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Caso Khashoggi: la condena internacional aumenta el aislamiento de Arabia Saudí
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crecen las exigencias de transparencia

Caso Khashoggi: la condena internacional aumenta el aislamiento de Arabia Saudí

El Gobierno alemán ha sentado un precedente: no exportará más armamento a Arabia Saudí hasta que se aclaren completamente las circunstancias del caso Khashoggi. "En lo

Foto: Un miembro del equipo de seguridad del consulado saudí en Estambul, tras la valla policial. (Reuters)
Un miembro del equipo de seguridad del consulado saudí en Estambul, tras la valla policial. (Reuters)

El Gobierno alemán ha sentado un precedente: no exportará más armamento a Arabia Saudí hasta que se aclaren completamente las circunstancias del caso Khashoggi. "En lo que respecta a las exportaciones de armas estas no pueden tener lugar en las circunstancias actuales", declararon ayer la canciller Angela Merkel y el ministro de Exteriores Heiko Maas en un comunicado, en el que exige “transparencia” al reino. La reacción alemana es tal vez la más contundente hasta la fecha, y aumenta la presión sobre el ejecutivo de Pedro Sánchez, que hasta ahora se ha resistido a dejar de vender armas a los saudíes.

Hasta ahora, Riad ha dado varias versiones de lo sucedido, algunas más creíbles que otras. Lo que ha quedado claro de forma irrefutable, y que incluso las autoridades saudíes admiten, es que Khashoggi fue salvajemente asesinado en el interior de su consulado en Estambul. Lo que queda por dilucidar es la responsabilidad de altos cargos de la Casa de Saú, y especialmente del príncipe heredero Mohamed Bin Salman (conocido como MBS).

El Reino Unido, Francia y Alemania emitieron este fin de semana un comunicado conjunto condenando lo sucedido “en los términos más duros posibles”. “Sigue habiendo una necesidad urgente de clarificación de qué sucedió exactamente, más allá de las hipótesis que han emergido hasta ahora en la investigación saudí, que necesitan ser respaldadas por hechos que puedan ser considerados creíbles”, dice el documento. Todo un mazazo a la diplomacia saudí.

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No son los únicos países que se han expresado de forma similar. La ministra de Exteriores canadiense, Chrystia Freeland –que fue objeto hace unos meses de una campaña de hostigamiento saudí por mostrar su preocupación por la suerte de varias activistas feministas pacíficas en el reino-, ha afirmado que las “explicaciones ofrecidas hasta la fecha carecen de consistencia y credibilidad”. El primer ministro australiano Scott Morrison asegura: “Esto no puede mantenerse. No lo hará”. El ministro portavoz del Gobierno nipón, Yoshihide Suga, ha afirmado: “Queremos que se aclare la verdad”.

La presión también funciona para la Administración Trump, que hasta ahora sigue insistiendo en que es pronto para sacar conclusiones precipitadas. Sin embargo, un número cada vez mayor de congresistas, tanto republicanos como demócratas, se muestran a favor de tomar medidas contra Arabia Saudí. Entre otras iniciativas, se ha mencionado la imposición de sanciones y la expulsión del embajador saudí, y a cortar relaciones con el príncipe Bin Salman, si se demuestra que estuvo detrás del asesinato, como muchos sospechan.

"Creo que Mohamed Bin Salman estuvo involucrado en esto, que dirigió esto y que esta persona fue asesinada a propósito", declaró este domingo el senador republicano Bob Corker en una entrevista en el canal CNN. La opinión de Corker no es desdeñable, puesto que preside el Comité de Asuntos Exteriores del Senado. "Se deben establecer sanciones para cualquiera que haya tenido algo que ver con eso", agregó.

placeholder Donald Trump y su yerno y asesor Jared Kushner con el príncipe heredero saudí Mohamed Bin Salman en el Hotel Ritz Carlton de Riad, en mayo de 2018. (Reuters)
Donald Trump y su yerno y asesor Jared Kushner con el príncipe heredero saudí Mohamed Bin Salman en el Hotel Ritz Carlton de Riad, en mayo de 2018. (Reuters)

Un torpedo al "Davos del desierto"

Por su parte, el senador demócrata Dick Durbin consideró en la cadena NBC que el embajador saudí en Washington debería ser expulsado formalmente de Estados Unidos en caso de que finalmente se confirme el papel de MBS en el asesinato del periodista. "La única persona en la Tierra fuera del reino saudí que parece aceptar la investigación saudí es el presidente Donald Trump. Debemos expulsar formalmente al embajador saudí en Estados Unidos hasta que se complete la investigación por parte de un tercero sobre el secuestro y el asesinato de Jamal Khashoggi", aseveró Durbin. "Y deberíamos llamar a nuestros aliados a hacer lo mismo. A menos que el reino saudí entienda que los países civilizados de todo el mundo rechazarán esta conducta y se asegurarán de que paguen un precio por ella, seguirán haciéndolo", insistió.

Por su parte, el senador republicano Lindsey Graham también dijo creer que el príncipe heredero es el responsable en última instancia de lo sucedido. "Nunca me convencerán de que no hizo esto", afirmó hoy Graham en la cadena Fox. "Arabia Saudí es un aliado, pero este comportamiento está fuera de la norma hasta el punto de que las personas involucradas deben ser expulsadas [de sus cargos], en mi opinión. Arabia Saudí es un país. MBS es una persona. Y estoy dispuesto a separar a ambos", subrayó.

Foto: Un funcionario saudí abandona el consulado en Estambul, el 15 de octubre de 2018. (Reuters)

Trump ha seguido expresando su apoyo al príncipe heredero, especialmente en lo que concierne a las negociaciones sobre ventas de armas, pese a negarse a aceptar abiertamente la versión saudí sobre el asesinato de Khashoggi. Tras confirmarse su muerte, el mandatario afirmó que el Congreso jugará un papel importante a la hora de determinar la respuesta estadounidense, pero advirtió de que esa decisión deberá tener en cuenta que el reino "es un país muy rico" con "compras e inversiones" comprometidas por 450.000 millones de dólares a EEUU.

Un argumento que no ha convencido a muchos inversores, políticos y diplomáticos, como demuestra la cascada de cancelaciones de asistencia a la llamada Iniciativa de Inversión Futura, un importante foro financiero conocido como el “Davos del desierto”, previsto para esta semana en Riad. Los organizadores han decidido seguir adelante pese a todo, pero es notable el elevado número de paneles que se han visto obligados a suspender durante la última semana.

Ahora, todo el foco está puesto en Turquía, donde tuvo lugar el asesinato. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha asegurado que este martes dará a conocer todos los datos sobre el crimen. Y aunque los investigadores turcos han sido transparentes, dando a conocer todos los datos que iban averigüando, no está claro que el mandatario vaya a hacer lo mismo, o, como ha dado a entender ya mediante algunos indicios, tratará de utilizar lo sucedido para hacer avanzar, de algún modo, su agenda política.

El Gobierno alemán ha sentado un precedente: no exportará más armamento a Arabia Saudí hasta que se aclaren completamente las circunstancias del caso Khashoggi. "En lo que respecta a las exportaciones de armas estas no pueden tener lugar en las circunstancias actuales", declararon ayer la canciller Angela Merkel y el ministro de Exteriores Heiko Maas en un comunicado, en el que exige “transparencia” al reino. La reacción alemana es tal vez la más contundente hasta la fecha, y aumenta la presión sobre el ejecutivo de Pedro Sánchez, que hasta ahora se ha resistido a dejar de vender armas a los saudíes.

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