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Golf Cabrio R, un descapotable especial y muy deportivo
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PRUEBA / VOLKSWAGEN GOLF CABRIO R

Golf Cabrio R, un descapotable especial y muy deportivo

Este es el Golf más potente, con 265 caballos, pero que incorpora todavía la plataforma de la  anterior generación del modelo compacto alemán. Proporciona un comportamiento

Este es el Golf más potente, con 265 caballos, pero que incorpora todavía la plataforma de la anterior generación del modelo compacto alemán. Proporciona un comportamiento delicioso porque permite conducir tranquilo y con mucha suavidad, a 50 km/h en quinta marcha, o bien rodar muy deprisa por zonas viradas. Es un coche todo uso aunque su consumo es elevado.

Esta semana les traemos la prueba del Golf Cabrio R, un vehículo que al estilo propio del modelo compacto alemán le aporta la característica de un motor TSi de 265 caballos, un cambio DSG de seis marchas con levas en el volante, un diferencial autoblocante de serie y una serie de elementos exclusivos, como los asientos deportivos con el anagrama de esta versión R. Pero sobre todo le aporta a todo esto una característica diferenciadora, su techo descapotable de lona.

No es, por ello, un coche pensado para un usuario normal, que busca versatilidad de uso o unos consumos ajustados y una gran eficiencia o un buen confort de marcha. Tampoco es un coche para pasar desapercibido. Incluso no es tampoco un coche ideal para viajar de manera confortable, porque su escaso maletero y su confort limitado no le hacen propicio para largos desplazamientos.

Sin embargo, es un coche ideal para aquellas personas que buscan un vehículo de capricho con el que hacer pocos kilómetros, un descapotable pero con cuatro plazas bastante amplias, con un techo fácil de accionar y con el que la deportividad esté siempre a la espera de que su conductor quiera pisar el acelerador.

Esta versión Cabrio R, como ocurre con el Golf Cabrio actualmente a la venta, corresponden a la anterior generación del modelo de Volkswagen. Por ello, es más pequeño que el actual, no ofrece la posibilidad de los diferentes ajustes de los modos de conducción y su eficiencia es algo menor que en los nuevos. Además, su potencia “se queda” en los 265 caballos cuando en el Salón de Fráncfort la marca alemana mostrará el nuevo Golf R con su potencia ampliada hasta los 300 caballos.

Pero este Cabrio R proporciona una dualidad perfecta para un usuario habitual. Y es que permite conducir con suavidad en ciudad o por carretera y mantener unos consumos elevados pero razonables si tenemos en cuenta su nivel de prestaciones. Lo bueno empieza cuando empezamos a pisar con más decisión el acelerador.

Entonces, esta versión del antiguo Golf demuestra que todavía le quedan muchos años de vida a este modelo. El Cabrio R incorpora una muy buena combinación entre motor potente de gasolina y cambio DSG de doble embrague. El motor es de la familia TSI, por lo que tira desde pocas vueltas. Y eso sorprende en el momento de sentarse al volante.

Uno arranca en un semáforo, tranquilo, casi sin pisar el acelerador y cuando está rodando al límite máximo de ciudad, los 50 km/h, el Golf ya está rodando en quinta y a menos de 1.500 vueltas. Con ello, su conducción es muy suave y relajada, como en pocos coches. Si queremos acelerar, el motor responde de forma suficiente sin cambiar de marcha siempre que no se pise a fondo el pedal del acelerador.

De lo contrario, si pisamos fuerte de verdad, entonces quitará una, dos o tres machas de forma inmediata y tendremos esos 265 caballos que para un coche que pesa 1.540 kilos le permite casi volar. Y es que su relación peso potencia es de 5,8 kg/CV. Solo como ejemplo, un Porsche Boxster tiene 265 caballos y 1.320 kilos de peso.

