Comienza el desembarco del León

En enero comenzarán las ventas del nuevo Seat León, un vehículo muy importante para la marca española que tendrá en este modelo un segundo vehículo fuerte en su gama para completar al Ibiza. El nuevo es dinámicamente muy bueno, está bien terminado y ofrece un perfecto compromiso entre estabilidad y confort.

Esta tercera generación del León supone un pequeño cambio en su filosofía con respecto a las dos anteriores del modelo compacto de Seat. Los dos primeros buscaban un cliente más joven, que por encima de todo quería un coche de altas prestaciones, muy deportivo, al que se acompañaba con un despliegue en competición, en el mundial de turismos, que Seat ganó dos años con su León.

Esa imagen muy deportiva, “muy cañera”, se pierde un poco en el nuevo modelo porque ofrece una muy buena estabilidad, y también es un vehículo para gente joven, pero en el que el concepto de familiar toma un protagonismo que en el anterior León no había. Y eso hace que sea diferente. Y hay otro aspecto que le hará, en los próximos meses, aún más diferente a sus antecesores, sus versiones.

Si el anterior León tenía solo un modelo de cinco puertas, con distintas motorizaciones y variantes, FR, Cupra o Cupra R, en el nuevo lo que habrá en los próximos meses serán tres carrocerías totalmente diferentes, enfocadas a tres tipos de clientes bien diferenciados.

La primera versión es esta de cinco puertas que ahora hemos podido conducir por carreteras malagueñas, pero en el Salón de Ginebra, en marzo próximo, Seat mostrará una versión con carrocería de tres puertas. Está tendrá un enfoque más deportivo, incluso diría un poco más radical, para retomar la máxima deportividad del anterior León. Y en septiembre próximo, en el Salón de Francfort, llegará una variante familiar.

Pero volvamos con el León. Estéticamente el coche está muy equilibrado. El llevar sus ruedas en una posición más próxima a los extremos de la carrocería hace que ofrezca una estética parecida en algunos aspectos al Ibiza, pero con unas mayores dimensiones. Eso repercute en su habitabilidad interior. Pero gracias a su frontal afilado y a sus faros muy alargados el frontal es realmente llamativo. Y lo mismo en una vista lateral donde encontramos formas en su parte inferior que transmiten la imagen de un gran diseño. 

Lo que más llama la atención al acceder al habitáculo es la buena calidad de terminación, la precisión de su acabado, y los buenos materiales empleados. El cuadro de instrumentos da más la sensación de ser el de un Audi, una marca Premium, que el de un  Seat.

Y lo que más me ha sorprendido es la ventana central del cuadro, entre los dos relojes grandes. En ella aparece mucha información, pero sobre todo cuando se dispone de navegador, ofrece todas las indicaciones para llegar hasta el destino de una forma muy clara y visual. Recuerda mucho al cuadro de los mejores Audi.

También es nueva la pantalla de la consola central. Hay diferentes alternativas según el nivel de equipamiento del vehículo. El equipo básico incluye el sistema operativo SEAT Easy Connect, que controla las funciones de entretenimiento y comunicaciones, así como un gran número de funciones del vehículo mediante una pantalla táctil ubicada en el salpicadero. Está disponible en versiones de  5 y 5,8 pulgadas. La versión de 5,8 pulgadas tiene un sensor de proximidad que cuando una persona acerca su mano automáticamente aparecen las pestañas con las diferentes funciones para que puedan ser seleccionadas. Al quitar la mano estas pestañas desaparecen para ofrecer una visión más amplia, ya sea del navegador o de las distintas pantallas.

Como gran novedad, el nuevo León FR monta el SEAT Drive Profile, un sistema que permite ajustar algunas características del funcionamiento del vehículo a los gustos de su conductor. Básicamente se ajustan la dirección asistida, la entrega de potencia y el cambio DSG en tres posiciones: eco, confort y sport.

