EEUU vive un 'boom' de la construcción de fábricas
El gasto en construcción de fábricas se está disparando, debido en gran parte a dos leyes
El Congreso de EEUU aprobó el año pasado dos medidas destinadas, en parte, a recuperar la capacidad manufacturera de Estados Unidos. Aunque las consecuencias económicas de estas medidas tardarán años en manifestarse, lo cierto es que si se gasta, se construye.
El lunes, el Departamento de Comercio publicó las cifras de gasto en construcción de mayo, con un aumento general del gasto desestacionalizado del 0,9% respecto al mes anterior. Una vez más, una parte importante fue el gasto en construcción de instalaciones manufactureras. En mayo aumentó un 1% con respecto a abril, lo que supone un espectacular aumento del 76,3% con respecto al año anterior. En el primer trimestre, las cifras del Departamento de Comercio muestran que el gasto en estructuras manufactureras ascendió a casi el 0,5% del producto interior bruto, la mayor cifra desde 1991. En el segundo trimestre, esa proporción del PIB parece destinada a ser mayor.
Hay que atribuirlo a la Ley de Chips y de Ciencia y a la Ley de Reducción de la Inflación, ambas aprobadas en agosto del año pasado. La Ley de Chips incluye incentivos para invertir en la producción de semiconductores, mientras que la Ley de Reducción de la Inflación incluye incentivos para aspectos como la producción de vehículos eléctricos y el uso de contenidos de producción nacional. Los economistas de Goldman Sachs señalan que la acogida de estos incentivos parece estar superando las estimaciones anteriores.
En parte, lo que hace tan llamativo el aumento de la construcción en el sector manufacturero es que se está produciendo a pesar de que la confianza de los fabricantes es más bien baja. También el lunes, el Institute for Supply Management informó de que su índice de actividad manufacturera cayó a 46 en junio, frente al 46,9 del mes anterior. Cualquier valor inferior a 50 representa una contracción de la actividad industrial. Es probable que esto refleje el hecho de que, aunque la economía parece seguir creciendo, lo hace lentamente, y los estadounidenses compran menos productos manufacturados de los que se abastecieron durante la pandemia. Por otra parte, los datos sobre la producción manufacturera de la Reserva Federal y de otras instituciones sugieren que las lecturas de la medición basada en encuestas del ISM son un poco demasiado sombrías.
No se sabrá hasta qué punto toda esta construcción supondrá un aumento sostenido de la actividad manufacturera hasta que la capacidad entre en funcionamiento. Pero por el momento, aunque la demanda de bienes manufacturados sigue en una resaca pospandémica, la inversión que los fabricantes están haciendo en nueva capacidad es un claro positivo para la economía.
*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.
El Congreso de EEUU aprobó el año pasado dos medidas destinadas, en parte, a recuperar la capacidad manufacturera de Estados Unidos. Aunque las consecuencias económicas de estas medidas tardarán años en manifestarse, lo cierto es que si se gasta, se construye.