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Italia, ante el precipicio… ¿y ahora qué?
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NINGUNO DE LOS CANDIDATOS HABLA AÚN DE PACTOS QUE ACABEN CON LA INGOBERNABILIDAD

Italia, ante el precipicio… ¿y ahora qué?

“La situación es peliaguda como nunca antes había sido. No es que sea difícil, es que esta vez es endiablada”. El periodista Josto Maffeo, decano de

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Italia, ante el precipicio… ¿y ahora qué?

“La situación es peliaguda como nunca antes había sido. No es que sea difícil, es que esta vez es endiablada”. El periodista Josto Maffeo, decano de los corresponsales italianos en España, no oculta su desánimo. Italia ha votado contra Bruselas y las políticas de austeridad impuestas desde Berlín, quedando abocada a la ingobernabilidad y extendiendo el temor en los mercados. Un “error de la racionalidad colectiva” que ha dejado al país al borde del precipicio. Ante este panorama, sólo cabe una pregunta: ¿y ahora qué?   

Con las urnas aún calientes, los principales líderes políticos italianos dedicaron la jornada de ayer a ofrecer su valoración de los resultados. Ninguno presentó una indicación clara del camino a seguir. Pero éste pasa, irremediablemente, por la formación de un Gobierno de coalición, dado que repetir los comicios, el temido síndrome griego, tendría consecuencias desastrosas para Italia y la eurozona.

Maffeo, no obstante, contempla otras opciones. “Las hipótesis son las siguientes: en primer lugar, un Gobierno pro tempore, es decir, que tenga unos objetivos, que reforme la ley electoral (aprobada por el Ejecutivo Berlusconi y que dicta para el Senado el reparto de bonificaciones región por región) y se vuelva a votar en poco tiempo. Segunda, que se forme un verdadero Gobierno de concentración, en el que todas las partes se remanguen y se pongan a negociar. Es una opción complicadísima, porque ¿cuánto duraría? Tercera, se puede repetir la votación pero sólo para el Senado. Podría hacerse según la Constitución italiana, aunque no hay precedentes”, explica a El Confidencial.

El sistema en Italia es bicameral, es decir, tanto la Cámara de los Diputados como el Senado tienen el mismo poder legislativo y cualquier ley debe ser aprobada por ambas cámaras. Aquí reside el meollo de la cuestión: quien pretenda ostentar el poder debe lograr antes una mayoría en los dos órganos. Y mientras la coalición de centroizquierda de Pier Luigi Bersani, la más votada, obtuvo la mayoría absoluta en la Cámara de los Diputados gracias al sistema de premios al primer partido, en el Senado, donde tienen peso regiones más pobladas -como Lombardía, territorio Berlusconi-, ha logrado una mayoría relativa con un margen muy ajustado sobre la segunda fuerza, el centroderecha de Il Cavaliere.

Por detrás, en ambas cámaras, quedó el Movimiento 5 Estrellas, del cómico sin gracia Beppe Grillo, azote de los partidos tradicionales y adalid de los antisistema, el hombre que ha provocado un auténtico terremoto al cosechar un resultado extraordinario situándose como tercera fuerza parlamentaria. Los avances económicos y en la reducción del déficit no pudieron evitar que el tecnócrata Mario Monti encajase un duro revés, convirtiéndose en una figura irrelevante para futuras alianzas estratégicas. Unas alianzas que, dadas las diferencias entre las formaciones, se antojan muy complicadas a la hora de elegir al ganador que obtenga la mayoría en el Senado.   

El transfuguismo podría dar sorpresas

No pueden descartarse, no obstante, deserciones o cambios de bando que modifiquen el espectro político. “Hay que tener en cuenta que en Italia hay una gran tradición de transfuguismo. Es muy habitual que personas abandonen su formación en beneficio de otra, que se den movimientos internos. Sobre todo por cómo ha quedado la Cámara y, principalmente, por la formación de Beppe Grillo”, explica Josep Manuel Silva, profesor de Comunicación Política de la Universitat Abat Oliva.  

Silva destaca la importancia clave que ha tenido en los comicios el voto protesta. El profundo malestar de los italianos con la crisis económica, su creciente desprecio hacia la política, ha jugado un papel fundamental. Sin embargo, “no ha habido tantas sorpresas como se comenta. Ni el fracaso de Monti ni la recuperación de Berlusconi deben sorprendernos, aunque (Il Cavaliere) fuera un cadáver político". 

Por ahora, ninguno de los aspirantes en liza ha aclarado sus preferencias a la hora de pactar. Sobre la posibilidad de aliarse en el Senado con el centroizquierda para materializar ciertas reformas como la nueva ley electoral, Berlusconi se limitó a explicar ayer que ahora "todos tienen que reflexionar" y "esto llevará su tiempo". Bersani, por su parte, indicó sobre la posibilidad de alcanzar pactos en el Senado que no pretende "hilvanar acuerdos sobre no se sabe qué". Al menos por el momento: cuando le llegue su turno se dirigirá al Parlamento. Grillo descartó grandes alianzas de Gobierno y anunció que el sentido del voto de su grupo parlamentario en la próxima legislatura se estudiará caso por caso.

La situación es, por tanto, dramática, “pero no mortal. La historia de Italia enseña que de las situaciones más complicadas se ha salido con las soluciones más fantasiosas. Habrá que ver la presión de Europa o que los votantes de Grillo se den cuenta de lo que han hecho. La clave está en que nadie puede gobernar solo sin contar con los demás”, zanja Maffeo.        

“La situación es peliaguda como nunca antes había sido. No es que sea difícil, es que esta vez es endiablada”. El periodista Josto Maffeo, decano de los corresponsales italianos en España, no oculta su desánimo. Italia ha votado contra Bruselas y las políticas de austeridad impuestas desde Berlín, quedando abocada a la ingobernabilidad y extendiendo el temor en los mercados. Un “error de la racionalidad colectiva” que ha dejado al país al borde del precipicio. Ante este panorama, sólo cabe una pregunta: ¿y ahora qué?