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El G20 frena a Obama
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LOS LÍDERES RECHAZAN EL ATAQUE A SIRIA

El G20 frena a Obama

Llegó a la antigua capital imperial para congregar apoyos y sólo obtuvo rechazo. La operación militar de castigo contra el régimen sirio que promueve el presidente

Foto: Barack Obama conversa con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante la cumbre. (Reuters)
Barack Obama conversa con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante la cumbre. (Reuters)

Llegó a la antigua capital imperial para congregar apoyos y sólo obtuvo rechazo. La operación militar de castigo contra el régimen sirio que promueve el presidente de EEUU, Barack Obama, cosechó ayer la negativa de la mayoría de los líderes del G20, reunidos en San Petersburgo para la cumbre anual del organismo. La condena de Rusia y China era evidente, pero el grueso de la comunidad internacional, Alemania y Reino Unido incluidos, también descartó involucrarse en un ataque contra Siria de consecuencias imprevisibles.

Obama se desplazó hasta el Palacio de Constantino, en Strelna, para participar en una cumbre centrada oficialmente en asuntos económicos, pero que extraoficialmente fue absorbida por el creciente distanciamiento entre EEUU y Rusia y la crisis siria. La operación contra Al Asad no figuraba en el orden del día, pero se abordó durante una cena informal propuesta por el anfitrión, Vladimir Putin, quien dijo responder con ello a las demandas de varios líderes.

El inquilino de la Casa Blanca ya había reconocido que no espera alcanzar un consenso en San Petersburgo, pero sí tenía la esperanza de, al menos, apuntalar a los escasos aliados que se muestran a favor de la acción militar (Francia, Turquía, Arabia Saudí, Emiratos Árabes y Kuwait). Sin embargo, la Vieja Europa, España incluida, presentó una voz común e intentó convencer a Obama de que cualquier acción militar debe contar con el respaldo del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tal y como adelantó este diario.

Londres presenta nuevas pruebas del ataque

José Durao Barroso y Van Rompuy, por su parte, apostaron sin tapujos por la vía política para solucionar un conflicto que ha provocado 100.000 muertos y dos millones de refugiados. China, como era de esperar, mostró abiertamente su oposición a castigar a Al Asad. Xi Jinping seguirá alineado con Putin, quien recientemente amenazó con enviar un escudo antimisiles a Siria si Washington lanza un ataque sin el respaldo de Naciones Unidas.

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Mientras, Reino Unido presentó ayernuevas evidencias del ataque con armamento químicolanzado el 21 de agostocontra un suburbio de Damasco en manos de los rebeldes. Científicos militares británicos han encontrado rastros de gas sarín en la ropa y restos de tierra de un paciente que estaba siendo tratado por una supuesta exposición a sustancias químicas cerca de la capital siria, según informó la oficina del premier David Cameron.

Conflictos soterrados con los países emergentes

En cuanto a los emergentes, la primera jornada de la cumbre concluyó con la clásica imagen de consenso en los principales asuntos económicos, pero también con la escenificación de toda una galería de conflictos soterrados entre los países desarrollados y los emergentes.

Los líderes están de acuerdo en que la economía global se recupera, aunque advierten que lo hace a un ritmo muy lento y poco sólido. Dormirse en los laureles podría provocar una nueva crisis económica y financiera. Las recetas para evitar el desastre, sin embargo, no siempre coinciden; depende de si las ofrecen las economías más desarrolladas de Occidente o los países emergentes, con el grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) a la cabeza.

Los emergentes llegaron a la cumbre, que arrancó ayer en el Palacio de Constantino, con un asunto de última hora que, en su opinión, ha provocado fuertes caídas de sus divisas nacionales en los últimos meses. El anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos que afirma que se plantea retirar los estímulos monetarios al dólar desató una fuga de capitales en la mayoría de los emergentes, puesto que el capital especulativo vuelve su mirada a la divisa estadounidense ante el previsible incremento de su rentabilidad.

En un intento por apaciguar los ánimos, Obama prometió durante la primera sesión plenaria que Washington suavizará gradualmente la política de flexibilización cuantitativa, una medida que usan algunos bancos centrales para inyectar dinero en la economía y estimular el crecimiento.

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Los países desarrollados critican con dureza las medidas proteccionistas adoptadas por muchos emergentes del G20e insisten en que sólo un comercio abierto y libre puede garantizar el crecimiento económico a escala global, como recalcó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

Brasil y Argentina, dos países aludidos por la CE, se defendieron asegurando que cumplen con todas las normas de la Organización Mundial de Comercio, cuya reforma quiere proponer, por otra parte, el anfitrión de la cita internacional, Vladimir Putin.

Rusia, recién ingresada en la OMC tras casi dos décadas de negociación y uno de los países del grupo más proteccionista, busca el apoyo de otros emergentes para introducir en las reglas de esta organización la posibilidad de adoptar en momentos puntuales de crisis salvaguardas para las economías nacionales.

El Gobierno asegura que concita elogios por la mejoría económica

Por último, fuentes del Gobierno español aseguraron que el presidente Mariano Rajoy recibió ayer el elogio de la cumbre y de líderes como Barack Obama y Vladimir Putin por la clara recuperación económica que consideran que ha logrado España en el último año.

De hecho, el G20 ha sacado a España de la lista de Estados con grandes desequilibrios económicos y en las conclusiones de la cita de San Petersburgo habrá una referencia explícita al país reconociendo que ha cumplido con sus compromisos.

Rajoy pidió a los líderes presentes en la cumbre que respalden políticas que consoliden esa mejoría de España y de otros países. En concreto, abogó por una combinación de políticas monetarias y cambiarias más equilibradas que permitan sostener la recuperación económica.

Llegó a la antigua capital imperial para congregar apoyos y sólo obtuvo rechazo. La operación militar de castigo contra el régimen sirio que promueve el presidente de EEUU, Barack Obama, cosechó ayer la negativa de la mayoría de los líderes del G20, reunidos en San Petersburgo para la cumbre anual del organismo. La condena de Rusia y China era evidente, pero el grueso de la comunidad internacional, Alemania y Reino Unido incluidos, también descartó involucrarse en un ataque contra Siria de consecuencias imprevisibles.

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