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El acto desesperado de una siria: “Elijo la muerte antes que ver a mis hijos morir”
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REFUGIADA, SE QUEMÓ A LO BONZO EN LIBANO

El acto desesperado de una siria: “Elijo la muerte antes que ver a mis hijos morir”

El cuerpo de Mariam Khaowlen está completamente cubierto por vendajes. Refugiada siria en Líbano, se quemó a lo bonzo porque sus hijos sufren el hambre

Foto: Mariam Khaowlen en el hospital libanés donde permanece ingresada tras inmolarse (CNN).
Mariam Khaowlen en el hospital libanés donde permanece ingresada tras inmolarse (CNN).

El cuerpo de Mariam Khaowlen está completamente cubierto por vendajes. La mujer gime levemente cuando una enfermera retira con cuidado la pajita de sus labios. Tiene unos cuarenta años, cuatro hijos y es una refugiada siria. Sus heridas no son producto de la guerra que desangra su país; son auto-infringidas.

“Elijo la muerte, elijo morir antes que ver a mis hijos morir un millón de veces enfrente de mí”, dice a dos reporteros de la cadena CNN a través de un intercomunicador. Su marido, Ahmad al-Daher, observa la habitación en la que yace Mariam a través de un cristal; sólo el personal médico puede acceder al cuarto. La conmoción y la tristeza inundan su rostro cuando escucha las palabras de la mujer de la que se enamoró hace 24 años.

“Es duro. Es duro para una madre que intenta alimentar a sus hijos. Quemaron mi corazón antes de quemar mi cuerpo. Era como un insecto para ellos”, murmura Mariam. Su historia de desesperación y frustración refleja las vivencias de los incontables refugiados sirios. Pero algo dentro de esta mujer, descrita como una persona fuerte y elocuente, debe de haberse roto.

Soy madre, mis hijos se mareaban por la falta de comida. Espero que Dios me perdone, espero que mi voz llegue a todas las madres. Quiero que mis hijos sean independientes, he trabajado muy duro por su educación, he trabajado toda la vida para que pudieran ir a la universidad

Mariam y su familia llegaron hace dos años a Líbano, donde la cifra de refugiados sirios ya ha superado el millón de personas, lo que convierte a este país en el de mayor concentración per cápita de refugiados en el mundo, según anuncio hoy el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). Procedían de la ciudad de Homs. Su nueva vida como refugiados era dura. Llegar a fin de mes se convirtió en una batalla continúa, sobre todo para que sus hijos, de entre 13 y 22 años, pudieran acceder a una escuela y a la universidad. Tres de los cuatro vástagos de Mariam y Ahmad padecen una enfermedad hematológica, lo que les dificulta el consumo de ciertos alimentos y puede provocar finalmente una anemia hemolítica.

La familia dependía de la ayuda internacional para salir adelante, pero hace seis meses el Programa Mundial de Alimentos y ACNUR realizaron una estimación de vulnerabilidad que concluyó que el 30% de los refugiados podían cubrir sus necesidades por sí mismos. Aquello dio lugar a una campaña de ayuda humanitaria dirigida y la familia de Mariam acabó excluida. Existe la posibilidad de revocar dicha exclusión, por eso esta mujer, según cuenta su familia, acudía repetidamente al centro de registro de ACNUR en Trípoli.

“Fui a verles una y otra vez, les decía que tenía que haberse equivocado”, cuenta Mariam a los reporteros de la CNN. “Me mintieron, se burlaron de mí, me gritaron que me fuera de allí. Les dije ‘Si no me dan nada, ¿de dónde voy a sacarlo? Voy a prenderme fuego, ¿cómo alimentaré a mis hijos? Sentid mi dolor, sentid lo que hay en mi corazón, sentid que tengo cuatro hijos”.

Su esfuerzo no sirvió de nada. Así que Miriam se inmoló.Los testigos aseguran que llegó hasta las puertas del centro de ayuda a refugiados, intercambió unas cuantas palabras con alguien en la entrada y se empapó en gasolina. Segundos después estaba envuelta en llamas.

