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El Grupo de Río afronta su reto más ambicioso: crear una Unión de América Latina
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FORMADA POR TREINTA TRES PAÍSES Y EL 7% DEL PIB MUNDIAL

El Grupo de Río afronta su reto más ambicioso: crear una Unión de América Latina

Los miles de turistas que reposan en los complejos hoteleros de Playa del Carmen, uno de los destinos por excelencia del ‘todo incluido’ de la Riviera

Foto: El Grupo de Río afronta su reto más ambicioso: crear una Unión de América Latina
El Grupo de Río afronta su reto más ambicioso: crear una Unión de América Latina

Los miles de turistas que reposan en los complejos hoteleros de Playa del Carmen, uno de los destinos por excelencia del ‘todo incluido’ de la Riviera Maya (México), son testigos de un inusual tránsito de furgones policiales, patrulleras y helicópteros. Aunque están más preocupados por la lluvia que por la celebración de la Cumbre de la Unidad que tendrá lugar los días 22 y 23 de febrero, a la que están invitados 33 jefes de Estado y de Gobierno de Latinoamérica y el Caribe con el propósito de constituir una organización única al estilo de la Unión Europea o la Africana para ganar peso en el mundo.

 

El dispositivo de seguridad, conformado por cerca de 3.000 efectivos desplegados por tierra, mar y aire, es patente desde que se desembarca en el aeropuerto internacional de Cancún y más aún en el lujoso hotel Grand Velas Riviera Maya, que acogerá la II Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC) del 21 al 23 de este mes. El único complejo hotelero de México que ha obtenido el Premio a la Calidad de The Leading Hotels of the World, inaugurado el pasado junio tras una inversión de 3.500 millones de pesos, es ahora un fortín. En las 85 hectáreas que ocupa se despliegan suntuosas suites que albergarán a los mandatarios, un increíble spa y cinco restaurantes de alta cocina internacional con los que México quiere mostrar a sus vecinos su poderío turístico.

Cerca está el hotel, menos ostentoso, que acogerá a unos 200 periodistas de casi 120 medios. Los huéspedes, en su mayoría estadounidenses y canadienses en bañador y chanclas, miran con curiosidad el tránsito de cámaras y ordenadores portátiles acarreados por gente cuya indumentaria no es acorde al lugar.

A la creación de este inusual paisaje en Playa del Carmen contribuye la celebración de la final de la IV edición del único torneo de golf de la Asociación de Golfistas Profesionales (PGA) que tiene lugar en México, con participantes de 15 países de los cinco continentes.

Las pretensiones de la denominada Cumbre de la Unidad son muchas y elevadas. En palabras de la ministra mexicana de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, se trata de crear un organismo único que integre a toda América, a excepción de Estados Unidos y Canadá, “ágil en la toma de decisiones y enfocado a la lucha contra la pobreza, la gobernabilidad y programas de desarrollo”, así como a solventar las diferencias políticas.

Pero es precisamente la distancia ideológica entre la izquierda de Hugo Chávez o Rafael Correa y el conservadurismo de Felipe Calderón o Álvaro Uribe, unida a divergencias diplomáticas, territoriales y económicas, lo que pueden suponer una traba para el proyecto de integrar al Grupo de Río y la Cumbre de América Latina y el Caribe en un solo organismo, no excluyente de la Organización de Estados Americanos (OEA).

La iniciativa fue lanzada por Brasil en la primera cumbre de la CALC celebrada en dicho país en 2008 con el objetivo de lograr ese foro único en 2010, coincidiendo con el bicentenario de la independencia de la mayoría de los países de la zona. Entonces y tras asumir la Secretaría Pro Témpore de la CALC el presidente mexicano y hoy anfitrión Felipe Calderón, apostó por lograr una “verdadera asamblea de pueblos latinoamericanos”. Ahora se enfrenta a ese reto acompañado del resto de mandatarios de América Latina y el Caribe.

