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AUDI Q5 3.0 TDI, el más racional
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PRUEBA-EL CONFIDENCIAL

AUDI Q5 3.0 TDI, el más racional

Audi ha vendido muy bien su Q7, un lujoso todocamino de grandes dimensiones. Un coche que resulta demasiado grande para la mayor parte de los usuarios,

Audi ha vendido muy bien su Q7, un lujoso todocamino de grandes dimensiones. Un coche que resulta demasiado grande para la mayor parte de los usuarios, con tres filas de asientos, 7 plazas, y más de cinco metros de automóvil. Desde principios de año la marca de los cuatro aros vende  una alternativa bastante más racional, el Q5.

Como su hermano mayor, también se trata de un todocamino lujoso, muy bien equipado pero también bastante caro. De este modelo hemos elegido para esta primera prueba la versión equipada con el motor turbodiésel más potente, el V6 de 240 caballos.

Es, por sus dimensiones y por su posicionamiento en el mercado, un rival del BMW X3 (el creador del todocamino lujoso y compacto), el Mercedes GLK o el Volvo XC60.

El Q5 es un coche que está pensado para circular por buen asfalto, pero que en algún momento permite salir del asfalto y desplazarse por una buena pista forestal, o circular por terrenos deslizantes, como nieve o hielo.

Este Audi Q5, contrariamente a lo que ocurre con su hermano mayor, el Q7, es el punto de vista perfecto para un 99% de usuarios que no necesita  mucho espacio, ni siete plazas. Y que busca un coche más racional, igual de elegante y de representativo, pero más fácil de conducir, menos consumidor y que pueda caber en una plaza de garaje normal.

El Audi Q5 se ofrece con dos motorizaciones de gasóleo. Por un lado el 2.0 TDi de 170 caballos y por encima el 3.0 de 240. El primero ofrece un buen funcionamiento pero quizá se quede algo justo para un cliente de la marca de los cuatro aros que busca algo especial en la conducción. Por ello, el de 240 que hemos probado en esta ocasión, creo que resulta el ideal para este modelo.

Es un magnífico motor que se muestra muy elástico y que ofrece un gran empuje casi desde el ralentí, lo que hace su conducción muy agradable. Sobre todo porque unido a este propulsor encontramos un cambio de marchas automático de accionamiento secuencial de siete marchas. Este resulta muy confortable en el modo automático y en el manual obedece con gran rapidez las solicitaciones de su conductor. Estas se pueden ordenar mediante la propia palanca o mediante las levas situadas en el volante.

Por lo que se refiere a su consumo, es más que bueno. Tener un motor capaz de lanzar este modelo a 225 km/h y al mismo tiempo con un consumo medio homologado de 7,5 litros es realmente destacable. A lo largo de nuestra prueba hemos obtenido un consumo más alto, 8,8 litros, pero rodando sin excesivos miramientos hacia el consumo.  

Poco campero

El Audi Q5 está pensado para rodar por carretera. Ofrece posibilidades de uso fuera del asfalto pero es difícil que alguien se aventure por los caminos en modo más aventurero con un coche de más de 50.000 euros. En este sentido, para reforzar sus posibilidades de uso fuera del asfalto el vehículo tiene control de descenso que permite realizar una bajada segura cuando el terreno está deslizante. El propio sistema se ocupa de frenar las ruedas de forma independiente para lograr que el descenso sea lo más seguro posible y a baja velocidad, pero sin necesidad de pisar el freno.

Pero el Audi Q5 está pensado para la carretera. Sus dimensiones, su peso y su esquema de transmisión a las cuatro ruedas permanente hacen que su comportamiento en carretera sea magnífico. Pocos coches ofrecen una seguridad como la de este Q5 cuando se trata de rodar por una buena carretera. El coche va muy bien asentado y su pisada sobre el asfalto transmite a su conductor una sensación de control del vehículo en todo momento.

En este sentido quiero señalar que en nuestro Q5 los neumáticos empleados eran unos impresionantes “rodillos de medida 255/45 de perfil muy bajo sobre llanta de 20 pulgadas, lo que deja muy claro que el coche está pensado para ser un coche de carretera.

Además, nuestra unidad de pruebas estaba equipada con el sistema “select drive” y la  suspensión adaptativa. Ambos sistemas, opcionales, permiten al conductor elegir entre 3 modos de conducción, confort, normal o dinámica, a los que se añade el Individual. Con ello se gestiona la dureza de la suspensión, pero también la respuesta sobre al acelerador, la dureza y rapidez de la dirección y el manejo del cambio. Si hemos seleccionado los modos Comfort o Auto al funcionar con el cambio en el modo automático este trabaja en el rango de las marchas D, mientras que si hemos seleccionado el modo Dynamic se pasa al rango de marchas S, con un manejo bastante más deportivo y ágil.

Así, en el modo dynamic el comportamiento se hace más eficaz, pero a cambio las suspensiones resultan entonces algo más secas, sobre todo si circulamos por zonas muy bacheadas. Sin embargo, sobre buenos firmes y para rodar deprisa es la mejor opción.

Con este eficiente motor V6 el coche se mueve con mucha alegría, se muestra muy ágil y casi parece que es poco pesado. Además, sus dimensiones contenidas, sobre todo si lo comparamos con su hermano mayor, le hacen un coche muy manejable, muy agradable de conducir e ideal para realizar buenos desplazamientos por carretera.

Si en los últimos años los Q7 han tomado las calles de las ciudades, en breve será el Q5 el que tome el relevo, por dimensiones, por racionalidad, pero sobre todo por confort, facilidad de manejo y por precio, aunque esta versión 3.0 TDi resulta un poco cara. Y aún más cara si le añadimos tres o cuatro elementos que considero interesantes pero que harán que el vehículo se ponga cerca de los 70.000 euros.

Para llegar a ello hay que añadir la suspensión regulable, el control de crucero adaptativo, los faros xenón plus, asientos eléctricos y de cuero, el sistema MMI con navegación Plus, el Bluetooth, las llantas de 20 pulgadas y la protección de los bajos en acero inoxidable. 

Audi ha vendido muy bien su Q7, un lujoso todocamino de grandes dimensiones. Un coche que resulta demasiado grande para la mayor parte de los usuarios, con tres filas de asientos, 7 plazas, y más de cinco metros de automóvil. Desde principios de año la marca de los cuatro aros vende  una alternativa bastante más racional, el Q5.

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