El nuevo León ofrece innovadores sistemas de ayuda a la conducción, al menos para este segmento y para la marca Seat. Así, el sistema de aviso de somnolencia que detecta el cansancio del conductor y le avisa cada 15 minutos. Igualmente al activar el sistema nos avisa después de 4 horas seguidas de conducción.

También puede incluir el asistente de cambio de luces, que analiza cuando se puede circular con luces largas y cuando no mediante una cámara situada en el retrovisor y hace el correspondiente cambio, y también el asistente de control de carril, que utiliza la misma cámara para avisar de una salida del carril por el que circulamos.

Y otro aspecto llamativo es que el nuevo León es el primer vehículo del segmento compacto que ofrece como opción las luces de LED integrales.

La gama del nuevo León será muy amplia en los próximos meses pero de momento, para su lanzamiento, habrá cuatro motores de entre 105 y 150 caballos. En gasolina serán los  1.4 TSI en sus variantes de 122 y 140 caballos, mientras que los diesel serán el 1.6 de 105 caballos y como tope de gama el 2.0 de 150 caballos. Y el Ahorro de consumo con  respecto al anterior León es del orden del 22%.

Una gama que combina agilidad e incluso deportividad, pero combinada con unos consumos bastante ajustados. Hay dos razones importantes para ello, la primera que el nuevo modelo ha experimentado una cura de adelgazamiento, y a que a igualdad de versiones la reducción es del orden de 90 kilos. Y la segunda es que todas las versiones disponibles desde su lanzamiento cuentan con sistema Stop/Start.  El Leon con el motor 1.6 TDi de 105 caballos en su versión Ecomotive tiene un consumo homologado de 3,8 litros y unas emisiones de 99 gr/km.

En cuanto a las variantes de gasolina, desde su lanzamiento previsto a principios del mes de enero, estarán disponibles dos versiones en ambos casos con la misma cilindrada de 1.4 litros y tecnología TSI. Por un lado el de 122 caballos, y como tope de gama, en un principio, la versión de 140 caballos. Son motores muy eficientes porque la versión de acceso de 122 caballos homologa un consumo de 5,2 litros o su equivalente de 120 gr/km de emisiones.

El nuevo Seat León ofrece un comportamiento muy agradable y combina perfectamente una buena deportividad y estabilidad con un confort de marcha muy alto. Esa es la principal diferencia con respecto al anterior León, que tenía suspensiones más duras, quizá más efectivas para rodar deprisa por una carretera virada, pero que le hacía menos confortable como un vehículo de uso más familiar.

Hemos podido conducir la versión TSi de 122 caballos con el cambio manual, y su funcionamiento es realmente bueno. Se trata de un motor brillante, porque pese a su escasa cilindrada ofrece un par motor suficiente y mueve con mucha soltura este vehículo, permitiendo andar deprisa con él.

Pero lo mejor es que pese a llevar el cambio manual, el manejo del cambio se hace muy poco necesario por ser muy elástico. Parece enteramente que estamos conduciendo un vehículo de gasóleo, por la forma de subir de vueltas casi desde el ralentí, pero con el valor añadido de los ruidos y vibraciones muy inferiores a los de un turbodiésel. Con estos motores ya hay que pensarse si merece la pena comprar un diésel o la opción del gasolina nos puede servir.   

En cuanto a la ampliación de la gama, en primavera llegará una variante TDi de 90 caballos mientras que el tope de gama con el motor 2.0 TDI de 184 caballos llegará hacia el verano. En cuanto a la versión Ecomotive, basada en el 2.0 TDi de 150 caballos, la marca habla de un consumo homologado de 4,1 litros.

Y en gasolina la ampliación de la gama pasa por dos variantes con el propulsor 1.2 igualmente de la familia TSI con potencias respectivas de 86 y 105 caballos. Y por la parte alta se ofrecerá un 1.8 TSi de 180 caballos, equipado con un sofisticado sistema de inyección.

Solo un último aspecto que no quería que se me olvidara, el de los acabados. La gama contará con tres diferentes opciones, el Reference como acceso a la gama, el Style un escalón por encima, mientras que el tope de gama con un toque deportivo lo tendrán las variantes FR.