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Brexit: ¿y ahora qué?
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qué pasa si no hay acuerdo y otros interrogantes

Brexit: ¿y ahora qué?

El Brexit se pone en marcha. Un proceso para el que los Veintisiete llevan meses preparándose, pese a lo que aún hay tantas incógnitas como certezas. Estas son las principales dudas

Foto: Tim Barrow entrega la carta del Brexit al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en Bruselas, el 29 de marzo de 2016. (Reuters)
Tim Barrow entrega la carta del Brexit al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en Bruselas, el 29 de marzo de 2016. (Reuters)

Tal y como prometió hacer antes de finales de marzo, Reino Unido ha notificado formalmente a sus socios que desea abandonar la Unión Europea. Se ha puesto en marcha el Brexit, un proceso para el que los Veintisiete y las instituciones europeas llevan meses preparándose, pese a lo que aún hay tantas incógnitas como certezas.

¿Cómo ha sido el pistoletazo de salida?

El Gobierno británico ha enviado a su embajador ante la UE, Tim Barrow, a entregar en mano la carta con la que ha activado el artículo 50 de los tratados europeos. Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo —la institución que representa a los líderes europeos en Bruselas—, ha sido el encargado de recibirla. La carta ha llegado a Bruselas en el tren rápido que cruza el Canal de la Mancha, el Eurostar.

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¿Han empezado ya las negociaciones?

No. Comenzarán una vez la Unión Europea lleve a cabo todo su procedimiento interno para ello. No será antes del 29 de abril.

¿Cuánto van a durar?

Lo que sí ha comenzado con la activación del artículo 50 es la cuenta atrás de los dos años en los que se debe encontrar un acuerdo. Si no se logra en este periodo, será necesario que ambas partes se pongan de acuerdo para prolongar las conversaciones. El problema es que para que la UE dé su visto bueno, es necesario que los Veintisiete países que permanecerán en el club comunitario estén de acuerdo en prorrogar las conversaciones. Con que uno solo se oponga, no será posible hacerlo.

Existen serias dudas respecto a que se pueda cerrar todo en tan solo dos años. Varios expertos prevén que esto necesitará al menos de cinco o seis años, otros consideran que se tardará aún más.

¿Qué tienen que acordar?

Un acuerdo de divorcio y un nuevo marco de relaciones. Cómo será la nueva relación entre Reino Unido y los Veintisiete dependerá de qué se negocie. Es decir, de si el país busca un Brexit más o menos duro y de si acepta las condiciones que la UE le exigirá para ello, por ejemplo, respetar las cuatro libertades fundamentales (libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas) para seguir formando parte del mercado único.

Lo que va a suceder exactamente es aún impredecible, ya que, como en toda negociación, ninguna de las dos partes ha mostrado todas sus cartas antes de sentarse a la mesa.

¿Qué va a ser lo primero que se negocie?

Una de las prioridades para los Veintisiete es asegurar desde el principio los términos del divorcio, y luego entrar a negociar cómo será la nueva relación entre la UE y el Reino Unido. Esto incluye, para los europeos, asegurar desde el inicio los derechos de los ciudadanos europeos que residen en la isla. La UE también quiere aclarar rápidamente la delicada cuestión presupuestaria, para dar seguridad y continuidad a los programas que son financiados con fondos europeos. Sin embargo, desde Londres advierten de que nada estará cerrado hasta que el paquete completo se haya acordado, es decir, pretenden acordar al mismo tiempo el divorcio y los términos de la nueva relación, un primer punto de fricción entre las partes.

Foto: Theresa May firmó este martes la carta en la que invoca el artículo 50 del Tratado de Lisboa y solicita la salida de Reino Unido de la UE. (Reuters)

¿Quién va a pagar los platos rotos del divorcio?

