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...Y Draghi logra colar al euro "dentro del mandato" del Banco Central Europeo
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se mueve en torno a los 1,36 dólares

...Y Draghi logra colar al euro "dentro del mandato" del Banco Central Europeo

El tipo de cambio del euro nunca ha sido un tema cómodo para el BCE. Pero Draghi, a su estilo, ha logrado meterlo poco a poco en el radar de la entidad

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El tipo de cambio del euro nunca ha sido un tema cómodo para el Banco Central Europeo (BCE). Como escapa de sus competencias directas, la institución ha solido despachar las preguntas o las críticas por su posición con respecto a la divisa europea echando balones fuera, con alusiones a las recomendaciones del G-7 o a que las divisas deben reflejar los fundamentales de sus respectivas economías.

Pero incluso en este tema Mario Draghi ha dejado su impronta. A su forma, palabra a palabra, ha logrado que en los últimos meses el euro haya pasado de tener un papel secundario en las decisiones de la entidad que preside a desempeñar otro protagonista. Desde que a mediados de marzo reconoció que la fortaleza del euro era "crecientemente relevante" para los precios, su dialéctica no dejado de hacerse más gruesa. En abril insistió en esta idea y ya en sus intervenciones más recientes ha admitido directamente que el vigor del euro es una de las principales causas de la baja inflación en la Eurozona.

Este proceso es análogo a la histórica maniobra que protagonizó en julio de 2012. Si entonces, en el discurso en el que se comprometió a "hacer lo que sea necesario" para salvar el euro, se las arregló para meter la subida de las primas de riesgo "dentro del mandato" del BCE -en ese caso, porque había que luchar contra la fragmentación financiera-, ahora ha vuelto a hacerlo, puesto que ha colado el tipo de cambio del euro entre sus prioridades porque supone un riesgo para el fin fundamental de la entidad: garantizar la estabilidad de los precios, una meta que se sustancia en mantener la inflación por debajo, pero cerca, del 2%.

Este viraje desemboca en que, aunque oficialmente el BCE nunca reconocerá que actúa para debilitar su divisa, oficiosamente las medidas que anuncie hoy perseguirán ese objetivo. En particular, las rebajas de los tipos de interés oficiales y de la facilidad de depósito -estos últimos para situarlos en negativo- y las iniciativas que ensanchen de nuevo el balance del BCE -como una operación de financiación a largo plazo (LTRO) condicionada o un programa de expansión crediticia (CE) u otro de expansión cuantitativa (QE)- pretenderían en ese efecto de prolongar la corrección del euro de las últimas semanas.

Porque la divisa europea ya ha vuelto sobre sus pasos en el último mes. Desde que Draghi anticipó en la rueda de prensa del 8 de mayo que la institución se sentía "cómoda con la posibilidad de actuar" el 5 de junio, el euro se ha depreciado cerca de un 3% contra el dólar, hasta los 1,36 dólares.

Si Draghi satisface hoy las elevadas expectativas que ha levantado, ese movimiento tendrá continuidad, Por el contrario, si defrauda, la moneda única volverá a subir; y cuanto mayor sea esa decepción, más rápido se aproximará de nuevo hacia los 1,40 dólares.

El tipo de cambio del euro nunca ha sido un tema cómodo para el Banco Central Europeo (BCE). Como escapa de sus competencias directas, la institución ha solido despachar las preguntas o las críticas por su posición con respecto a la divisa europea echando balones fuera, con alusiones a las recomendaciones del G-7 o a que las divisas deben reflejar los fundamentales de sus respectivas economías.

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