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Docenas de "merodeadores" son flagelados tras ser atados a un poste y desnudados como tahúres
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Vuelve la justicia popular

Docenas de "merodeadores" son flagelados tras ser atados a un poste y desnudados como tahúres

Desde que comenzó el conflicto, se ha informado de cientos de estos rateros a los que los ucranianos llaman “merodeadores” siendo amarrados como tahúres a los postes, especialmente en Kyiv

Foto: Un 'saqueador' atado a un poste en Kiev, el 7 de marzo. (Getty/dia images/Murat Saka)
Un 'saqueador' atado a un poste en Kiev, el 7 de marzo. (Getty/dia images/Murat Saka)
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“¿Sabes qué es lo más repugnante? Que haya gente que busque su beneficio personal en medio de la guerra y que venda a su patria, utilizando el toque de queda para robar tiendas o los apartamentos de la gente que ha tenido que salir huyendo”, nos dice un muchacho de Bajmut, una localidad situada 80 kilómetros al norte de Donetsk. “Nosotros los llamamos 'merodeadores'. Hace ahora un par de semanas [el día 6 de marzo], uno de esos traidores fue pillado robando en mi ciudad a eso de las 10 de la mañana y lo ataron a un poste de la calle Bulavin, con un cartel en la espalda donde escribieron la palabra 'merodeador'.

Un día antes, alguien cortó las llantas de 14 coches en la zona del mercado nuevo. Hay cientos de casos como este en todo el país. Esos malditos se aprovechan de la situación y del temor que la guerra infunde. Durante el toque de queda, está completamente oscuro ahí fuera. Los merodeadores ponen cinta adhesiva o una moneda en las puertas durante el día para saber quién está en casa y por las noches salen de correría con linternas y rompen las puertas de las casas y pequeñas tiendas. Cuando los atrapan, las muchedumbres ya no solo los detienen. También los atan a un poste con cinta adhesiva y los muestran al público. ¡Es bueno que conozcamos en persona a nuestros enemigos!”.

Foto: Instalaciones militares ucranianas, en las proximidades del lugar del mar de Azov donde desemboca el río Kalmius, en Mariupol (Ferrán Barber)

Desde que comenzó el conflicto, se ha informado de cientos —quizás incluso algunos pocos miles— de estos rateros a los que los ucranianos llaman “merodeadores” siendo amarrados con celofán como tahúres a los postes, especialmente en Kyiv, Járkiv y sus aledaños. Pero, a medida que la guerra avanza, los ánimos están cada vez más encendidos y las turbas, y a menudo la propia policía, ya no solo se conforman con atarlos a modo de escarnio, sino que les pegan también una paliza o les bajan los pantalones y los dejan con el culo al aire para ser flagelados. En Járkiv, alguien registró en un vídeo hace unos días a una mujer llena de ira golpeando el trasero de un chorizo mientras gritaba literalmente en ruso “maldita vaca”, que viene a significar “puto cabrón”. Hay un puñado más de vídeos como ese, muy celebrados entre los propios ucranianos.

placeholder Foto de la policía de Járkiv de otra tienda saqueada.
Foto de la policía de Járkiv de otra tienda saqueada.

Ucrania es uno de los países más pobres de Europa. Los salarios medios son ligeramente inferiores a los 180 euros mensuales y la cifra ha caído durante los dos últimos meses. Antes de la guerra, se hallaba también a la cabeza de los 'rankings' europeos de tasa de criminalidad, solo por debajo de Suecia, Grecia y Moldavia. El conflicto ha empobrecido todavía más a la población y no solo ha incrementado las necesidades de un pueblo arrodillado ya por la miseria, sino las facilidades de quienes deciden recurrir al robo para cubrir cualesquiera sean sus necesidades. La mayoría de los ajusticiados por las turbas son delincuentes habituales y, con frecuencia, también, toxicómanos, que, como dice el chico de Bajmur, tratan de sacar partido del toque de queda, de la falta de iluminación y de las ausencias.

Inmediatamente después del comienzo del conflicto, el pasado 3 de marzo, la Rada Suprema de Ucrania aprobó una ley que incrementaba las penas por saqueo durante la ley marcial y pasaba a equiparar el “merodeo” con el crimen organizado a gran escala. De acuerdo con el artículo 186 del Código Penal reformado, se prevén penas de prisión de siete a 10 años por robo en estado de guerra o emergencia. El artículo 187 establece que la incautación de bienes durante la ley marcial se castiga con penas de ocho a 15 años y la confiscación de bienes. La extorsión ha pasado a ser castigada con penas de entre siete y 12 años de prisión y la apropiación indebida de bienes mediante el abuso en el ejercicio de un cargo, con penas de entre cinco y ocho años.

placeholder Soy un saqueador y estoy avergonzado, reza el cartel en la foto tomada por la policía de Járkiv el 26 de febrero.
Soy un saqueador y estoy avergonzado, reza el cartel en la foto tomada por la policía de Járkiv el 26 de febrero.

Claro que ni el endurecimiento de los castigos ni la justicia popular que imparte la turba han impedido que se extienda al modo de un tsunami la oleada de robos. Y a ello también ha contribuido la propia soldadesca rusa. Por centenares se cuentan también los vídeos que acreditan los saqueos cometidos por las tropas invasoras en supermercados o en las viviendas de los huidos. En Sumy, los Servicios de Seguridad de Ucrania (SBU) interceptaron conversaciones de soldados rusos en la que se animaban unos a otros a sustraer cigarrillos, alcohol, dulces, ordenadores portátiles, televisores y electrodomésticos. En busca de botín de guerra, las tropas de Putin han reventado escuelas y jardines de infancia. Algunos han llegado incluso a desmontar los neumáticos de vehículos de alta gama para llevárselos de vuelta a Rusia, lo que lleva a preguntarse si disponen de algún tipo de logística especial para transportar todo lo robado.

