Borrell arremete contra Kosovo tras 8 horas de reunión para evitar otra crisis con Serbia

La tensión entre Serbia y Kosovo, que en 2008 declaró unilateralmente la independencia respecto a Belgrado, es permanente. Pero en los últimos meses ha ido en aumento por una ley que obliga a los serbokosovares a cambiar las matrículas de sus vehículos por placas expedidas por Kosovo, una medida que lleva retrasándose desde agosto entre fuertes presiones internacionales y un riesgo permanente de choque entre Belgrado y Prístina.

Por eso Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, convocó a los líderes de ambos países a una reunión de emergencia en Bruselas. Albin Kurti, primer ministro de Kosovo, y Aleksandar Vucic, presidente de Serbia, han pasado encerrados ocho horas con el jefe de la diplomacia europea y con Miroslav Lajcak, enviado especial de la Unión para el diálogo entre Prístina y Belgrado.

Pero la reunión, tras esas ocho horas, ha fracasado y Borrell, que tiene la mayoría de su tiempo consumido por la guerra en Ucrania y no quiere que a la Unión Europea se le abran más focos de desestabilización en su vecindario, ha acabado por perder la paciencia y señalar directamente a Kurti. “En aras de la transparencia, debo decir que presentamos una propuesta, que podría haber evitado esta situación de riesgo, que el presidente Vučić aceptó hoy pero, lamentablemente, el primer ministro Kurti no lo hizo”, ha señalado el Alto Representante, con un tono inusualmente duro hacia Prístina para lo que acostumbra a hacer Bruselas.

“Informaré a mis colegas, los Ministros de Asuntos Exteriores y a nuestros socios sobre el comportamiento de las diferentes partes y la falta de respeto por sus obligaciones legales internacionales, y debo decir que esto se aplica particularmente a Kosovo. Lo sé, envía una señal política muy negativa”, ha señalado el jefe de la diplomacia europea al concluir el segundo encuentro de emergencia en tres meses.

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El Alto Representante ha criticado que las peticiones de desescalada de la UE y de los socios internacionales no hayan sido escuchadas por las dos partes y ha subrayado que la crisis de las matrículas está evitando abordar “el problema real” que es “la normalización de las relaciones” entre Belgrado y Prístina, ya que la crisis tiene “causas profundas que van mucho más allá de las matrículas”.

Borrell ha pedido a Prístina “que suspenda de inmediato otras fases de la reinscripción de vehículos del norte de Kosovo”, algo que ha repetido hasta en dos ocasiones, y también ha solicitado a Serbia “que suspenda la emisión de nuevas matrículas con las denominaciones de las ciudades de Kosovo”.

Empeoramiento de la situación

La crisis de las matrículas ha alcanzado un nuevo nivel después de que Prístina señalara el 22 de noviembre como la fecha límite a partir de la cual comenzará a multar a los serbokosovares que no modifiquen su placa, abriéndose después un plazo de matrículas temporales y estableciendo en abril la fecha final para la obligatoriedad del uso de placas kosovares. “Como consecuencia, los serbios de Kosovo se han retirado de las instituciones en el norte del territorio. “Y eso significa que alrededor de 600 policías han dejado sus uniformes. También han dimitido jueces y personal de la administración local. Actualmente, menos de 50 policías albanokosovares están en las comisarías de la región, lo que sin duda no es suficiente”, ha señalado Borrell, que ha explicado que eso genera “un vacío de seguridad muy importante”.

Aunque la misión europea EULEX ha aumentado su presencia en el norte de Kosovo después de que los policías serbokosovares anunciaran su dimisión en bloque el Alto Representante ha señalado que “no pueden asumir el papel de la policía local” porque “no está en su mandato ni en sus capacidades”. “Desde este verano hemos estado en una gestión permanente de crisis, intentando salvar una fecha límite artificial tras otra: de fecha límite a fecha límite, de crisis a crisis”, ha insistido Borrell, que ha pedido responsabilidad a las dos partes.