Una de las cuestiones más controvertidas es la factura que deberá pagar Reino Unido a sus socios europeos ahora que abandona la UE. “No hay un precio a pagar por irse. Pero tenemos que hacer cuentas. No vamos a pedir a los británicos que paguen un solo euro por nada a lo que no se hayan comprometido como miembros” de la Unión, ha explicado el líder de los negociadores europeos, Michel Barnier. Se trata de que Reino Unido desembolse fondos para cubrir cosas a las que se había comprometido con sus socios, como el pago de pensiones de funcionarios europeos o proyectos científicos, de infraestructuras y otros acuerdos de inversiones ya comprometidos.

La minuta exacta que los socios pasarán a Reino Unido está por precisar, pero el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ya ha adelantado que estará en torno a los 60.000 millones de euros. Reino Unido pretende reducir esta factura al mínimo.

Además, queda por aclarar qué harán los estados miembros para cubrir el hueco de miles de millones que Reino Unido deja en los presupuestos comunitarios.

¿Qué pasa si no se llega a un acuerdo?

Si Reino Unido y sus aún socios no logran entenderse en estos dos primeros años, y si no hay consenso para prorrogar las negociaciones, el país abandonará la Unión Europea (UE) sin ningún tipo de acuerdo. Qué sucedería en este caso está aún sujeto a especulaciones, pero se espera que cause serios problemas. Barnier, por ejemplo, ha avisado de que una salida brusca del Reino Unido supondría perturbaciones en los vuelos que salgan y aterricen en suelo británico, colas de camiones en el puerto de Dover tratando de cruzar la frontera al continente o una falta de combustible nuclear para las plantas atómicas de Reino Unido.

En Bruselas se ha tanteado la opción de buscar algún tipo de acuerdo transitorio, algo de lo que Londres no quiere oír hablar.


¿Quién encabezará las negociaciones?

La Comisión Europea será la encargada de liderar las conversaciones, para lo que se le dará el título de 'negociadora de la Unión'. Para ello cuenta con un equipo negociador, que se mantiene en estrecho contacto con el Consejo Europeo. En su encuentro del día 29, los líderes europeos también aprobarán unas 'directivas' o 'directrices' en las que se incluirá 'substance?' y que aclararán cómo va a relacionarse el Consejo tanto de manera interna como con la Comisión Europea. Esta aceptará a representantes de la presidencia del Consejo Europeo en su equipo negociador. También habrá un miembro de la presidencia rotatoria que cada seis meses ostenta un Estado miembro diferente. Este semestre es Malta, el siguiente será Estonia, tras lo que será el turno de Bulgaria, Austria y Rumanía.

¿Un francés para el Brexit?

Sí. El negociador de la Unión Europea es Michel Barnier, un conservador francés de larga carrera política tanto en París —donde ha sido ministro de Exteriores y de Asuntos Europeos— como en Bruselas. Hasta 2014 ejerció como comisario europeo de Mercado Interior y Asuntos Financieros, una cartera clave para Reino Unido, con quien tuvo que gestionar las tensiones que generan en la City los intentos de Bruselas de regular el sistema financiero. Barnier liderará las negociaciones y deberá informar “sistemáticamente” a los países de la marcha de los contactos.

¿Y la Eurocámara no participa?

Sí, pero como sucede en otros asuntos, el rol del Parlamento Europeo durante las negociaciones del Brexit no es central. No obstante, eso no quiere decir que no tenga voz. El PE tendrá que aprobar cualquier acuerdo que salga de las negociaciones —el de divorcio, el de las nuevas relaciones o uno conjunto que incluya ambas vertientes—. Y si no le gusta, podría vetarlo.

La Eurocámara ha nombrado a su propio equipo para el Brexit, encabezado por el federalista Guy Verhofstadt, para seguir el proceso. Barnier se encargará de informar “regularmente” del avance de las negociaciones a los eurodiputados, que también podrán ser informados de boca de Donald Tusk.

Tal y como prometió hacer antes de finales de marzo, Reino Unido ha notificado formalmente a sus socios que desea abandonar la Unión Europea. Se ha puesto en marcha el Brexit, un proceso para el que los Veintisiete y las instituciones europeas llevan meses preparándose, pese a lo que aún hay tantas incógnitas como certezas.

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