“¿Te tratan bien los lugareños?”, le pregunta una madre a un soldado en una de las comunicaciones interceptadas por el SBU. A lo que el muchacho ruso responde: “Los lugareños no están muy contentos. Aquí se arrasa con todo. 'Laptops', televisiones, nos lo llevamos todo”. “¿Y cómo cargan con eso?”, le interroga la madre. “Lo metemos en coches. Algunos se han llevado hasta los neumáticos”.

placeholder Así ataron al primer merodeador atrapado el 1 de marzo en Chuguev, región de Kharkiv.
Así ataron al primer merodeador atrapado el 1 de marzo en Chuguev, región de Kharkiv.

Un vídeo de un puñado de soldados bailando en el hogar de un ucraniano e intercambiando opiniones sobre la Nutella que jamás habían probado ha causado especial indignación entre los ocupados. El asunto no es baladí porque se ha empezado a especular, a partir de ciertos indicios consistentes, con la idea de que las tropas rusas podrían estar pasando hambre, lo que a la postre podría incrementar todavía más el pillaje. Se sabe que un enorme convoy ruso de más de 70 kilómetros de largo situado al norte de Kyiv se ha quedado sin combustible debido a las temperaturas bajo cero y está afrontando problemas logísticos que dificultan el abastecimiento de comida.

Que terminen robando en las propiedades más cercanas no sería sorprendente porque eso es lo que sucede habitualmente en una guerra. De hecho, se sabe que los rusos han estado ya robando en casas y granjas próximas a sus posiciones, claro que esos suministros “fáciles” no son inagotables y, cuando se terminen, es más que probable que se extienda una hambruna y que los invasores terminen combatiendo por combustible, munición de artillería, comida y agua.

En las ciudades más castigadas por los robos de 'merodeadores', que son también las más expuestas al conflicto, la policía ha improvisado manuales prácticos para la prevención de los delitos que aconsejan, sobre todo, prestar especial atención a la presencia de monedas pequeñas y tarjetas de presentación "publicitarias" en las puertas o de papel adhesivo en las cerraduras. Tal y como afirma un policía de Bajmut, Pavel Dyachenko, los cacos utilizan esas triquiñuelas para saber si el piso está ocupado o no. “En los coches, suelen poner algún papel bajo los limpiaparabrisas o pedazos de cartón en la ranura de la puerta”, añade. Luego vuelven por la noche y efectúan su trabajo.

"En los coches, suelen poner algún papel bajo los limpiaparabrisas o pedazos de cartón en la ranura de la puerta. Luego hacen su trabajo"

La actividad de estos merodeadores ha suscitado tal repulsa que incluso un alto funcionario —el asesor del ministro del Interior de Ucrania, Vadym Denisenko— llegó a justificar y alentar todas estas formas de justicia popular originadas por la ocupación. "En tiempos de guerra, yo no creo que sea salvajismo el atar a los ladrones a un poste y publicar los vídeos en la red", aseguró en una entrevista publicada por Strana. “La policía no puede llegar siempre a tiempo, así que la gente actúa por su cuenta”.

A su juicio, los linchamientos son mucho más disuasivos que la amenaza de un castigo criminal. Denisenko todavía fue más lejos en sus afirmaciones, respondiendo a una entrevista emitida por varios canales ucranianos de televisión: “Para ser honesto, creo que los 'merodeadores' potenciales deberían considerar que se enfrentan a dos opciones: la primera es que se les atrape y condene a 15 años de cárcel, tras ser atados a un poste. Y la segunda, que se les confunda con saboteadores y se les dispare en el acto”.

placeholder 'Merodeador' con la cara pintada de verde como escarnio público, en Odesa.
'Merodeador' con la cara pintada de verde como escarnio público, en Odesa.

El asesor del ministro del Interior recordó asimismo a los ladrones que, en las actuales circunstancias, podrían enfrentarse también a la flagelación pública, lo que de hecho viene ya ocurriendo. Al igual que Denisenko, algunos alcaldes han llegado incluso a sugerir que este sería un trato justo para los criminales. "A quienes quieran invadir la propiedad de otra persona aprovechando que la gente se ha ido al extranjero o a otro asentamiento, me gustaría advertirles algo: 'Observad lo que les hicieron a los saqueadores en otras ciudades y recordar que en Lutsk será aún mucho más duro", dice el primer edil de esa ciudad, Igor Polishchuk. Su población, situada en el noroeste del país, está siendo patrullada ya no solo por la policía, sino por el batallón de respuesta operacional y un cuerpo de voluntarios que, en la práctica, actúan como “vigilantes”. También la justicia popular de esa ciudad ha provocado linchamientos. El pasado 4 de marzo, un 'merodeador' fue pillado con las manos en la masa cerca de un edificio histórico de Victory Avenue. Según una información confirmada por la Policía Nacional y registrada en un vídeo, el delincuente fue amarrado a un árbol y golpeado.

“¿Sabes qué es lo más repugnante? Que haya gente que busque su beneficio personal en medio de la guerra y que venda a su patria, utilizando el toque de queda para robar tiendas o los apartamentos de la gente que ha tenido que salir huyendo”, nos dice un muchacho de Bajmut, una localidad situada 80 kilómetros al norte de Donetsk. “Nosotros los llamamos 'merodeadores'. Hace ahora un par de semanas [el día 6 de marzo], uno de esos traidores fue pillado robando en mi ciudad a eso de las 10 de la mañana y lo ataron a un poste de la calle Bulavin, con un cartel en la espalda donde escribieron la palabra 'merodeador'.

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