Refugiadas sirias con sus hijos cruzan la frontera de Líbano en Arsal el pasado noviembre (Reuters). Personal de la ONU que trabaja en el centro asegura a la CNN que Mariam no fue humillada por sus trabajadores. No obstante, la agencia toma muy en serio estas acusaciones y ha abierto una investigación. ACNUR señala que ofreció a la familia reinstalarse en una vivienda comunitaria, pero que ésta lo rechazó porque temía por la seguridad de su hija. La ONU también estudia la posibilidad de que la familia sea readmitida en el programa de alimentos y de que la propia agencia pague la factura hospitalaria de Mariam.

Soy madre, mis hijos se mareaban por la falta de comida, uno me decía que no podía mover las piernas, otro ni siquiera levantaba la cabeza. Mi corazón ardía por mis hijos. Espero que Dios me perdone, espero que mi voz llegue a todas las madres, a cada persona que tiene consciencia. Quiero que mis hijos sean independientes, he trabajado muy duro por su educación, he trabajado toda la vida para que pudieran ir a la universidad”, dice Mariam, arrepentida, entre un terrible dolor físico y emocional.

Ahmad, su marido, se limpia disimuladamente las lágrimas y se gira mientras Miriam dice que no quiere que sus hijos la vean así. Quiere que la recuerden como era.

El país con mayor densidad de refugiados

El número de sirios que ha huido al Líbano ha superado el millón de personas, convirtiendo a este país en el de mayor concentración per capita de refugiados en el mundo, anunció hoy el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). En un comunicado, ACNUR señaló que esta cifra supone "un impacto enorme" para el pequeño país de acogida, de poco más de cuatro millones de habitantes. Según los datos difundidos hoy, por cada mil libaneses residentes hay 220 refugiados sirios, lo que representa casi una cuarta parte de la población del país.

En lo que se refiere al problema de los niños sirios, ACNUR explicó que 400.000 están en edad escolar y que en la actualidad su número en las escuelas públicas, 100.000, supera el de los libaneses

La agencia de la ONU recordó que los recursos libaneses se están agotando y que "la comunidad huésped está a punto de la ruptura", en alusión a las divisiones sectarias y entre partidarios y detractores del régimen sirio que se dan en el Líbano. El máximo responsable de ACNUR, Antonio Guterres, afirmó que "la afluencia de un millón de refugiados es masiva para cualquier país" y más en el caso del Líbano por "los graves problemas internos", por lo que no se le puede abandonar con esa carga.

"La ayuda internacional aumenta de modo lento y no corresponde a las necesidades. Apoyar al Líbano no es solo un imperativo moral sino también una necesidad para detener una mayor erosión de la paz y la seguridad en esta sociedad frágil", subrayó Guterres. Hizo hincapié, además, en que la ayuda recibida hasta ahora representa el 13% de la necesaria y ha sido destinada a las personas más vulnerables.

La nota de ACNUR apunta que el Líbano atraviesa graves problemas económicos desde el inicio del conflicto sirio en marzo de 2011, debido a la disminución del comercio, el turismo, la inversión y el aumento del gasto público. El Banco Mundial estimó que la crisis siria costó al Líbano 2.500 millones de dólares en pérdidas económicas en 2013 y amenaza con dejar a 170.000 libaneses en la pobreza a fin de este año. En lo que se refiere al problema de los niños sirios, ACNUR explicó que 400.000 están en edad escolar y que en la actualidad su número en las escuelas públicas, 100.000, supera el de los libaneses. Además de los colegios, también los hospitales está saturados ante el aumento de población, lo que afecta a las comunidades locales.

El cuerpo de Mariam Khaowlen está completamente cubierto por vendajes. La mujer gime levemente cuando una enfermera retira con cuidado la pajita de sus labios. Tiene unos cuarenta años, cuatro hijos y es una refugiada siria. Sus heridas no son producto de la guerra que desangra su país; son auto-infringidas.

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