La Guardia Civil tuvo que realizar una cuarta microvoladura este viernes cuando apenas quedaban unos centímetros para llegar hasta donde estaba el niño y así continuar con los trabajos de rescate de Julen. El hallazgo de una veta de roca obligó a los Tedax a provocar una nueva explosión para destruir la roca que impedía a los mineros seguir avanzando hasta el lugar donde se encontraba el pequeño. Al llegar hasta él, en la madrugada del sábado, Julen ya estaba muerto.