Creo que lo mejor de este coche es que no es como otros deportivos, con un comportamiento muy extremo, incómodo y que obligan a su conductor a ir siempre pendiente de las prestaciones del coche. Pero este Cabrio R es un deportivo de verdad y eso no se le puede negar al modelo alemán. No tiene la posibilidad de ajustar los diferentes modos de conducción, como en el nuevo Golf, pero si ofrece algunos ajustes muy interesantes.

Por un lado cuenta con el cambio DSG y con la opción del modo “S”. Si en el modo normal se puede llegar a rodar en sexta a partir de 60 km/h, cuando accionamos el modo Sport del cambio, inmediatamente se cambian dos o tres marchas y ante la más mínima solicitación sobre el pedal del acelerador quitará otra marcha más. Entonces, tendremos un deportivo de verdad, en estado puro, que es lo que realmente define al Cabrio R. Y por supuesto siempre están las levas del volante, a la derecha para subir marcha y a la izquierda para bajarla.

Ofrece otra posibilidad de reglaje, gracias a la suspensión DCC. En este caso el vehículo permite tres opciones de ajuste de la suspensión para conseguir más confort o más deportividad. En el modo confort funciona más que de sobra para un uso normal, en el Normal se endurecen aún más las suspensiones, mientras que en el modo Sport se convierten en muy duras y bastante secas, lo que reduce notablemente el confort a costa de la máxima estabilidad y precisión de la trayectoria. Es una posición muy extrema, solo aconsejable cuando se quiere rodar por una zona virada y buscando los límites. El selector de los tres modos está posicionado en una posición muy baja, por delante de la palanca de cambios y antes de un pequeño hueco para llevar objetos.

Pero la verdad es que ni siquiera es muy necesaria esta posición Sport salvo que realmente se quieran buscar los límites del coche, algo poco aconsejable en carreteras abiertas al tráfico. Y es que aunque sus suspensiones estén en el modo más suave, más confortable, el Cabrio R siempre lleva unos neumáticos que le proporcionan un comportamiento muy deportivo.

Como pueden ver en las fotos que acompañan a este reportaje, los neumáticos son de un perfil muy bajo, solo 35, lo que le proporciona la máxima dureza. En este caso, y con estos neumáticos, la deriva que normalmente proporcionan las ruedas se ve limitada casi a cero. Y el conductor irá sintiendo en el volante todo lo que pasa por la carretera. Y si es una zona muy bacheada empezará a estar muy incómodo.

Pero hablemos un poco del coche. Es un cuatro plazas, y estas son bastante aceptables. Las traseras son buenas, aunque cuando viajamos con el techo abierto sufrirán bastantes turbulencias. El coche cuenta con un deflector trasero, que elimina estas plazas posteriores pero que proporciona un mayor confort a los ocupantes de las plazas delanteras. Es una pieza muy ligera que lleva su propia funda y que quita poco espacio en el maletero. Su posicionamiento es muy sencillo, solo hay que abrirla y encajar dos bulones en el lado derecho y otros dos en el izquierdo.

En cuanto a su maletero, es bastante limitado, pero el hecho de que el plegado de la capota se quede en la parte superior hace que no afecte a su volumen de carga el que viajemos con el techo abierto o cerrado, algo que siempre es de agradecer.

El Golf Cabrio tiene una característica interesante que le proporciona algo más de versatilidad de uso. Y es que aunque su maletero es escaso, con esos 250 litros, y la boca de carga es también muy justa y limitada, tiene sus asientos posteriores plegables para aumentar sus posibilidades de carga. Al abrir el maletero, a derecha e izquierda, hay dos palancas que accionan directamente el plegado del asiento.

Este es el Golf más potente, con 265 caballos, pero que incorpora todavía la plataforma de la anterior generación del modelo compacto alemán. Proporciona un comportamiento delicioso porque permite conducir tranquilo y con mucha suavidad, a 50 km/h en quinta marcha, o bien rodar muy deprisa por zonas viradas. Es un coche todo uso aunque su consumo es elevado.

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