En el caso de que se alcanzase ese acuerdo, el encargado de desarrollarlo será el presidente electo de Chile, Sebastián Piñera, ya que aunque Calderón cederá el cetro a Michelle Bachelet, a partir de marzo ejercerá el cargo su sucesor. Y no será tarea fácil impulsar un organismo único latinoamericano en una región donde ya operan fórmulas más o menos exitosas de agrupación como Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), la Comunidad Andina, Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), Caricom (Comunidad del Caribe) o Mercosur, propiciadas por proximidad geográfica o intereses económicos comunes.

Un gigante formado por 33 países

Es indudable el peso mundial que tendría lo que algunos mandatarios latinoamericanos se han aventurado a llamar la Unión de América Latina y el Caribe, teniendo en cuenta que integraría a 33 países que suman el 7,1% del PIB mundial y el 8,7% de la población del planeta.

Ante la importancia de la Cumbre, han confirmado su asistencia casi todos los mandatarios de los países invitados, a quienes precederán en las reuniones los responsables de Relaciones Exteriores. Hasta el último momento se aguardaba la presencia del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien ayer dijo en un programa de televisión  que asistirá sin confirmarlo oficialmente al país anfitrión. También Cuba, cuyo presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, aseguró la presencia del país aunque no de su presidente, Raúl Castro, quien acostumbra a retrasar hasta el último momento la comunicación de sus viajes oficiales. Su hermano Fidel fue siempre el decano en las cumbres del Grupo de Río.

Habrá notables ausencias como la del presidente de Honduras, Porfirio Lobo, que no ha sido invitado por estar su país fuera de la OEA tras el golpe de estado contra Manuel Zelaya en junio de 2009. Aunque no está en la agenda, la situación política hondureña será uno de los temas a abordar. También la ayuda que necesita la devastada Haití tras el seísmo de hace un mes que causó 170.000 muertos y cuya reconstrucción requiere 14 millones de dólares y al menos tres años. Además, se debatirá sobre seguridad, narcotráfico, inmigración y los retos y oportunidades ante el cambio económico.

Playa del Carmen será también escenario de importantes encuentros bilaterales, como el que mantendrán los presidentes de Colombia y Ecuador, Álvaro Uribe y Rafael Correa, el primero tras la ruptura de relaciones diplomáticas en 2008 por el ataque colombiano a un campamento de las FARC en el país vecino. Mucho se espera también de la reunión que mantendrán el martes el presidente mexicano y su homónimo brasileño, Lula da Silva, para abordar un posible Tratado de Libre Comercio entre sus países. El director de Análisis Económico de Capem & Oxford Economics, César Castro, manifestó a El Confidencial que un acuerdo económico con Brasil abriría a México las puertas de Mercosur “un mercado importantísimo de 300 millones de personas”.

Debut internacional de Piñera y Chinchilla

Coincide en su importancia el director de Consultores Internacionales, Julián Millán, quien, en declaraciones a El Confidencial, destacó que un acuerdo energético entre México y Brasil daría a ambos “una fuerza real importante en el escenario mundial”. El analista va más allá y reclama a Brasil y México un proyecto de cooperación económico a largo plazo, de cara a 2030, para complementar sus mercados e inversiones y lograr así “un nuevo equilibrio hemisférico”.

La Cumbre de la Unidad será también el debut internacional de Sebastián Piñera y de la presidenta electa de Costa Rica, Laura Chinchilla; ambos acudirán acompañados por los mandatarios salientes, Michelle Bachelet y Óscar Arias, respectivamente. México, que fue uno de los fundadores del Grupo de Río en 1986, acogió su primera reunión cumbre y lo ha presidido tres veces, confía en hacer historia.

Los miles de turistas que reposan en los complejos hoteleros de Playa del Carmen, uno de los destinos por excelencia del ‘todo incluido’ de la Riviera Maya (México), son testigos de un inusual tránsito de furgones policiales, patrulleras y helicópteros. Aunque están más preocupados por la lluvia que por la celebración de la Cumbre de la Unidad que tendrá lugar los días 22 y 23 de febrero, a la que están invitados 33 jefes de Estado y de Gobierno de Latinoamérica y el Caribe con el propósito de constituir una organización única al estilo de la Unión Europea o la Africana para ganar peso en el mundo.