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Tropas en Europa, ciberarmas y control del Ártico: la nueva OTAN se fortifica ante Rusia
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Turquía, el aliado díscolo

Tropas en Europa, ciberarmas y control del Ártico: la nueva OTAN se fortifica ante Rusia

La última reunión de la OTAN cerró un programa que interrumpe la trayectoria de paz de las últimas décadas. La capacidad de la Alianza se ha atrofiado desde el final de la Guerra Fría

Foto: Paracaidistas de la OTAN durante unas maniobras en el aeródromo de Bezmer, en Bulgaria. (Reuters)
Paracaidistas de la OTAN durante unas maniobras en el aeródromo de Bezmer, en Bulgaria. (Reuters)

¿Se está preparando la Alianza Atlántica para un posible enfrentamiento con Rusia? La última reunión de la OTAN celebrada en Bruselas el 8 de noviembre cerró un programa que interrumpe la trayectoria de paz de las últimas décadas. Por primera vez desde el fin de la Guerra Fría, los aliados acordaron reestructurar el mando de la coalición militar y la apertura de dos nuevos Cuarteles Generales -que se sumarán a los 7 que operan en la actualidad-. La reforma busca facilitar el movimiento de tropas en Europa, adaptarse a la ciberguerra y aumentar la vigilancia marítima en el Ártico y el Océano Atlántico.

“Tras la Guerra Fría se redujeron las amenazas (…) y nos centrarnos en operaciones expedicionarias fuera de Europa, como en Afganistán”, recordó el Secretario General de la OTAN Jens Stoltenberg. “Ahora debemos fortalecer nuestro foco y nuestra presencia en Europa, en nuestra defensa colectiva”. La Organización trata de adaptarse a las amenazas modernas empleadas por Rusia. Tras la anexión rusa de la península de Crimea en 2014, los aliados constataron las ambiciones militares de Moscú en territorio europeo y comprobaron que la movilización de tropas, maquinaria pesada y artillería no es efectiva y está sujeta a la legislación y burocracia de los 29 países miembros.

Los aliados se han encontrado en una crisis sin las herramientas apropiadas para reaccionar

La capacidad de la OTAN para apoyar con refuerzos rápidos en el amplio territorio que cubre el área de SACEUR (Comando Aliado Supremo Europeo) se ha atrofiado desde el final de la Guerra Fría”, concluyó un informe secreto -NATO SECRET- elaborado en Bruselas, según revela la revista alemana 'Der Spiegel'. Un documento que subraya la disfuncionalidad de la Alianza desde 1991. Los países europeos carecen de “carros transportadores de tanques, trenes para maquinaria pesada o puentes que puedan aguantar el peso de 64 toneladas”, recordó Stoltenberg. En las últimas décadas, la infraestructura de Europa se ha construido con fines civiles y ha evolucionado a espaldas de los objetivos bélicos.


Despliegue de tropas: Ártico y Báltico

Rusia está modernizando activamente sus fuerzas navales, con especial énfasis en los buques de investigación hidrográfica, submarinos y vehículos marinos no tripulados, creados fundamentalmente para las operaciones en el Ártico”, revela a El Confidencial el consultor de defensa turco Arda Mevutoglu. Así, el nuevo plan de la OTAN busca un mayor refuerzo naval, tanto en el Océano Atlántico -donde hay presencia de submarinos rusos que presentan una amenaza a las vías de comunicación-, así como en el Océano Ártico, uno de los objetivos militares de Rusia desde diciembre de 2014. Para ello, las tropas aliadas preparan un nuevo despliegue en 2018 en el Ártico y defender las fronteras marítimas de Noruega, Dinamarca, Canadá y Estados Unidos.

Foto: Un trabajador en un yacimiento de petróleo de la compañía Rosneft, en Krasnoyarsk, Siberia (Reuters).

