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Cosas buenas del ya presidente Donald Trump que casi nadie te cuenta
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UN EMPRESARIO 'DE ÉXITO' CONTRA LOS LOBBIES

Cosas buenas del ya presidente Donald Trump que casi nadie te cuenta

Millones de votantes no pueden estar tan equivocados. Aunque Trump sea xenófobo y demuestre pocos conocimientos de la función política, les seduce. ¿Por qué?

Foto: El candidato a la nominación republicana Donald Trump durante un mitin en Fayetteville, Carolina del Norte, el 9 de marzo de 2016. (Reuters)
El candidato a la nominación republicana Donald Trump durante un mitin en Fayetteville, Carolina del Norte, el 9 de marzo de 2016. (Reuters)

Millones de votantes republicanos no pueden estar tan equivocados. Aunque Donald Trump sea claramente xenófobo, misógino y demuestre pocos conocimientos de la realidad de la función política, les seduce. ¿Por qué? ¿No cuenta realmente con ningún buen atributo, como se desprende de la lectura de la prensa estadounidense e internacional? El 60% de los estadounidenses tiene una visión desfavorable del millonario. Pero este reportero considera que el desequilibrio en la cobertura del candidato republicano es exagerado, y eso impide comprender por qué encabeza las encuestas de intención de voto republicano en Estados Unidos. Desde aquí vamos a ejercer de abogado del diablo y a buscar cualidades positivas en el político más vilipendiado desde, quizá, Richard Nixon. Por cierto, finalmente, el 9 de noviembre de 2016, Donald Trump ganó las elecciones de Estados Unidos.

Foto: Donald trump gana las elecciones. ElConfidencial.LAB

Nuestra tarea empieza con un jarro de agua fría. Cuando pregunto a Kenneth Prewitt, profesor de Políticas Públicas de la Carnegie School neoyorquina, su respuesta es cortante como un cuchillo, como si la simple pregunta le hubiera ofendido: ni un hola, ni un adiós, solo un: “No hay nada positivo en referencia a la candidatura a presidente” de Donald Trump. Punto. O bien el rico y excéntrico político es el mismísimo demonio, o acaso el prestigioso politólogo es incapaz de hacer un análisis desapasionado de la situación. Eso en sí mismo es la prueba de que Donald Trump es, ante todo, un personaje extremadamente polarizador: o lo amas (un 33% de los encuestados por Gallup) o lo odias (un 60%, frente al 53% de animadversión que cosecha la candidata demócrata Hillary Clinton).

“Claro que tiene atributos que se pueden considerar positivos: ha puesto el foco de forma especial sobre la insatisfacción de los americanos acerca de su economía”, afirma para El Confidencial Robert Y. Shapiro, profesor de la Universidad de Columbia. “Y lo ha hecho apoyando el Estado del Bienestar (la Seguridad Social) y el 'Medicare' [Seguro de salud público para jubilados]) y afirmando que está dispuesto a subirle los impuestos a los ricos. Opina también que el mundo financiero tiene demasiada influencia. En esto se parece bastante a Bernie Sanders [el candidato socialista en el Partido Demócrata]. No sé si son ventajas, pero desde luego son posturas defendibles y nada ofensivas”, concluye. El politólogo destaca también rasgos del carácter de Trump: habla de forma directa y con honestidad, y ha enfatizado problemas que realmente preocupan a los estadounidenses, como la insatisfacción que les produce que su país “no esté ganando” en política exterior.

Donald Trump es, sobre todo, una 'celebrity'. Dirige y presenta desde 2008 el reality show 'The Celebrity Apprentice' (el famoso aprendiz), una secuela de 'The Apprentice', basado en duras entrevistas de trabajo, y emitido por primera vez con Trump hace una docena de años. Esta popularidad es clave para ser conocido y, de algún modo, para ser el presidente de los Estados Unidos “del Entretenimiento”.

“Creo que lo que atrae sobre las demás cosas a los votantes republicanos de Trump es que es un empresario de éxito y, por tanto, ajeno al mundillo político”, nos explica otro politólogo, Justin Phillips, también de la Columbia. “No está manchado por el inmovilismo que ha lastrado la política estadounidense durante la Administración Obama ni se ha rendido a los grupos de presión de los distintos intereses sobre los que normalmente se basa la financiación de las campañas aquí en Estados Unidos”. Esto le distingue, según el académico, del resto de los candidatos en liza. El mero hecho de que profiera frases poco ortodoxas (incitación al odio, según sus críticos) le permite subrayar ese aspecto de independiente.

