La economía rusa se contraerá un 4,5% en 2009, según el Banco Mundial

La economía de Rusia se contraerá este año un 4,5%, el doble de lo pronosticado por el Gobierno ruso (2,2%), informó hoy Zeljko Bogetic, economista del Banco Mundial (BM). Esta es una enorme contracción si tenemos en cuenta el nivel real de la actividad económica, señaló Bogetic, citado por la agencia oficial rusa Itar-Tass. Bogetic destacó la drástica caída de la demanda interna, el empeoramiento de la situación socio-económica, la reducción de la inversión y el descenso de las exportaciones, que ya comenzó en el tercer trimestre de 2008.

También subrayó la caída de la producción industrial, en particular la fabricación de equipos eléctricos, y la disminución de la actividad en el sector de la construcción. En opinión del experto, la tendencia a la baja que ha marcado la economía rusa en enero (8,8%) y febrero (7,3%) continuará en los próximos meses. Como factores de la contracción económica, Bogetic destacó la caída del precio del petróleo y la fuga de capitales. En cuanto a la inflación, el BM no considera que éste vaya a ser un gran problema para la economía rusa, ya que se enmarca en la tendencia global.

Bogetic pronosticó un crecimiento nulo de la economía nacional en 2010, aunque ésta dará signos de recuperación en la segunda mitad del año. El experto recordó que la economía mundial decrecerá un 2,3 por ciento este año, en lo que supone la primera contracción global desde la Segunda Guerra Mundial. El Ministerio ruso de Economía ha pronosticado un crecimiento negativo de la economía nacional para 2009 del 2,2%.

El viceprimer ministro ruso, Ígor Shuválov, afirmó la pasada semana que Rusia necesita un nuevo modelo económico, distinto al anterior a la crisis, que estaba basado fundamentalmente en la exportación de materias primas. El funcionario reconoció que las autoridades rusas no previeron la caída de los precios del petróleo, principal fuente de divisas para Rusia. La economía rusa creció un 5,6% en 2008, el peor resultado desde 1999, cuando la economía rusa decreció un 4,9% debido a la suspensión de pagos, que convirtió en papel mojado los ahorros de los rusos.