Es noticia
Cómo fabricarse una identidad falsa en Tailandia y subirse a un avión con ella
  1. Mundo
EL AVIÓN DESAPARECIDO DESTAPA EL NEGOCIO

Cómo fabricarse una identidad falsa en Tailandia y subirse a un avión con ella

El caso del vuelo de Malaysia Airlines ha destapado el próspero mercado negro de pasaportes en Tailandia, que facilitó una identificación falsa a dos personas

Foto: Un agente de policía muestra una fotografía con uno de los presuntos pasajeros del avión Boeing 777-200. (Reuters)
Un agente de policía muestra una fotografía con uno de los presuntos pasajeros del avión Boeing 777-200. (Reuters)

Cuando el pasado sábado Malaysia Airlines desvelóla lista depasajeros que iban a bordo del Boeing 777-200 que cubría la ruta Kuala Lumpur-Pekín (con el código MH370) y del que nada se sabe desde entonces, elitaliano Luigi Maraldi no podía creer que su nombre estuviera entre los viajeros y que la edad indicada coincidiera con la suya. Llamó primero a su familia y luego se presentó en una comisaría de la isla de Phuket, al sur de Tailandia, para informar de que él no había embarcado en ningún avión. El pasaporte que le habían robado en esa misma isla el pasado mes de agosto sí franqueó las puertas del avión, pero en manos de una persona de nacionalidad iraní que probablemente lo adquirió en algunas de las redes de falsificación de documentos que han florecido durante las últimas décadas en el país asiático.

El extraño suceso del vuelo de Malaysia Airlines ha puesto en evidencia el próspero mercado negro de pasaportes en Tailandia, que facilitó una identificación falsa a al menos otra persona del avión, que embarcó con el pasaporte de un austriaco, Christian Kozel, a quien también le habían sustraído su documento en la misma isla tailandesa en 2012. “Ya estábamos tras la pista de varias redes de este tipo, pero en este caso no estamos seguros de si se trata de una organización internacional o de un simple asunto informal”, ha asegurado a El Confidencial el comisario del Departamento de Inmigración, Pharnu Kerdlarpphon.

Ya estábamos tras la pista de varias redes de este tipo, pero en este caso no estamos seguros de si se trata de una organización internacional o de un simple asunto informal, ha asegurado a El Confidencial el Comisario del Departamento de Inmigración Pharnu Kerdlarpphon

Khao San Road es el testimonio de la ligereza con la que las autoridades tailandesas se han tomado el asunto de las falsificaciones de documentos durante décadas. En la principal calle de mochileros de Bangkok, la capital del país, al menos una decena de puestos ofrece copias de documentos de identidad, carnés de conducir o incluso diplomas de las más prestigiosas universidades del mundo. “Pasaportes no hago”, asegura un vendedor nervioso, porque sabe que la lupa está sobre ellos después de la desaparición del avión. Sin embargo, buena parte de los extranjeros cazados con pasaportes falsos durante los últimos años aseguran haberlos conseguido en la turística calle de Bangkok o en algún lugar de Phuket o la también popular Pattaya.

La mayoría de estos pasaportes falsos son verdaderos documentos robados en tiendas de alquiler de motocicletas o coches, donde lo exigen como depósito, pero también en tirones de bolsos, habitaciones de hotel o incluso en las propias casas de los expatriados. El pasaporte se puede conseguir por unos 1.000 euros, según la policía, aunque el precio puede descender a 250 o subir hasta 3.000, según el país de procedencia del documento y la necesidad de adaptarlo a su nuevo portador.

placeholder Personal militar durante la búsqueda en el Mar de China del vuelo de Malaysia Airlines (Reuters).

Un DNI español por 20 euros y en 40 minutos

Para dar mayor solidez a la falsa identidad, el pack se completa normalmente con otros documentos menores, como los que se expiden abiertamente en Khao San. En este caso, el precio es mucho más barato ya que son copias de peor calidad. En Khao San, un DNI español cuesta apenas 20 euros y puede hacerse en 40 minutos. Sin embargo, no incluye el holograma de seguridad y los colores son ligeramente diferentes, por lo que saltaría rápidamente a la vista de las autoridades del país de expedición. Esto es lo que hace que la documentación europea sea especialmente interesante, ya que permite entrar sin necesidad de visado en varios países de la zona Schengen, donde pueden estar poco familiarizados con los documentos originales.

