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Por qué China no constituye aún una amenaza para el reinado del dólar
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Por qué China no constituye aún una amenaza para el reinado del dólar

Pekín parece contentarse con culpar a Estados Unidos de los problemas financieros en lugar de asumir el papel y las responsabilidades de gestionar una moneda mundial

Foto: Detalle de un billete de 100 dólares  (i) y otro de 100 yuanes. (Reuters/Nicky Loh)
Detalle de un billete de 100 dólares (i) y otro de 100 yuanes. (Reuters/Nicky Loh)
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¿Podrían los mayores mercados emergentes del mundo lanzar una moneda alternativa para competir con el dólar? ¿Podrían respaldarla con oro? Algunos de los líderes de los Brics —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— han hablado de estas ideas mientras se preparan para reunirse en una cumbre en los próximos días.

Las posibilidades, si es que las hay, son escasas.

La desaparición del dólar es una historia anunciada, y ahí radica el problema. Los argumentos de hoy son solo la última iteración de una narrativa que es anterior al fin de Bretton Woods, y al fin del último vínculo del dólar con el oro, hace 52 años, el 15 de agosto. China e India están más interesadas en internacionalizar sus monedas que en crear una nueva. Rusia ha tenido que abandonar cualquier esperanza de este tipo con su invasión de Ucrania. Brasil y Sudáfrica ni siquiera están en el juego. Y, en contra de la creencia popular, China no se toma muy en serio la idea de desafiar al dólar. Las dos grandes iniciativas de Pekín, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (BAII) y la Nueva Ruta de la Seda, conceden préstamos en dólares. El BAII acepta suscripciones en dólares y parece respetar las sanciones impuestas a Rusia.

Pekín habla mucho del declive de Occidente. Pero parece contentarse con culpar a Estados Unidos de los problemas financieros en lugar de asumir el papel y las responsabilidades de gestionar una moneda mundial. De hecho, las líneas swap de China con países en apuros como Argentina y Pakistán complementan al dólar, no lo suplantan.

Foto: Billetes en divisa china (yuanes) y rusa (rublos) / Reuters

Si China quisiera desafiar seriamente al dólar, podría hacer tres cosas. Primero, hacer convertible su moneda. No lo es. No se pueden comprar yuanes chinos en un quiosco de aeropuerto como otras divisas de mercados líderes y emergentes. Los flujos de capital están muy regulados. Existe un mercado para lo que se llama el yuan extraterritorial, y se negocia más libremente. Pero el mercado extraterritorial sigue respetando en la mayoría de los casos el límite diario del 2% fijado oficialmente por el Banco Popular de China. Las autoridades chinas han intervenido en el mercado extraterritorial. Un yuan convertible no necesitaría una variante offshore.

En segundo lugar, China necesita crear un mercado de bonos del Gobierno central profundo y transparente para competir con los bonos del Tesoro de Estados Unidos como reserva mundial de ahorro, tanto público como privado. La mayor parte de la deuda pública china se sitúa en el ámbito regional. La deuda regional china dentro y fuera de balance asciende a unos 100 billones de yuanes, o 14,3 billones de dólares, si se suma la estimación del Ministerio de Finanzas de que los bonos regionales ascendían a 35 billones de yuanes a finales del año pasado y el cálculo del Grupo Rhodium de la deuda de los vehículos de financiación de los gobiernos locales. La deuda de la administración central se situaba a finales del año pasado en el equivalente de unos 3,7 billones de dólares, es decir, ligeramente por debajo del 25% del producto interior bruto.

China necesita importar de Estados Unidos las ideas de Alexander Hamilton. Recordemos que, para ayudar a forjar la nación, Hamilton propuso que el Gobierno federal "asumiera" las deudas de los estados contraídas en la Guerra de la Independencia. Como la guerra no se libró por igual en toda la nueva república, no todos los estados estaban a favor de la nacionalización de la deuda. Como sabemos, como parte del gran compromiso, que incluía hacer del Distrito de Colombia la capital, el plan de "Asunción" se impuso. Nacionalizar la deuda regional de China crearía un mercado de bonos del Gobierno central grande y profundo. Eso también dotaría a los gobiernos locales de una base fiscal sólida.

Foto: Imagen: EC Diseño.
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En tercer lugar, Pekín debe facilitar y hacer más atractiva la emisión de bonos denominados en yuanes por parte de empresas y gobiernos extranjeros. Sin duda, existe un mercado de bonos en yuanes en el extranjero denominado dim sum. Sus principales usuarios son empresas y gobiernos chinos. La emisión pendiente se estimaba en unos 350.000 millones de dólares a finales del primer trimestre de 2023. Solo unos pocos gobiernos extranjeros han emitido en el mercado dim sum, principalmente países del sudeste asiático, empezando por Singapur hace más de una década. En cambio, el mercado de bonos "panda" de emisión de yuanes extranjeros en China continental es exiguo, con unos 60.000 millones de dólares. Al fin y al cabo, las reservas se evalúan en términos de comercio (importaciones) y obligaciones de deuda externa (especialmente a corto plazo). Cuantas más entidades extranjeras se expongan al yuan, más incentivos tendrán los bancos centrales para mantener activos en yuanes en sus reservas.

Un mercado de bonos panda más profundo, junto con una moneda convertible y un mercado de bonos del Gobierno central más amplio y transparente, son los elementos básicos que Pekín necesita si quiere competir de verdad con el dólar. El economista de la Reserva Federal Colin Weiss señalaba en un artículo publicado a finales del año pasado que tres cuartas partes de las tenencias del Tesoro de gobiernos extranjeros pertenecen a países que mantienen lazos militares con EEUU. China no tiene relaciones militares comparables con otros países, pero ha demostrado que es capaz de aprovechar los lazos comerciales y la inversión para lograr objetivos no económicos. Aun así, concluyó Weiss, "incluso si se diera una menor dependencia del dólar estadounidense para la facturación comercial y la denominación de la deuda por parte de un gran bloque de países menos alineados geopolíticamente con Estados Unidos, sería improbable que acabara con el dominio del dólar estadounidense".

A pesar de la reciente decisión de Fitch de retirar la calificación AAA a Estados Unidos, como hizo S&P hace más de una década, China no podrá sacar provecho más allá de disfrutar de la pena ajena. Sin embargo, la rebaja de la calificación sugiere qué amenaza sí debería preocupar al dólar: no se trata de una invasión, sino de una abdicación.

*Contenido con licencia de Barron’s.

¿Podrían los mayores mercados emergentes del mundo lanzar una moneda alternativa para competir con el dólar? ¿Podrían respaldarla con oro? Algunos de los líderes de los Brics —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— han hablado de estas ideas mientras se preparan para reunirse en una cumbre en los próximos días.

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