¿Qué pasó en Diátlov? Rusia reabre el caso de nueve extrañas muertes en los Urales

Era un frío 1 de febrero de 1959, cuando nueve excursionistas decidieron llevar a cabo una travesía pocas veces realizada antes: viajar de Ívdel a Vizhai, la última población al norte de los montes Urales, desde la que subir el Gora Otorten, una montaña de 1.200 metros peros de categoría 3 por la dificultad que entraña su paso. Sin embargo, nunca llegaron: algo o alguien acabó con la vida de los nueve de manera misteriosa. Ahora, se ha reabierto el caso medio siglo más tarde.

El grupo -que originalmente era de diez personas, hasta que uno abandonó la ruta por una fuerte ciática- estaba formado por expertos montañeros, acostumbrados a vivir en duras condiciones de montaña y todos ellos grandes esquiadores de fondo. De manera habitual, solían realizar rutas de este tipo, por lo que conocían de sobra los peligros a los que se enfrentaban y la dura misión que tenían por delante si querían cumplir con el objeto. Pero algo les sorprendió en el camino.

Ígor Diátlov era líder de ese grupo, quien avisó que escribiría un telegrama cuando regresaran a Vizhai para contar cómo había ido la expedición. Pero 20 días después de su partida, al no tener noticias de ello, los familiares empezaron a pensar que algo había ocurrido: poco después, un grupo de búsqueda partió hasta la zona, donde se encontraron con algo extraño: la carpa en la que pernotaron aún tenía la comida dispuesta para cenar... pero estaba rajada desde dentro.

Pronto, los expertos hilaron: si estaba cortada desde dentro era posible que fuera porque tuvieran que huir de algo. Bingo. Varios metros adelante, las condiciones climatológicas adversas no habían tapado algunas huellas del suelo: tras seguirlas, se encontraron con la tragedia. Los nueve cuerpos estaban en el suelo, algunos ya cubiertos por la nieve y, en muchos casos, estaban descalzos y en ropa interior... en una zona donde la temperatura media es de -30 grados.

Todos ellos murieron por hipotermia y congelación, pero algunos cuerpos tenían heridas incompatibles con las temperaturas: un cráneo destrozado, una lengua arrancada, costillas rotas, ojos que no estaban en sus órbitas... Daños graves en los cuerpos difíciles de explicar: ¿qué había provocado, en realidad, esas nueve muertes? Comenzaron las especulaciones, pero siempre sin respuestas en uno de los lugares más recónditos del mundo, cuyo nombre tras la tragedia cambió a 'paso Diátlov'.

Muchas hipótesis, pocas soluciones

Un ataque por parte de los líderes tribales de la zona o la aparición de un animal desconocido fueron las dos teorías más esgrimidas para explicar lo sucedido, aunque ninguna de ellas consiguió ser concluyente, dejando muchos flecos sin explicar sobre la muerte de los nueve montañeros. Según ha contabilizado 'BBC', se dieron hasta 75 explicaciones diferentes en los medios de comunicación. Ahora, más de medio siglo después, la justicia rusa ha decidido reabrir la investigación.

Las autoridades confirmaron que solo trabajarán con tres hipótesis, todas ellas relacionadas con la meteorología: escucharon una avalancha, vieron aproximarse un bloque de nieve compacto o sufrieron un huracán. Sin embargo, una teoría con mucho predicamento habla de una posibilidad mucho más real: una muerte vinculada con una serie de pruebas nucleares que podrían haber acabado con la vida de estos nueve aventureros.

Muchas personas creen que la URSS podría haber llevado a cabo una serie de pruebas con misiles nucleares en la zona y que el lanzamiento de uno de ellos habría envenenado al grupo, provocando su muerte. Las alimañas de una zona tan dura como los Urales habrían provocado los diferentes desgarros en los cuerpos. ¿Qué pasó en realidad en el paso Diátlov? Ahora, rusa investigará qué ocurrió entonces, en el asesinato más misterioso de la historia de Rusia.