La eurozona cierra filas ante Italia
Conscientes del peso de Italia, la tercera economía del euro, el resto de los ministros ha tratado de apaciguar los ánimos, pidiendo a Roma que siga el camino del diálogo
"Estamos esperando". Ese es el mensaje que ha enviado este lunes la eurozona a Italia. En concreto, lo que aguardan es una señal por parte de Roma que rebaje la tensión que mantiene con Bruselas a cuenta del presupuesto transalpino para 2019, que incumple ampliamente las normas europeas de disciplina fiscal. El Gobierno italiano dice que no va a dar ni un paso atrás, pero tanto la Comisión Europea como el Eurogrupo han insistido en que es necesario que envíe unas nuevas cuentas. Si no lo hace, Roma se arriesga a que se le abra un expediente que puede derivar en una multa.
Mientras el ministro italiano de Finanzas, Giovanni Tria, trata de tranquilizar a sus homólogos europeos y de buscar puntos de consenso, el resto del Gobierno italiano no parece recoger el guante y ha mantenido su dura retórica contra Bruselas, a sabiendas del rédito electoral que le genera este enfrentamiento con la Unión Europea entre una ciudadanía cada vez más euroescéptica. "Yo sigo adelante, en su cara", ha publicado el ministro italiano de Interior y líder de La Lega, Matteo Salvini.
"Francamente, no estamos para la psicología o la agresividad, la Comisión Europea está para hacer respetar las reglas", ha dicho por su parte el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, quien ha recordado que Roma tiene hasta el día 13 para enviar una nueva versión del presupuesto para 2019. La actual propone un aumento del déficit estructural en un 0,9%, cuando Italia se había comprometido a reducirlo en un 0,6%. El déficit nominal se situaría, según los cálculos del Gobierno, en el 2,4% en 2019.
Diálogo y rama de olivo
Conscientes del peso de Italia, la tercera economía del euro, el resto de los ministros de los países que comparten la moneda única ha tratado de apaciguar los ánimos, pidiendo a Roma que siga el camino del diálogo y que tome "la mano que le tiende" la Comisión Europea, en palabras de Bruno Le Maire, responsable galo de Finanzas. Su homólogo alemán, Olaf Scholz, también ha mostrado su esperanza de que Italia reaccione en este sentido y acepte las propuestas "amistosas" de la Comisión. Y, al igual que Moscovici, ha recordado que estas no son caprichosas, sino que van en el interés de la economía italiana, que acumula una deuda pública superior al 130%.
"Si se tiene una deuda muy alta, se tiene que ser mucho más cauteloso que aquellos que tienen una deuda reducida respecto a su PIB", ha resumido Scholz. El ministro eslovaco, Peter Kazimir, ha expresado en voz alta otras dos de las preocupaciones de los socios del euro. La primera, que el reto abierto que está planteando Italia dañe la credibilidad de la zona del euro, un espacio cimentado sobre normas comunes. La segunda, que la posición obstruccionista de Roma echa por tierra todos los intentos de sacar en claro las tan necesarias reformas de la zona del euro. "Me preocupa que los pasos del Gobierno italiano y su enfoque pongan en riesgo estos objetivos", ha dicho.
De hecho, los ministros del Eurogrupo han acordado hacer un hueco en sus apretadas agendas para reunirse de nuevo, de manera extraordinaria, el próximo 19 de noviembre en Bruselas. El objetivo: discutir sobre las reformas del euro, para lograr algún tipo de progreso de cara a diciembre, fecha a la que se retrasó el debate, tras la falta de avances constatada en junio.
Noviembre, un mes clave para Italia
"La pelota está ahora en el tejado de Italia", ha insistido Moscovici, quien ha asegurado que "cuenta" con que Roma envíe un nuevo plan presupuestario. Este jueves, Italia puede llevarse un nuevo toque de atención, ya que la Comisión Europea presenta sus previsiones macroeconómicas. Se espera que, a la vista de los planes económicos de Roma y del frenazo general económico, empeoren las estimaciones sobre Italia, lo que supondrá un aumento de la presión que, de por sí, ya aplican los mercados y analistas al país. La siguiente fecha clave será el 13 de noviembre, límite para que Italia acceda a la petición de Bruselas. Y el 21 de noviembre, la Comisión adoptará su opinión sobre los presupuestos.
Noviembre es, por tanto, un mes clave para Roma. Hasta entonces, Moscovici ha pedido que no se especule sobre si la Comisión podría apretar más a Italia con la apertura de un expediente por su desvío presupuestario, que podría resultar en una multa millonaria, en caso de que se niege a colaborar. "Vayamos paso a paso, no saquemos conclusiones precipitadas. Nuestro espíritu no es de castigar y sancionar, sino de dialogar y llegar a consensos", ha asegurado Moscovici.
"Estamos esperando". Ese es el mensaje que ha enviado este lunes la eurozona a Italia. En concreto, lo que aguardan es una señal por parte de Roma que rebaje la tensión que mantiene con Bruselas a cuenta del presupuesto transalpino para 2019, que incumple ampliamente las normas europeas de disciplina fiscal. El Gobierno italiano dice que no va a dar ni un paso atrás, pero tanto la Comisión Europea como el Eurogrupo han insistido en que es necesario que envíe unas nuevas cuentas. Si no lo hace, Roma se arriesga a que se le abra un expediente que puede derivar en una multa.
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