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Cumbre de la OTAN: Europa se prepara para la embestida de Trump
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el gasto en defensa, en el centro del huracán

Cumbre de la OTAN: Europa se prepara para la embestida de Trump

Después de los sinsabores del año pasado, el presidente estadounidense vuelve a la carga, con el objetivo de presionar a sus socios para que eleven su gasto en defensa

Foto: Trump durante la visita del secretario general de la OTAN a Washington en mayo (EFE)
Trump durante la visita del secretario general de la OTAN a Washington en mayo (EFE)

“Es una cumbre decisiva, en la que hay una espada de Damocles que pende sobre nuestras cabezas”. Así resume un diplomático europeo la sensación que predomina a este lado del Atlántico sobre la cumbre de la OTAN que se celebra este miércoles y jueves en Bruselas. La espada la sujeta Donald Trump, sobre la cabeza de sus socios europeos. Después de los sinsabores del año pasado, el presidente estadounidense vuelve a la carga.

El motivo de la ofensiva de Trump no es otro sino su empeño en presionar a sus socios para que eleven su gasto en defensa. El republicano, que hace apenas unos días dejaba caer que la Unión Europea es tan dañina para EEUU como China a cuenta de la disputa comercial, considera también que a Washington le sale muy costoso asegurar la defensa transatlántica.

Foto: Soldados de la OTAN durante los ejercicios militares Saber Strike en Orzysk, Polonia, en junio de 2017. (Reuters)

Por ello, viene a Bruselas dispuesto a exigir una vez más a sus aliados que eleven su gasto en Defensa al 2 % de su PIB. En 2017, solo cuatro de los veintinueve miembros de la OTAN lo hacían, una cifra que podría doblarse este año e incluir a EEUU, Reino Unido, Polonia, Rumanía, los Bálticos -Estonia, Lituania y Letonia- y Grecia. Es decir, el aliado más estrecho de Washington y países siempre alerta ante la amenaza de sus vecinos de mayor tamaño: Rusia o Turquía.

Que Trump pretende cantar otra vez las cuarenta a sus socios -tras los desplantes que ya protagonizó hace un año en la OTAN y la tensa reunión del G7 en Canadá- se da por hecho. La duda es si el presidente estadounidense irá más allá y tomará represalias. Por ejemplo, dejar de participar en ejercicios militares con aquellos socios que no lleguen a dedicar un 2 % de su PIB a gasto militar.

Peor sería que EEUU retirase las tropas que tiene desplegadas en países que no cumplen, ni van camino de hacerlo, como Alemania, donde tiene desplegados a cerca de 35.000 soldados. Esto supondría un serio revés para la Alianza Atlántica y pondría en tela de juicio su desarrollo futuro.

placeholder La nueva sede de la OTAN en Bruselas, en mayo de 2018. (Reuters)
La nueva sede de la OTAN en Bruselas, en mayo de 2018. (Reuters)

La estrategia europea

Los socios europeos prevén tratar de convencer con argumentos a Trump de que tenga en cuenta algo más que la cifra del 2 %.“La aportación a la defensa occidental no se puede medir solo en términos financieros”, recalcan fuentes diplomáticas, que apuntan, por ejemplo, al grado de participación en misiones en el extranjero como factor a tener en cuenta.

Sin embargo, la experiencia demuestra que la defensa retórica no es una estrategia ganadora con la Casa Blanca, por lo que los europeos se preparan para capear el temporal y tratar de sacar adelante los proyectos en los que está involucrada la OTAN. Entrar en una confrontación directa es un juego de riesgo con Trump y puede, además, ahondar las reticencias mutuas que ya está generando el despliegue de la PESCO, la Cooperación Permanente Estructurada en defensa, en la UE.

Pese a la presión de EEUU, ni desde Berlín, ni desde otros países, llegan señales de que vayan a alcanzar el 2 % a corto o medio plazo. Esta cifra fue un compromiso planteado en la cumbre de Cardif para 2024. Pero los europeos lo ven más como un objetivo deseable que una verdadera meta. “No es una obligación legal, como la interpreta Washington, sino una directriz”, recalcan las fuentes.

España: el aumento de Cospedal, en el aire

Se estima que no más de quince países podrían cumplir con el compromiso del 2 % en 2024. Ninguna de las grandes potencias europeas, con la salvedad de Reino Unido, lo alcanzan ahora, ni lo alcanzarían entonces. Por el momento, Alemania se ha comprometido a llegar al 1,5 % en 2024 y Francia podría alcanzar el 2 % en 2025.

placeholder El secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, la jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini y la entonces ministra de Defensa de España Maria Dolores Cospedal durante una reunión de defensa europea en Bruselas, en noviembre de 2017. (EFE)
El secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg, la jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini y la entonces ministra de Defensa de España Maria Dolores Cospedal durante una reunión de defensa europea en Bruselas, en noviembre de 2017. (EFE)

España no es una excepción. La anterior ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, se comprometió en una misiva a elevar al 1,53 % el gasto español en Defensa para 2024, lo que a precios de hoy supondría designar otros18.500 millones de euros. Pero el cambio de gobierno, ahora bajo la batuta de Pedro Sánchez, deja esta idea en el aire. Cospedal, al fin y al cabo, no era un compromiso en firme sellado en un plan nacional de defensa.

Foto: Un soldado español participa en los ejercicios de la OTAN en Skrunda, Letonia. (Reuters)

Con las cartas enviadas durante esta semana a varios jefes de Estado y de Gobierno para reclamarles un mayor gasto en defensa, Trump ha logrado centrar el debate previo a la cumbre de la próxima semana en el tema que a él le interesa. Quedan eclipsadas otras cuestiones que se abordarán el encuentro, como la reforma de la estructura de mando y control de la Alianza para "adaptarla a los desafíos del siglo XXI", como la amenazas hibridas, la ciberseguridad o las fake news; la lucha contra el terrorismo, en cooperación con países como Jordania y Túnez; o la puesta en marcha de dos nuevos mandos, uno en Alemania y otro en EEUU.

También se hará un guiño a Macedonia del Norte, país que podrá por fin acceder a la OTAN, después de haber logrado un acuerdo con Grecia para poner fin a años de disputas sobre el nombre del país. Un simbolo, esperan los defensores de la Alianza, de que ésta sigue con buena salud pese a las tiranteces entre uno y otro lado del Atlántico.

“Es una cumbre decisiva, en la que hay una espada de Damocles que pende sobre nuestras cabezas”. Así resume un diplomático europeo la sensación que predomina a este lado del Atlántico sobre la cumbre de la OTAN que se celebra este miércoles y jueves en Bruselas. La espada la sujeta Donald Trump, sobre la cabeza de sus socios europeos. Después de los sinsabores del año pasado, el presidente estadounidense vuelve a la carga.

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