¿Rico, súper rico o quebrado?

Tampoco se puede obviar su éxito económico. Él se ha encargado de vender una idea fuetre: que por el hecho de ser rico no tiene que rendir pleitesía a ningún grupo de presión para que financie su campaña. Este mensaje ha calado en un Estados Unidos donde los multimillonarios y las grandes corporaciones “compran” casi literalmente a su candidato, con donaciones sin límite ni control a los grupos de acción política o SuperPac que costean los anuncios en televisión y otros gastos a favor de cada campaña.

En este punto es preciso hacer un alto en el camino. Hay quien pone en duda la veracidad de las cuentas de Donald Trump. Periodistas de la cadena MSNBC han asegurado en 'prime time' que está, en realidad, quebrado o cerca de estarlo. Que tiene posesiones inmobiliarias, sí, como los innumerables Trump Buildings que pueblan Nueva York, pero éstos están en manos de los bancos.

Soy rico de verdad”, espetó recientemente el candidato a la prensa con una mueca de desdén. Al Comité Electoral Federal su equipo de campaña ha notificado que atesora “más de 10.000 millones” de dólares. Sin embargo, una de las biografías no autorizadas, contra la que el magnate ha presentado una demanda, afirma que su riqueza no llega a los 150 millones de dólares. El conocido periodista Lawrence O'Donnell ha asegurado que el empresario miente sistemáticamente acerca de su situación económica. Al fin y al cabo, apunta Lawrence, ¿por qué iba alguien con tanto dinero a presentar un programa de televisión durante 12 años?

Trump ha declarado concurso de acreedores de sus corporaciones en varias ocasiones, sobre todo en sus inversiones relacionadas con los casinos de Atlantic City. Pero no lo ha hecho de forma personal. “Nunca he entrado en bancarrota, ¡dejad de afirmarlo! He hecho lo que muchos grandes hombres de negocios: usar la Ley para obtener ventajas competitivas. A eso yo lo llamo ser listo”, ha declarado.

Revistas como 'Forbes' sitúan su riqueza en el orden de los 4.000 millones de dólares.

Y luego está todo lo demás

Por supuesto, la figura de Donald Trump es populista y radical desde casi cualquier punto de vista europeo. “Dice cosas totalmente inmaduras y degradantes para alguien que opta a un cargo público, más si cabe para alguien que pretende ser presidente”, nos explica el mismo Shapiro. “Es racista con latinos y musulmanes. No tiene ni idea de políticas públicas, ni le importa. Realiza afirmaciones incorrectas o, directamente, falsas. Es el tipo de demagogo que los Padres Fundadores de la República estadounidense más temían y de los que trataban de protegernos. Sus votantes están dispuestos a ignorar todo esto para centrarse en sus características positivas, sobre todo por comparación con los políticos habituales que rechazan porque, de nuevo, no hacen que Estados Unidos ‘esté ganando’”, concluye.

El futuro del magnate dentro del Partido Republicano está en entredicho. El 'establishment' ha comenzado una campaña para desacreditarlo. El anterior candidato republicano, el moderado de la costa Este Mitt Romney, encabeza los ataques contra quien, piensan, podría entregar el gobierno en bandeja a los demócratas durante otros cuatro años. Porque una cosa es que Trump pueda dar guerra a los conservadores, y otra bien distinta que los Estados Unidos de 2016 estén dispuesto a dejarle la responsabilidad del maletín nuclear a un tipo tan temperamental.

Millones de votantes republicanos no pueden estar tan equivocados. Aunque Donald Trump sea claramente xenófobo, misógino y demuestre pocos conocimientos de la realidad de la función política, les seduce. ¿Por qué? ¿No cuenta realmente con ningún buen atributo, como se desprende de la lectura de la prensa estadounidense e internacional? El 60% de los estadounidenses tiene una visión desfavorable del millonario. Pero este reportero considera que el desequilibrio en la cobertura del candidato republicano es exagerado, y eso impide comprender por qué encabeza las encuestas de intención de voto republicano en Estados Unidos. Desde aquí vamos a ejercer de abogado del diablo y a buscar cualidades positivas en el político más vilipendiado desde, quizá, Richard Nixon. Por cierto, finalmente, el 9 de noviembre de 2016, Donald Trump ganó las elecciones de Estados Unidos.

Marco Rubio Hillary Clinton Bernie Sanders
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