Dimite el ministro británico de Justicia, Dominic Raab, acusado de acoso laboral

Rishi Sunak ha sufrido uno de sus varapalos políticos más importantes de que es primer ministro de Reino Unido. El ministro británico de Justicia, Dominic Raab, presentó este viernes su dimisión tras la publicación de un informe que confirmaba las acusaciones vertidas contra él por su supuesto acoso laboral a funcionarios durante su paso por diferentes carteras ministeriales.

El conservador se ha enfrentado a varias quejas formales por su trato con los funcionarios públicos. Algunos de ellos, según explicaron a The Guardian en exclusiva, se sintieron intimidados y menospreciados por Raab, quien hizo llorar y hasta provocar vómitos por el estrés antes de las reuniones que mantenían con él. La dimisión es un golpe para Sunak porque tendrá que hacer frente a preguntas sobre el comportamiento de uno de sus más estrechos aliados mientras estaba en el cargo y durante la investigación que ha iniciado el abogado Adam Tolley.

En una carta difundida a través de Twitter, el también viceprimer ministro explicó que renuncia después de comprometerse a hacerlo si el informe elaborado por Tolley contenía "cualquier hallazgo de acoso", pese a que rechaza haberlo cometido.

"Yo pedí la investigación y me comprometí a renunciar si contenía cualquier hallazgo de bullying. Creo que es importante mantener mi palabra", escribe en su carta de dimisión. Pese a todo, Raab considera que "al poner un rasero para el acoso tan bajo, esta investigación sienta un precedente peligroso".

A su juicio, alentará "quejas espurias contra ministros" y tendrá un efecto pernicioso sobre "quienes impulsan los cambios" en el Gobierno de Sunak. Aunque el informe no se ha hecho público aún, Raab asegura que la investigación "ha descartado todas las acusaciones (un total de ocho) salvo dos", y que esas dos "contenían errores". Y considera igualmente que los ministros deben tener capacidad para dar "respuestas directas críticas" a sus subordinados.

A pesar de ello, enfatizó que estaba "genuinamente arrepentido por cualquier estrés u ofensa no intencional que sintieron los funcionarios, como resultado del ritmo, los estándares y el desafío que traje al Ministerio de Justicia".

Todos los ojos en Sunak

Dominic Raab siempre ha negado cualquier irregularidad en su comportamiento y argumentó al primer ministro británico que había encontrado irregularidades en las afirmaciones sobre su conducta, como "la filtración sistemática de afirmaciones sesgadas y fabricadas a los medios". Por su parte, Sunak sugirió que si la investigación de Tolley llegaba a la conclusión de que el ahora exministro no cumplía con los estándares de comportamiento que se esperaban de él, sería despedido. El objetivo del abogado, sin embargo, era solo aclarar los hechos y estableció que es el primer ministro quien debe decidir si es necesaria una sanción.

TE PUEDE INTERESAR

Duro golpe para May: dimite Raab, ministro para el Brexit, tras el acuerdo con la UE

Celia Maza. Londres

"Cuando me presenten hallazgos independientes concluyentes de que alguien en mi Gobierno no ha actuado con la integridad o los estándares que esperaría de ellos, no dudaré en tomar medidas rápidas y decisivas", dijo Sunak, mientras que Raab afirmó que respetaría los resultados de la investigación.

La renuncia de Raab supone un fuerte varapalo político para el primer ministro, que contó con su apoyo desde el primer momento en que lanzó su candidatura para liderar el Partido Conservador. Se espera ahora que Sunak acometa una pequeña remodelación ministerial, mientras persisten las dudas sobre si estaba al corriente de las quejas contra su aliado antes de nombrarle de nuevo al frente de Justicia el pasado 25 de octubre.

La salida de Raab por denuncias de intimidación es la segunda desde que Sunak se convirtió en primer ministro en octubre del año pasado. A principios de noviembre, Gavin Williamson renunció como ministro de la Oficina del Gabinete después de que fuera denunciado por decir a un alto funcionario "te cortaré la garganta" cuando era secretario de Defensa, además de otros mensajes abusivos contra un miembro del Partido Conservador.