Porsche 718, una nueva familia por debajo del legendario 911

El próximo año llegarán a la gama de Porsche los nuevos Boxster y Cayman, modelos con muchos cambios estéticos y mecánicos, con nuevos motores de cuatro cilindros con turbocompresor, pero que también traerán un importante cambio en su denominación. Los nuevos modelos se llamarán 718 Boxster y 718 Cayman en homenaje a un coche de competición legendario de la marca de Stuttgart, el 718, que se lanzó en el año 1957.

Los nuevos 718 Boxster y 718 Cayman mostrarán más similitudes que los actuales Boxster y Cayman, tanto visuales como técnicas y ambos equiparán una nueva familia de motores de cuatro cilindros opuestos que como gran novedad incorporan turbocompresor. Con este cambio, la familia pequeña de Porsche sigue la tendencia del legendario 911 que desde ahora ya integra propulsores con turbocompresor.

Con ello también se va a reposicionar la gama de ambos modelos, la versión Coupé y la descapotable del nuevo 718. En un futuro próximo, el roadster se posicionará con un precio más elevado que el coupé, como ocurre ya con los modelos 911. Porsche lanzará los 718 Boxster y 718 Cayman en el transcurso de 2016 tras su presentación, prevista inicialmente en el Salón de Ginebra.

La nueva gama 718, con sus dos variantes cerrada y abierta, es una continuación del experimentado concepto de cuatro cilindros empleado en los coches de carreras de Porsche. El último ejemplo es el 919 Hybrid LMP1 de competición, que también incluye un ultraeficiente propulsor de cuatro cilindros turboalimentado, con tan solo 2 litros de cilindrada.

Con él, la marca alemana no solo ha terminado en primer y segundo lugar en la última edición de las 24 Horas de Le Mans, sino que también ha ganado recientemente los títulos de constructores y de pilotos en el Campeonato del Mundo de Resistencia (WEC). Con estas victorias, el 919 Hybrid abre una nueva era para los futuros motores deportivos Porsche.

Los motores bóxer de cuatro cilindros tienen una larga tradición en Porsche, que han proporcionando importantes éxitos deportivos a la marca. A finales de los años 50, el 718, sucesor del legendario Porsche 550 Spyder, representó el máximo nivel en la configuración de motores planos de cuatro cilindros.