El llamativo Opel Insignia, la berlina más deportiva

El Opel Insignia es una buena berlina que se caracteriza sobre todo por un estilo exterior muy dinámico, consecuencia de su altura bastante limitada y de su buena anchura. Esto, unido a un techo en fuerte caída en su parte trasera y su zaga muy alargada, le proporciona ese toque muy dinámico que lo hace tan llamativo. Sobre todo en un segmento como el de las berlinas, donde algunos de sus rivales tienen una estética más clásica, más convencional.

El Insignia destaca también por ser un coche bastante grande, gracias a sus 4,90 metros de longitud, lo que lo sitúa por encima de la mayor parte de sus rivales en cuanto a dimensiones exteriores. Sin embargo, su interior ofrece una habitabilidad normal, con unas plazas traseras que se sitúan en la media del segmento, y en las que la cota de altura no sufre en exceso pese a esa estética más deportiva. Lo que ofrece es un maletero que parte de los 490 litros. Además, tiene un gran portón que facilita las tareas de carga y es bastante largo pero de poca altura, lo que permite llevar objetos más grandes.

En general, este Opel ofrece una muy buena calidad de terminación y transmite la sensación de estar bien construido. Un aspecto en el que ha mejorado mucho este nuevo Insignia es en lo que se refiere a facilidad de utilización. En el anterior modelo, había muchos botones y resultaba difícil conseguir acertar con todos ellos para hacer una buena utilización del vehículo. Sin embargo, en este caso se han eliminado casi todos los botones de la consola y todo se gestiona ahora mediante una pantalla táctil de uso muy intuitivo. Y este ha sido un gran paso adelante para el nuevo Insignia.

No se utilizan materiales demasiado lujosos, y se recurre a plásticos blandos, que transmiten por ello una buena sensación de calidad. Pero su lista de opciones es muy amplia y está muy bien pensada e incluye entre otras muchas cosas unos asientos calefactables y ventilados de piel de muy buena calidad. Y hablando de los asientos, hay que destacar que opcionalmente se ofrecen unos denominados AGR que están especialmente pensados para reducir al máximo los problemas de la espalda de los usuarios.

Un detalle interesante que tiene este modelo es la opción OnStar, un sistema que permite conectar con una central de atención desde la que nos pueden solucionar todo tipo de problemas, encontrar un restaurante, buscar una farmacia o incluso detectar alguna avería en marcha del vehículo. Eso sí, este sistema OnStar proviene de la anterior etapa de Opel en General Motors, y por ello dejará de funcionar pronto.

El Insignia es un coche que destaca por su deportividad estética y también por su buen comportamiento dinámico. Pero también por su puesto de conducción, ya que la persona que se sienta al volante va sentada en una posición bastante baja, lo que transmite la sensación de ir sentado en un coche más deportivo que una berlina.

El puesto de conducción resulta muy agradable. Con la mención hecha de la posición del asiento, que va muy bajo, el conductor puede encontrarse con dos cuadros de instrumentos diferentes. Por un lado, el tradicional con dos grandes relojes y una pequeña pantalla en el centro, o bien un cuadro con una pantalla digital más grande en color pero que se combina con algunos relojes analógicos. Es una combinación un poco extraña pero muy buena, porque resulta fácil analizar los datos. En la consola encontramos una pantalla de ocho pulgadas táctil con la que se gestionan todos los sistemas del vehículo. También incluye un navegador con unas imágenes de gráficos que dan la sensación de excesivamente sencillos, incluso algo anticuados.

Mecánicamente, la gama del Opel Insignia es muy completa, con potencias que oscilan entre los 110 caballos en diésel y los 260 CV en gasolina. La gama de gasolina comienza en una versión de acceso que quizás es algo justa, con un motor 1,5 litros de gasolina de 140 caballos, y por encima la versión que hemos probado en esta ocasión, con el propulsor 1,4 de 165 caballos. En este caso, tenemos un coche que se mueve muy bien, con un comportamiento bastante ágil pese a las dimensiones del vehículo y que permite viajar con mucha tranquilidad. El consumo homologado es de 6,1 litros a los 100 km.

Esta versión va equipada normalmente con un cambio manual de seis marchas, pero nuestra unidad de pruebas incorporaba un cambio automático de seis marchas de los clásicos de convertidor de par. Pese a no ser un cambio de doble embrague, cada día más habituales, se combina bastante bien con este motor turbo de poca cilindrada.

Su comportamiento dinámico es de lo mejor del segmento. Ofrece una suspensión que combina a la perfección estabilidad y confort, con unas suspensiones que filtran muy bien todas las irregularidades de la carretera. Pese a sus dimensiones —es un coche de 4,90 metros—, se mueve con mucha agilidad por carreteras viradas y permite rodar bastante rápido porque su bastidor lo aguanta casi todo.

Con el Insignia, Opel ofrece en el mercado de las berlinas una opción muy buena, diferente, con estilo exterior muy dinámico y con una conducción casi deportiva, incluso con esta versión con el motor de 165 caballos. Esta es una muy buena opción en estos momentos en que los motores diésel están en caída libre por las amenazas de las restricciones en las ciudades.

Ficha técnica

Motor: cuatro cilindros en línea.

Potencia máxima: 165 CV a 5.700 rpm.

Par máximo: 250 Nm de 2.000 a 4.500 rpm.

Cilindrada: 1.490 cc.

Combustible: gasolina.

Velocidad máxima: 212 km/h.

Aceleración de 0 a 100 km/h, 9,3 segundos.

Tracción: delantera.

Consumos homologados (urbano/ extraurbano/ mixto): 7,5/ 5,3/ 6,1 litros.

Dimensiones (longitud/anchura/altura), 4,90 x 1,86 x 1,45.

Capacidad maletero: 490 litros.

Peso en vacío: 1.470 kg.

Precio: desde 34.100 euros.