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Hollande planta cara a Merkel: el pacto fiscal se renegociará
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LA CANCILLER, A LA DEFENSIVA EN SU ENCUENTRO CON EL FRANCÉS

Hollande planta cara a Merkel: el pacto fiscal se renegociará

Hubo coup de foudre, pero fue un rayo que rozó  el avión presidencial, no un enamoramiento a primer golpe de vista entre François Hollande y Angela

Foto: Hollande planta cara a Merkel: el pacto fiscal se renegociará
Hollande planta cara a Merkel: el pacto fiscal se renegociará

Hubo coup de foudre, pero fue un rayo que rozó  el avión presidencial, no un enamoramiento a primer golpe de vista entre François Hollande y Angela Merkel. En este primer encuentro ya ha quedado muy claro que Hollande va a cumplir lo que dijo en campaña electoral: el Pacto Fiscal se va a renegociar, aunque haya sido ya firmado por 25 países de la Unión, y a pesar de que Merkel se niegue a ello. En las próximas semanas, tuvo que escuchar la canciller, se van a poner sobre la mesa todas las fórmulas que contribuyan a impulsar el crecimiento en Europa, incluidos los eurobonos que Alemania sigue rechazando desde el primer día.

Hollande, novicio como gobernante en ejercicio, no se ha arrugado en absoluto ante la experimentada Merkel, que lleva siete años como primera ministra de la República Federal. Y le ha dejado muy claro que no va a ser ella la única que decida el futuro de Europa. Por eso y porque sabe que tiene que buscar un mínimo consenso con Berlín, el nuevo presidente francés ha ofrecido a la canciller estudiar de aquí y hasta el Consejo Europeo de finales de junio cómo encajar jurídicamente junto al Pacto Fiscal ese Pacto de Crecimiento en el que pueden tener cabida medidas ya abordadas con anterioridad como el uso de 80.000 millones de euros procedentes de los fondos estructurales no utilizados, el potencial del Banco Europeo de Inversiones, los Project Bonds o la implantación del impuesto de transacciones financieras en algunos países europeos, por más que Gran Bretaña o Suecia no se sumen a él.

Por vez primera en mucho tiempo, anoche Angela Merkel se veía a la defensiva. Perdida en esa retórica habitual de la responsabilidad del eje franco-alemán y de la necesidad y la obligación de entenderse a pesar de pertenecer a familias políticas diversas, pero desarbolada frente a la contundencia de los argumentos del presidente francés. Un Hollande que iba más allá de los vacíos mensajes de solidaridad con Atenas: “quiero mostrar a los griegos que Europa está dispuesta a ayudarles poniendo en marcha medidas de crecimiento de las que se beneficie también  ese país”.

Consciente de que también él debe dar ejemplo de seriedad financiera, François Hollande anunció ayer que pedirá al Tribunal de Cuentas de su país un estudio de la situación presupuestaria que hereda de Sarkozy, para abordar el saneamiento de una economía que está casi en recesión, como ayer confirmó Eurostat. Pero también aquí Hollande recurrió al crecimiento como bálsamo de Fierabrás: sin ese crecimiento, insistió, no habrá  posibilidad de alcanzar nuestros objetivos, que son reducir el endeudamiento y el déficit público. Una vez más, Hollande desafiaba a la ortodoxia alemana rechazando el método de la austeridad como único generador de consolidación financiera, aunque está aún por ver cuántos de sus planteamientos actuales no van a tener que verse modificados sobre la marcha.

De la misma manera que no hubo besos en el momento del primer encuentro ni tampoco grandes muestras de camaradería, tampoco cabe esperar que en el futuro las posiciones se vayan a acercar de manera automática y fluida. Las disonancias han quedado ya bastante a la vista, más allá de que ambos estén de acuerdo en que prefieren que Grecia permanezca en la Eurozona. Merkel y Hollande serán -al menos en una primera etapa- dos pragmáticos obligados a entenderse, pero todo hace pensar, después de esta cita inaugural berlinesa, que el Eje va a necesitar mucho más lubricante del que se pensó en un primer momento.

Hubo coup de foudre, pero fue un rayo que rozó  el avión presidencial, no un enamoramiento a primer golpe de vista entre François Hollande y Angela Merkel. En este primer encuentro ya ha quedado muy claro que Hollande va a cumplir lo que dijo en campaña electoral: el Pacto Fiscal se va a renegociar, aunque haya sido ya firmado por 25 países de la Unión, y a pesar de que Merkel se niegue a ello. En las próximas semanas, tuvo que escuchar la canciller, se van a poner sobre la mesa todas las fórmulas que contribuyan a impulsar el crecimiento en Europa, incluidos los eurobonos que Alemania sigue rechazando desde el primer día.

Angela Merkel