Las ambiciones árticas de Rusia y China calientan a EEUU

La creciente accesibilidad del Océano Ártico por el calentamiento global ha convirtido la zona en un nuevo frente de tensión geopolítica entre las potencias globales, que pujan por hacerse con un pedazo de su enorme valor como ruta comercial y fuente de recursos naturales no explotados.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, avisó el lunes que Washington no tolerará acciones agresivas por parte de Rusia y China en esta región, a la que calificó como "los canales de Suez y Panamá del siglo XXI" por su potencial para redibujar el mapa del comercio internacional.

"El Ártico alberga el 13% de las reservas mundiales no descubiertas de petróleo, el 30% de las reservas de gas y tiene abundancia de uranio, minerales, oro, diamantes y millones de kilómetros cuadrados de recursos sin explotar", dijo Pompeo durante una reunión ministerial del Consejo Ártico -formado por Canadá, Dinamarca, EE.UU., Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia y Suecia- celebrada en la ciudad finlandesa de Rovaniemi.

En su discurso, en el que no hizo ninguna referencia al cambio climático, Pompeo dijo que las nuevas rutas árticas permitirían reducir el tiempo de viaje entre Asia y Occidente en hasta 20 días, lo que hace del área un jugoso pasillo comercial global.

Agresividad china, violencia rusa

El alto funcionario estadounidense cargó duramente contra China, país que ha invertido cerca de 90.000 millones de dólares en la región ártica entre 2012 y 2017, por considerar que el historial de "comportamientos agresivos" de Pekín en otras regiones, como el sur de Asia y Etiopía, es un motivo de preocupación para EE.UU.

"¿Queremos que el frágil ambiente del Ártico esté expuesto a la misma devastación ecológica causada por la flota pesquera de China en los mares frente a sus costas o por la actividad industrial no regulada en su propio país? Creo que la respuesta es muy clara", dijo Pompeo.

De igual modo, criticó los planes de Rusia de utilizar la región ártica para expandir su poder militar gracias a su flota de buques rompehielos, lo que a su parecer supondría un nuevo factor desestabilizador para la seguridad mundial.

Desde que en 2014 abrió una vieja base militar en la zona ártica de los tiempos de la Guerra Fría, Rusia ha renovado todas sus bases en la región, y ha construido 475 nuevas áreas militares, incluidos 16 puertos de gran calado.

"Sabemos que las ambiciones territoriales de Rusia pueden volverse violentas. Unas 13.000 personas han muerto por las acciones agresivas de Rusia en Ucrania. Pero el hecho de que el Ártico sea un lugar salvaje no significa que deba convertirse en un lugar sin ley", afirmó.