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"No quiero seguir el camino de España, que gasta el 42% de sus impuestos en el Gobierno"
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OBAMA Y ROMNEY MIDEN SUS FUERZAS EN EL PRIMER DEBATE DE LA CAMPAÑA PRESIDENCIAL

"No quiero seguir el camino de España, que gasta el 42% de sus impuestos en el Gobierno"

Primer cara a cara en la carrera por la Casa Blanca. A cinco semanas de la cita electoral y con apenas tres puntos de diferencia en

Foto: "No quiero seguir el camino de España, que gasta el 42% de sus impuestos en el Gobierno"
"No quiero seguir el camino de España, que gasta el 42% de sus impuestos en el Gobierno"

Primer cara a cara en la carrera por la Casa Blanca. A cinco semanas de la cita electoral y con apenas tres puntos de diferencia en intención de voto, el presidente de EEUU, Barack Obama, y su rival republicano, Mitt Romney, midieron sus fuerzas anoche en el primer debate de la campaña presidencial, centrado principalmente en la economía. Y como no podía ser de otro modo, España salió a colación.

Para atacar a Obama, el aspirante republicano no dudó en cuestionar el modelo español, cuyo Gobierno trata de recaudar vía impuestos el dinero necesario para costear una Administración gigantesca e ineficiente. "España gasta el 42% de sus impuestos en el Gobierno. Nosotros también gastamos el 42%. No quiero seguir el camino de España", sentenció el exgobernador de Massachusetts.

Romney deploró el tamaño de la deuda USA y la carga fiscal. Además, denunció que la “excesiva” regulación en las políticas del presidente ha encadenado a la industria estadounidense y limitado su desarrollo. En ese punto, Obama, que recordó en repetidas ocasiones la herencia de George W. Bush, tiró con todo. "Si usted cree que hemos tenido excesiva regulación en Wall Street", dijo mirando a cámara, "entonces Romney es su candidato".

El combate de ambos para ganarse el apoyo de los indecisos puede resumirse en dos palabras: hay partido. El aspirante ha recortado distancias en las últimas encuestas (un sondeo publicado este miércoles por el Wall Street Journal y la cadena NBC otorga a Obama un 49% de los sufragios frente al 46% de Romney, cifra inferior a los cinco puntos de ventaja que tenía en septiembre) y el primer debate se considera un acontecimiento decisivo que marca la suerte de las elecciones, al tratarse de una de las últimas oportunidades para cambiar la tendencia.

El actual inquilino del Despacho Oval no tuvo su mejor noche. Se mostró indeciso, titubeante, torpe a la hora de articular un programa. Pese a sus vaguedades y al excesivo tecnicismo que contuvieron sus mensajes, el aspirante republicano pareció salir mejor parado, aunque está por ver si sus mensajes cargados de cifras calan en el estadounidense medio. Moderado por el veterano periodista Jim Lether, con once debates a sus espaldas, y celebrado en la Universidad de Denver (Colorado), el cara a cara podría suponer el golpe de efecto que Romney necesitaba desesperadamente.

El primer bloque, versado en política interior, dio paso a un intercambio de ideas sobre la creación de puestos de trabajo, los impuestos, la sanidad y la reducción del déficit.  Obama destacó la necesidad de proteger a la clase media estadounidense y acusó a su rival de dar marcha atrás en su propuesta de reducir los impuestos a gran escala. "Durante 18 meses ha estado hablando de su plan de recortes fiscales y ahora, a cinco semanas de las elecciones, dice que su gran idea no importa”, atacó el presidente, que apostó también por aumentar la inversión pública en educación y favorecer a las compañías que invierten en territorio norteamericano. 

Romney respondió que Obama había tergiversado el contenido y la forma de su plan tributario. Desafiante y directo, logró poner en aprietos al actual presidente al puntualizar que bajo la Administración demócrata las familias "de ingresos medios" están siendo aplastadas. “No voy a recortar los impuestos a los ricos. Eso no es lo que voy a hacer”, prometió, al tiempo que propuso abrir nuevas vías comerciales, especialmente con Latinoamérica, para recuperar la vitalidad de la economía estadounidense. “Abrirse al comercio, particularmente en América Latina; enfrentarse a China si hacen, y cuando hagan, trampa”, añadió.

Pendientes de los estados bisagra

La carrera por el Despacho Oval parece ahora más ajustada que cuando concluyeron las convenciones demócrata y republicana, a finales de agosto y principios de septiembre. Aún quedan otros dos debates (el día 16 en Hempstead, Nueva York, y el 22 en Boca Ratón, Florida) pero el primero es determinante. Prueba de ello es que los candidatos abandonaron hace días toda actividad electoral para concentrarse por completo en preparar el cara a cara.   

Sin embargo, los analistas sostienen que la campaña se decidirá en los nueve swing states (los denominados estados bisagra porque oscilan entre el azul y el rojo) de Nevada, Ohio, Florida, Virginia, Carolina del Norte, Colorado, Iowa, Wisconsin y New Hampshire. Los síntomas de prosperidad económica en algunos de los swing states, como Ohio o Virginia, podría dar un empuje clave a Obama. De los estados clave en estas elecciones, muchos tienen tasas de desempleo por debajo de la media nacional. Los factores varían según cada región y su industria: Ohio y Pensilvania se están beneficiando de un boom manufacturero y de perforación de pozos petrolíferos. El primero también se ha beneficiado del resurgir de la industria del automóvil. Los analistas subrayan que será tremendamente difícil para Romney alcanzar el Despacho Oval sin una victoria en Ohio. Virginia, por su parte, se apoya en una alta concentración de contratistas de Defensa y su mano de obra federal.

Los expertos prevén, a priori, que el presidente vuelva a resurgir en las encuestas tras los debates, debido principalmente a un carisma que no terminan de ver en Romney. El candidato republicano ha convertido la economía en uno de los ejes principales de su campaña hasta lograr que el electorado le tenga en mejor consideración cuando se trata de combatir el desempleo o luchar contra el déficit. Sin embargo, obtiene una peor valoración en un campo tradicionalmente rojo como los impuestos, así como en otras cuestiones que preocupan más al electorado demócrata como educación o sanidad. En política exterior, temática del último de los tres debates, la diferencia se amplía hasta ocho puntos, ya que el 52% ve más capacitado a Obama frente al 45% que apuesta por Romney.

Primer cara a cara en la carrera por la Casa Blanca. A cinco semanas de la cita electoral y con apenas tres puntos de diferencia en intención de voto, el presidente de EEUU, Barack Obama, y su rival republicano, Mitt Romney, midieron sus fuerzas anoche en el primer debate de la campaña presidencial, centrado principalmente en la economía. Y como no podía ser de otro modo, España salió a colación.

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