Para dar mayor solidez a la falsa identidad, el pack se completa normalmente con otros documentos menores, como los que se expiden abiertamente en Khao San. En este caso, el precio es mucho más barato ya que son copias de peor calidad. En Khao San, un DNI español cuesta apenas 20 euros y puede hacerse en 40 minutos

Las falsificaciones no servirían de mucho si se comprobara la base de datos de pasaportes robados creada por la Interpol en 2002, como respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001. “Cuando se roba un pasaporte, por ejemplo, italiano, Italia tiene que ponerlo en la base de datos. Pero si un país como Tailandia quiere acceder a la base de datos, tiene que hacerlo a través de la policía. Algunos países tienen sus sistemas de inmigración conectados directamente a la base de datos de Interpol. Pero no todos”, asegura a este diario un antiguo trabajador de la Interpol en Tailandia que prefiere preservar el anonimato.

Así, la mayoría de los países sólo comprueban aquellos pasaportes que les parecen sospechosos, por lo que el uso de documentos robados se ha convertido en algo habitual en el caso de inmigrantes ilegales, de tráfico de drogas o de demandantes de asilo que quieren acelerar sus procesos llegando directamente a Europa o Estados Unidos. Los controles rutinarios realizados por personas son poco exhaustivos y de dudosa eficacia, especialmente con personas de otras razas cuyas diferencias fisionómicas suelen ser menos apreciables.

placeholder Imagen de los dos pasajeros que embarcaron con pasaportes falsos (Reuters).

“No descartamos ninguna línea de investigación”

“Es posible que fuera un simple caso de tráfico de personas, aunque no descartamos ninguna línea de investigación”, aseguró el coronel Voravat Amornvivat, quien está a cargo del caso sobre los pasaportes en Tailandia. “Pero no tenemos casi información por parte de las autoridades de Malasia, así que no podemos avanzar en la investigación”, continúa. El coronel confirmó además que los pasaportes no fueron utilizados para abandonar Tailandia, a pesar de que los billetes fueron comprados juntos en una agencia de Pattaya, a unos 200 kilómetros de Bangkok, y cree que probablemente fueron enviados por correo a Malasia, país que, junto a Tailandia, se ha convertido en un punto de tráfico de personas.

La policía de Malasia también se ha inclinado por esta versión y cree que los dos viajeros eran inmigrantes iraníes que intentaban entrar ilegalmente en Alemania para asentarse allí. “No es probable que sean miembros de un grupo terrorista”, aseguró el jefe de la policía malasia, Khalid Abu Bakar, en una rueda de prensa, acerca de uno de los viajeros. De confirmarse esta teoría, se abrirían nuevos interrogantes sobre cómo el vuelo MH370 ha podido desvanecerse sin dejar rastro durante más de tres días a pesar de las intensas tareas de búsqueda. No obstante, Malasia no ha descartado el secuestro o el sabotaje y se ha ampliado el perímetro de búsqueda del avión. De lo que no cabe ninguna duda es de que, a pesar del refuerzo de las medidas de seguridad en los aeropuertos tras los atentados de 2001, fabricarse una nueva identidad y traspasar una frontera internacional puede ser igual de fácil que un juego de niños.

Cuando el pasado sábado Malaysia Airlines desvelóla lista depasajeros que iban a bordo del Boeing 777-200 que cubría la ruta Kuala Lumpur-Pekín (con el código MH370) y del que nada se sabe desde entonces, elitaliano Luigi Maraldi no podía creer que su nombre estuviera entre los viajeros y que la edad indicada coincidiera con la suya. Llamó primero a su familia y luego se presentó en una comisaría de la isla de Phuket, al sur de Tailandia, para informar de que él no había embarcado en ningún avión. El pasaporte que le habían robado en esa misma isla el pasado mes de agosto sí franqueó las puertas del avión, pero en manos de una persona de nacionalidad iraní que probablemente lo adquirió en algunas de las redes de falsificación de documentos que han florecido durante las últimas décadas en el país asiático.

Malasia Tailandia Inmigración Aerolíneas
El redactor recomienda