Zapatero, en Telesur, de Venezuela: "Ya me siento un poco de aquí, si me dejan"

Comedido, diplomático y tratando de esquivar los envites de Ernesto Villegas en medio de una mala iluminación. El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero hizo gala de su 'talante' en el programa 'Siete preguntas', que conduce el que fuera ministro de Comunicación de los últimos meses de Hugo Chávez y los primeros de Nicolás Maduro. Aunque muchos en Venezuela se cuestionan qué adjetivo acompaña a ese talante, especialmente los votantes de oposición, el de León remarcó varias veces que es un demócrata.

Lo hizo cuando Villegas, zorro viejo en estas lides, le preguntó de forma bastante capciosa si era posible el diálogo ante los requerimientos de la Mesa de la Unidad: referéndum revocatorio y amnistía para los presos políticos. “Hay que respetar el derecho constitucional, en este caso de la oposición, de solicitar un revocatorio”. Los más radicales, los más anti-ZP (y posiblemente, antidiálogo), pueden remarcar en esa frase que dijo solicitar y no realizar.

"He hablado con Maduro de todo, incluso de la amnistía", aseguró el expresidente socialista

Pero sus palabras adquieren bastante peso cuando se toma en cuenta que Telesur es un brazo comunicacional más del chavismo y que en esas ventanas solo se ha escuchado hasta ahora, de la boca del número dos del PSUV, Diosdado Cabello, el vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, y del mismo Nicolás Maduro, que no habrá revocatorio. También cuando apenas unos minutos antes, el presidente venezolano decía a la oposición en cadena nacional que aceptará un “cara a cara”.

El socialista arrancó la entrevista con un "Ya me siento un poco de aquí... Si me dejan, claro". En esa vía de conciliar ambos bandos, Zapatero dijo que “la democracia es la renuncia de cada uno a su programa máximo”. Revocatorio, salida de la cárcel de Leopoldo López, renuncia de Nicolás Maduro, cambio del sistema económico... Cartas de distintos mazos que a estas alturas del partido no se sabe cómo se jugarán.

Sí se sabe que ha hablado con el presidente de Venezuela “de todo”, hasta de la amnistía. Y que tiene buenas relaciones con Maduro. Como también que a partir de hoy le espera una agenda muy apretada de reuniones con ambos bandos.

No mencionó citas concretas, pero remarcó y puso en alza a Henry Ramos Allup, presidente de la Asamblea Nacional, del que destacó su verbo. “Hay quien lo puede criticar, pero es brillante”. También al diputado opositor Timoteo Zambrano, a quien calificó de “viejo amigo”, con capacidad de resolver los conflictos mediante el diálogo, algo que quedó probado en 2002, con las negociaciones ante el paro petrolero que tuvo al país en vilo durante meses. “Exadeco [miembro de la formación Acción Democrática] y del partido Un Nuevo Tiempo”, dijo. Y Villegas le salió con un “adeco es adeco hasta que se muere”, que para el expresidente pareció sonar como una coletilla más (“ah, no sabía que eso era así”), pero que en el imaginario chavista viene con la marca “es de la Cuarta República”, la anterior a la de Chávez. Y todo lo que huele a Cuarta -aquella época lejana en la que había saqueos, inflación alta, escasez y la gente no tenía para comer si no comida de perro-, es malo.

"Si Capriles no confía en mí, tengo que ganármelo"

Villegas no quiso dejar títere con cabeza y sacó a la palestra del mal iluminado estudio los comentarios que el gobernador del estado Miranda y dos veces candidato a la presidencia, Henrique Capriles, había dicho sobre el socialista (más o menos un “Zapatero a tus zapatos”). La respuesta vino con un comentario de vuelta punzante en guante de seda: “Si Capriles no confía en mí, tengo que ganármelo. Acepto las críticas, porque soy demócrata”.

Otro zasca lo dio al inicio, cuando señaló que “el libre comercio da lugar al desarrollo frente al comercio secuestrado”. Y dijo secuestrado, que no regulado, pero en la Venezuela de 2016 casi son sinónimos cuando hay que abrir la frontera y pisar Colombia para encontrar cosas tan básicas como aceite, harina o leche.

Repitió varias veces que no quería inmiscuirse en las políticas de Venezuela, como tampoco quería hacerlo con las decisiones de su partido ante otro diálogo por ahora sin frutos, el que se cuece en el Congreso de los Diputados. Ahí no se mojó, pero sí algo más cuando Villegas le preguntó su opinión sobre Podemos: “Quieren ser como el PSOE, pero para eso ya está el PSOE”.

Si se habla tanto de Venezuela en España, es porque “la situación está muy complicada, muy difícil, con una escasez evidente”, pero también porque “hay lazos afectivos muy fuertes con los venezolanos”, aseguró.

Casi al final de la entrevista, volvió a salir el tema España con su variante estrella para el chavismo: por qué Venezuela aparece tanto en la prensa española si allí pasan cosas tan graves como los desahucios. Y allí salió el orgullo patrio a decir, en una versión muy 'light', que sí, que los desahucios son un problema, pero que se ha ido mejorando la situación en España, que la cosa no está como antes. Y que si la prensa saca mucho a Venezuela es porque “la situación está muy complicada, muy difícil, con una escasez evidente”, pero también porque “hay lazos afectivos muy fuertes con los venezolanos”.

Quedará ver en los próximos meses si la afectividad y efectividad del expresidente surten efecto y las altas esferas políticas se ponen de acuerdo. Mientras, los de abajo seguirán esperando que las decisiones lleguen en la cola por un pan o en la carrera por un medicamento.