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Tailandia aprueba entregar el poder absoluto a los militares
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INSTITUCIONES NO DEMOCRÁTICAS Y OTRAS AFRENTAS

Tailandia aprueba entregar el poder absoluto a los militares

La vigésima Constitución, propuesta por la Junta Militar, es un texto muy polémico que instaura instituciones no democráticas y debilita el poder del Gobierno en favor de los militares

Foto: Un soldado prepara su voto para el referéndum en una barraca electoral de Bangkok. (EFE)
Un soldado prepara su voto para el referéndum en una barraca electoral de Bangkok. (EFE)

Tailandia ha decidido añadir una nueva Carta Magna a su larga lista de Constituciones que han regido la vida política del país desde que la monarquía absoluta fue depuesta en el país en 1932. La vigésima Constitución, propuesta por la Junta Militar que lleva en el poder desde el golpe de Estado de mayo de 2014, aprobada este domingo en referéndum, es un texto muy polémico que, según sus críticos, instaura instituciones no democráticas y debilita el poder del Gobierno en favor de los militares.

Con más del 90% del voto escrutado, el nuevo texto tenía un 61% de los votos a favor por un 38% en contra, según datos de la comisión electoral. Con una participación ha sido del 55% y en una jornada en calma, los ciudadanos tailandeses han aprobado también con un 58% de los votos una segunda pregunta que autoriza al futuro Senado a participar en la elección del primer ministro de la primera legislatura. Así, se abrirá un periodo de transición de cinco años en el que se formará un senado con 250 escaños elegido a dedo por los militares que tendrá amplios poderes.

La intervención de los militares en la política tailandesa ha sido una constante durante los siglos XX y XXI y los diferentes gobiernos han sufrido 13 golpes de Estado, más seis fallidos, desde 1932. La nueva Constitución facilita, sin embargo, el control de las decisiones políticas por parte de los militares sin necesidad de deponer los gobiernos.

Durante la historia contemporánea del país, la monarquía ha sido un importante contrapeso al poder de los militares. Sin embargo, el rey Bhumibol Adulyadej, de 88 años, se encuentra en un delicado estado de salud y no ha sido visto en público desde hace varios meses. La Junta Militar asegura que la Constitución es un paso fundamental en el restablecimiento de una "democracia plena y sostenible", y que llevará a la elección de un nuevo Gobierno civil en los comicios previstos a mediados de 2017, tras haber sido pospuestos en varias ocasiones.

Sin embargo, la Federación Internacional para los Derecho Humanos (FIDH en sus siglas en inglés) aseguró en un informe pubicado días antes de la consulta que ese nuevo gobierno estará sometido al control del régimen castrense y que la nueva Constitución podría "provocar más inestabilidad política" porque "permitirá a los militares y sus aliados reforzar su control del poder y cementar su influencia en asuntos políticos". Así, según el informe, el periodo de transición de cinco años en el que se sumerge ahora el país tendrá nueve afrentas fundamentales a la democracia del país:

1. Los decretos aprobados por la Junta en los últimos dos años seguirán vigentes. Algunos de ellos, como las órdenes 3 y 9 aprobadas este año, han puesto en marcha polémicos planes de desarrollo, mientras que otros han recortado de forma importante derechos y libertades civiles.

2. Los militares y sus aliados seguirán controlando el poder, especialmente a través del Senado.

3. La Carta Magna incluye instituciones no democráticas. El principal ejemplo es, de nuevo, el Senado elegido a dedo.

4. Los senadores tendrán poder de veto sobre las reformas a la Constitución. Cualquier enmienda a la Constitución necesitará el voto positivo de al menos un tercio de los senadores para ser aprobada.

5. La Constitución abre además la puerta a que el primer ministro sea alguien no elegido en las urnas. Durante el periodo de transición, si la Cámara Baja no consigue designar a un primer ministro, un candidato externo podrá ser nombrado primer ministro.

6. Uno de los puntos más controvertidos es la posibilidad de deponer al primer ministro y sus ministros por falta de "estándares éticos" o de "honestidad aparente". Para ello, solo es necesario un 10% de los diputados o de los senadores. Esto supone institucionalizar, de facto, los golpes de Estado ya que el sistema permite cambiar el gobierno fácilmente a través del senado.

7. Ciertas instituciones, como la Corte Constitucional, la Comisión Nacional contra la Corrupcion o la Comisión Electoral, tendrán poderes ampliados que no estarán sometidos a ningún tipo de control.

8. La Constitución también reforma la Comisión Nacional de Derechos Humanos, creada por la llamada Constitución del Pueblo de 1997 como una institución de control del gobierno, y le desprovee de algunas de sus principales herramientas para defender los derechos humanos, como recibir quejas de los ciudadanos o realizar investigaciones independientes.

9. Por último, la FIDH asegura que la protección de los derechos humanos será muy débil y que no se garantizan libertades fundamentales como la de expresión e información.

La Junta militar ha defendido que la nueva Constitución y el periodo de transición son necesarios para cerrar la crisis política en la que Tailandia ha estado inmersa desde 2006, cuando otro golpe de Estado depuso al entonces primer ministro Thaksin Shinawatra. La crisis llevó a la creación de dos grupos, los camisas rojas, mayoritariamente procedentes de zonas rurales del norte y noreste del país y partidarios de Thaksin Shinawatra, y los camisas amarillas, urbanitas de Bangkok y habitantes del sur del país, pro-realistas y anti-Shinawatra. Ambos grupos han coloreado las calles de la capital en numerosas ocasiones en multitudinarias protestas; las últimas, lideradas por los camisas amarillas, fueron las que llevaron a la deposición del Gobierno de Yingluck Shinawatra, hermana del antiguo primer ministro Thaksin, en el golpe de mayo de 2014

Las calles han estado tranquilas desde entonces en un país en el que los militares han prohibido las concentraciones de más de cuatro personas, pero los camisas rojas se han opuesto desde el principio a la nueva Constitución.

Tailandia ha decidido añadir una nueva Carta Magna a su larga lista de Constituciones que han regido la vida política del país desde que la monarquía absoluta fue depuesta en el país en 1932. La vigésima Constitución, propuesta por la Junta Militar que lleva en el poder desde el golpe de Estado de mayo de 2014, aprobada este domingo en referéndum, es un texto muy polémico que, según sus críticos, instaura instituciones no democráticas y debilita el poder del Gobierno en favor de los militares.

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