Miles de manifestantes 'toman' el aeropuerto de Hong Kong, que cancela todos sus vuelos

Las autoridades del aeropuerto de Hong Kong han cancelado este lunes definitivamente todos los vuelos comerciales para entrar y salir de la región, después de que los manifestantes invadieran el edificio de la terminar principal con renovadas protestas, en lo que se ha convertido en la mayor interrupción hasta la fecha en la hasta entonces bulliciosa vida económica de la ciudad desde que comenzaran las manifestaciones masivas de hongkoneses a principios de junio. El Gobierno de Pekín ha catalogado las protestas como "terrorismo".

"Las operaciones del aeropuerto en el Aeropuerto Internacional de Hong Kong se han visto seriamente interrumpidas como resultado de la asamblea pública en el aeropuerto", ha señalado el aeropuerto en un comunicado distribuido entre los medios locales. "Se ha suspendido todo el servicio de check-in para vuelos de salida. Además de los vuelos de salida que han completado el proceso de check-in y los vuelos de llegada que ya se dirigen a Hong Kong, todos los demás vuelos han sido cancelados".

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Cerca de 5.000 manifestantes vestidos de negro el lunes llenaron el área de llegadas -según cifras estimadas por la Policía local-, donde se habían reunido para una sentada de cuatro días y que ha impedido el tráfico normal del aeropuerto, el octavo más transitado del mundo y una importante fuente de ingresos a la economía de la ciudad.

Tras darse a conocer las cancelaciones masivas de vuelos, las acciones de Cathay Pacific Airways, la principal aerolínea de Hong Kong, cayeron a su valor mínimo en 10 años. La empresa, además, ha sufrido las amenazas de Pekín, que ha anunciado que prohibirá la entrada a la China continental de cualquier empleado de la empresa que haya participado en las protestas de los dos últimos meses en la ciudad autónoma.

Tácticas más agresivas

En su décima semana consecutiva de protestas, las fuerzas de seguridad han optado por la mano dura para contener las oleadas de manifestantes antigubernamentales, utilizando este fin de semana gases lacrimógenos -incluso en espacios cerrados como estaciones de metro- y otras tácticas más agresivas como disparar pelotas de goma a la cara a corta distancia, según imágenes y vídeos distribuidos en redes sociales por los activistas.

Pese a que el viernes la líder del Gobierno local, Carrie Lam, había llamado a los ciudadanos a dejar atrás las diferencias y evitar el caos o la violencia para restaurar el orden, al considerar que la situación ha causado graves daños a la economía de este centro financiero, el balance de este fin de semana se ha saldado con al menos 45 heridos entre los manifestantes.

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Con los crecientes disturbios, Pekín ha incrementado la presión al renovar su apoyo inquebrantable al Gobierno y a la Policía de Hong Kong, a los que exigió "restaurar el orden" lo antes posible. Además, este lunes ha catalogado las protestas como "terrorismo".

"Los manifestantes radicales de Hong Kong han utilizado repetidamente herramientas extremadamente peligrosas para atacar a los agentes de policía, lo que ya constituye un delito violento grave, y también muestra los primeros signos de terrorismo emergente", ha declarado Yang Guang, portavoz de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado chino.