la seguridad sigue siendo una emergencia en este país.

Costa vs interior, economía vs seguridad

Vayamos ahora a la geografía de las dos turquías que deja la elección. En un fuerte mapa de calor, la oposición vence en las regiones costeras y las kurdas (este del país), además de las grandes ciudades como Estambul y Ankara (gobernadas ambas por alcaldes de la oposición). Pero el interior es todo para Erdogan (con la excepción de una única provincia, Tunceli, zona natal del candidato opositor Kiliçdaroglu).

La candidatura de Erdogan se ha impuesto incluso en las zonas más debastadas por el terremoto del pasado febrero, que dejó más de 50.000 muertos solo en Turquía (y otras tantas decenas de miles en Siria) y millones de daños en la infraestructura y las casas. Aunque parte de la responsabilidad y la rabia por la mala calidad de los edificios construidos en la última década y la falta de preparación sísmica ha recaído sobre Erdogan y su política inmobiliaria, eso no ha variado el voto, convencidos de que el actual presidente es el único que puede recuperar la zona.

placeholder Mapa de distribución del voto. En rojo, voto por Kiliçdaroglu. En naranja, por Erdogan. (Anadolu)
Mapa de distribución del voto. En rojo, voto por Kiliçdaroglu. En naranja, por Erdogan. (Anadolu)

La cuestión económica ha alimentado las expectativas y opciones de la oposición, pero no tanto como se esperaba. El país está inmerso en una prolongada crisis económica —agravada por una serie de decisiones tomadas personalmente por el propio Erdogan— y la inflación es una de las más acusadas en el mundo, el 43,68% según datos oficiales, pero superior a dos cifras según estimaciones independientes. Según el grupo de expertos independientes Enagrup, citado en un análisis del Real Instituto Elcano, en marzo la cifra interanual de inflación alcanzó el 112,5%, al tiempo que la lira se ha depreciado enormemente en los últimos cinco años, algo que los ciudadanos turcos notan de forma visible. Esto explica también cómo Erdogan ha arrasado en la mayoría de la diáspora turca, menos afectados por la crisis económica.

Pero frente a esa narrativa, ha vuelto la de la seguridad y la identidad, con las acusaciones al candidato Kiliçdaroglu de ser una marioneta de "terroristas" (en referencia a los kurdos), así como los temores —quizá fundados— de que una victoria de Kiliçdaroglu reduciría los privilegios que la parte más conservadora e islamista de la sociedad ha ido amasando en los últimos años de gobierno de Erdogan.

Con más del 99% escrutado, el ajustado resultado de las elecciones presidenciales turcas de este domingo aboca al país a una segunda vuelta el próximo 28 de mayo. El actual presidente, Recep Tayyip Erdogan, se habría hecho con el 49,42% de los votos, frente al 44,95% del principal candidato de la oposición, Kemal Kiliçdaroglu. Con estos resultados y si en las próximas horas Erdogan no supera la barrera del 50%, la segunda vuelta entre ambos contendientes es inevitable. Tras una noche electoral de infarto para un resultado que afectará mucho más allá de las fronteras de la propia Turquía, estas son las claves que deja la elección.

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