El encuentro de los ministros de Defensa en Bruselas persigue también agilizar el movimiento de tropas dentro del territorio europeo y fortificar la frontera Este que colinda con Rusia. Tras la Cumbre de Wales posterior al conflicto de Ucrania, la Alianza reforzó la presencia militar en los países bálticos -Lituania, Letonia y Estonia, antiguas repúblicas soviéticas-. “Hay informes de un aumento de la actividad electrónica rusa en el Báltico y en el Mar Negro, como GPS spoofing -manipulación de señal GPS-, jamming -interferencias-, y otras actividades de inteligencia electrónica”, apunta Mevutoglu. “Me temo que el riesgo de un conflicto armado en los países Bálticos o en la región del Mar Negro no es un asunto lejano”.

Una nueva dimensión: la ciberguerra

La amenaza rusa más presente en la actualidad se percibe en el frente cibernético. Para hacer frente a ellas, la OTAN ha determinado la creación del primer centro de ciberseguridad. “La Alianza siempre ha tenido capacidades convencionales significativas -tierra, mar y aire- ahora puede ser añadida la ciber”, mantuvo Franklin D. Kramer, miembro del Consejo Atlántico. Las habituales operaciones de Rusia, como el reciente 'hackeo' a los smartphones de las tropas aliadas desplegadas en Polonia, han puesto a la organización en alerta. Aunque insisten en que sus acciones son siempre defensivas, Stoltenberg recordó que “se han usado capacidades ciber en la lucha contra ISIS en Irak y en Siria”.

placeholder Soldados estadounidenses durante una ceremonia de bienvenida a tropas de la OTAN desplegadas en Zagan, Polonia. (Reuters)
Soldados estadounidenses durante una ceremonia de bienvenida a tropas de la OTAN desplegadas en Zagan, Polonia. (Reuters)

“Los aliados se han encontrado en una crisis sin las herramientas apropiadas para reaccionar”, manifiesta a este diario un excomandante del Ejército turco en la OTAN. “Lo que Rusia hizo en Ucrania, y está desarrollando en Siria (…), o más allá de geografías específicas, como en el ciberespacio, es una guerra híbrida”. “La Alianza no ha sabido detener este tipo de guerra”, sigue, “que toma diferentes formas según la geografía. (…) en Ucrania fue una anexión de territorio; en Estados Unidos, la interferencia en los resultados electorales”. ¿Se prepara la OTAN para un período de guerra? “No, pero la Alianza está intentado establecer nuevas capacidades y nuevas políticas para lidiar con las nuevas amenazas híbridas”.

Turquía, el aliado díscolo

En este clima de nueva Guerra Fría, Turquía, que cuenta con el segundo Ejército más extenso de la OTAN, vive un momento de 'rapprochement' con Rusia. El presidente turco Recep Tayyip Erdogan anunció en septiembre la adquisición de sistemas antimisiles rusos S-400. Un contrato que desagradó a los líderes occidentales que incluso recordaron que los misiles antiaéreos no serían compatibles con la Alianza. “Nadie tiene el derecho de discutir los principios independientes de la República de Turquía o las decisiones independientes sobre su industria de defensa”, declaró Erdogan, que practica una política destinada a equilibrar los vínculos con aliados orientales y occidentales. “Turquía está redefiniendo su posición y su relación con la OTAN”, explica Mevutoglu.

En sus relaciones con las potencias europeas, la pasada semana el ministro de Defensa turco cerró un nuevo acuerdo con el consorcio armamentista italofrancés Eurosam para la adquisición de otros sistemas antimisiles que llegarán a Turquía en 2025. Es por ello que otro analista turco, Turan Oguz, defiende la compra de S-400 a Rusia como una transacción que simplemente satisface una demanda urgente. El envío ruso se materializaría en 2019 y los líderes turcos han insistido desde hace años en la necesidad de este tipo de armamento para la frontera con Siria e Irak.

¿Se está preparando la Alianza Atlántica para un posible enfrentamiento con Rusia? La última reunión de la OTAN celebrada en Bruselas el 8 de noviembre cerró un programa que interrumpe la trayectoria de paz de las últimas décadas. Por primera vez desde el fin de la Guerra Fría, los aliados acordaron reestructurar el mando de la coalición militar y la apertura de dos nuevos Cuarteles Generales -que se sumarán a los 7 que operan en la actualidad-. La reforma busca facilitar el movimiento de tropas en Europa, adaptarse a la ciberguerra y aumentar la vigilancia marítima en el Ártico y el Océano Atlántico.

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