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Murdoch planta a Davos por cumplir su sueño inglés
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QUIERE COMPRAR LA CADENA BSKYB

Murdoch planta a Davos por cumplir su sueño inglés

No es habitual ver a Rupert Murdoch por Londres. Hace tiempo, el magnate delegó en su hijo James todas las competencias que News Corporation tiene fuera

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Murdoch planta a Davos por cumplir su sueño inglés

No es habitual ver a Rupert Murdoch por Londres. Hace tiempo, el magnate delegó en su hijo James todas las competencias que News Corporation tiene fuera de Estados Unidos y desde entonces sus viajes a la capital británica han sido más bien escasos. Sin embargo, esta semana ha hecho un cambio de planes en su agenda. Y el asunto parece serio, porque lleva ya varios días y ha anulado su participación en el Foro Económico de Davos. Definitivamente, no se trata de una visita de exaltación de amor paterno-filial.

 

El escándalo de las escuchas ilegales que supuestamente han protagonizado altos cargos del News of the World –dominical del sensacionalista The Sun- ha pasado a una nueva escala y el australiano ha tenido que venir personalmente para resolver la crisis. Y es que Scotland Yard ha vuelto a reabrir el caso –y ya van cuatro veces- tras analizar unos correos electrónicos de Ian Edmonson, subdirector del dominical que ya ha sido destituido. La nueva investigación también se ha llevado por delante a Andy Coulson, jefe de Prensa del primer ministro. Se le vinculó desde el primer momento a las prácticas corruptas, pero no ha sido hasta ahora cuando ha salido por la puerta pequeña, rendido ante tanta presión.

 

El proceso está suponiendo también una humillación para la Policía británica, ya que se ha puesto de manifiesto que en la investigación que se llevó a cabo en 2007 no localizaron todos los documentos que ahora se están estudiando. Aquella pesquisa, terminó con el responsable de la información de la Casa Real del dominical Clive Goodman y el detective privado Glenn Mulcaire en la cárcel.

 

Desde que se ha reabierto el caso, cada día salen a la luz más nombres de personas que aseguran que sus teléfonos fueron pinchados. Las víctimas van desde políticos hasta personajes del mundo del famoseo. Pero la preocupación de Murdoch no está precisamente en esta lista, sino en las repercusiones que todo esto puede tener para conseguir su sueño inglés: la compra de la cadena de televisión British Sky Broadcasting (BSkyB).

 

El magnate, que ya posee un 39% de la compañía, planea desde el año pasado adquirir el 61% restante, pero la supervisión de la competencia en Reino Unido tiene sus dudas por la posible concentración de poder mediático y ahora no le favorece que los periodistas vayan contando que obtiene sus exclusivas escuchando conversaciones privadas ajenas.

 

Murdoch controla el 22% de la información

 

News International, la principal filial británica de su imperio News Corporation, ya es dueña del reconocido The Times, de su edición dominical The Sunday Times, del sensacionalista The Sun y de su dominical News of the World. En definitiva, que Murdoch controla aproximadamente el 22% de la noticias que llegan diariamente a los británicos.

 

Periodistas, universitarios e incluso miembros de la Cámara de los Lores han pedido al Gobierno que bloquee la tentativa de compra apelando al pluralismo, pero no parece que David Cameron esté poniendo muchas trabas. Y no es de extrañar. El australiano nunca ha ocultado sus tendencias políticas conservadoras, pero a lo largo de la historia siempre ha mantenido una relación especial con el inquilino del número 10. Fuera cuales fueran sus idearios. Se llevó bien con Margaret Thatcher, con Tony Blair, con Gordon Brown –hasta que le abandonó con The Sun en el último momento- y ahora hace lo propio con el líder tory.

 

A ningún “premier” le ha interesado llevarse mal con el empresario y ahora Cameron no está dispuesto a romper la tradición bloqueando su gran operación, aunque eso le cueste enfrentamientos con sus propias filas. Algunos de los diputados “tories” más mediáticos, como el joven y rico Zac Goldsmith, se han unido al coro de críticas, pero el “premier” hace oídos sordos.

 

El líder conservador fue pillado esta semana comiendo con el hijo del magnate y aunque se escudó diciendo que era un encuentro de tantos que mantenía con la Prensa, todo indica a que en los postres hubo las mejores intenciones por ambas partes para que la compra de BSkyB llegue a buen puerto.

 

Los que tenían sus dudas las están disipando estos días con la actuación del ministro de Cultura, Jeremy Hunt. Al conservador el asunto le vino completamente de rebote. En un principio, la operación era responsabilidad del ministro de Empresa e Innovación, el liberaldemócrata Vince Cable.

 

La relación de Murdoch con los liberal demócratas nunca fue estrecha. Jamás pensó que acabarían en el poder formando coalición con los tories y los ataques durante la campaña electoral fueron bastante duros. Cuando se encontró con una cartera al mando, Cable quiso tomarse la revancha y en un off the record aseguró que “declararía la guerra” al australiano. La reacción de Cameron no se hizo esperar. Curiosamente, en unas horas el asunto cambió de departamento.

 

Los planes del australiano

 

Con Hunt las cosas van mucho más relajadas. El responsable de Empresas quería transferir de manera inmediata las intenciones del magnate a la Comisión de Competencia de Reino Unido, pero el ministro de Cultura ha decidido retrasar el proceso para “considerar unas propuestas”. En los mentideros se comenta que Murdoch podría separar News Corporation de BSkyB o incluso vender alguno de sus periódicos de rango menor para evitar el monopolio. Lo que está claro es que no quiere renunciar al 100% de la televisión.

 

Además, los últimos resultados de la compañía no han hecho otra cosa que incrementar la presión. BSkyB registró una subida del 26% en su beneficio de explotación para el primer semestre fiscal, hasta los 520 millones de libras, frente a los 486 millones previstos por el consenso. Ya ha roto la marca de los 10 millones de clientes.

 

Tras hacerse públicas las cuentas, sus acciones subieron el jueves casi un 2% a 771 peniques, muy por encima de los 700 peniques que en junio les ofreció News Corporation cuando hizo su primer intento en firme para la compra. Entonces, BSkyB dejó claro que las conversaciones empezarían por los 800 peniques, pero los analistas ya han subido su precio objetivo a los 825 peniques. Murdoch tendrá que renegociar. De momento, parece que el Gobierno le da vía libre para seguir con sus planes. Habrá que ver, sin embargo, cómo le tratan los medios que no están bajo su imperio.

No es habitual ver a Rupert Murdoch por Londres. Hace tiempo, el magnate delegó en su hijo James todas las competencias que News Corporation tiene fuera de Estados Unidos y desde entonces sus viajes a la capital británica han sido más bien escasos. Sin embargo, esta semana ha hecho un cambio de planes en su agenda. Y el asunto parece serio, porque lleva ya varios días y ha anulado su participación en el Foro Económico de Davos. Definitivamente, no se trata de una visita de exaltación de amor paterno-filial.

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