Caja Castilla La Mancha vive de la ventanilla de urgencia del Banco de España

Caja Castilla La Mancha (CCM) vive con respiración asistida. Con el mercado interbancario cerrado a cal y canto a cuenta de unos problemas que son vox populi desde hace muchos meses, la entidad sigue funcionando gracias a la ventanilla de urgencia del Banco de España, que actúa como prestamista de última instancia. El Consejo de Administración de la entidad castellano manchega dio anteanoche luz verde al inicio de negociaciones con Unicaja, cuyo Consejo acordó a su vez autorizar a su presidente, Braulio Medel, a negociar una fusión por absorción entre ambas entidades.

El recurso a la ventanilla de urgencia del antiguo banco emisor tiene para el prestatario un sobrecoste, que en este caso es de un punto por encima de los tipos de política monetaria del Eurosistema (ahora mismo del 3%, rubro “facilidad marginal de crédito”). Fuentes del Banco de España aseguraron ayer a este diario que “se le presta lo imprescindible para seguir operando, teniendo en cuenta el riesgo asumido”. Sorprende, por eso, que Juan Pedro Hernández Moltó aludiera anteayer en Toledo a una “campaña [mediática] hostil contra CCM”, que, en su opinión, habría producido un “grandísimo malestar”.

Las mismas fuentes descartan por “ridícula” la cifra de ayudas que CCM habría solicitado recibir del Fondo de Garantía de Depósitos en Cajas de Ahorro (FGDCA) para hacer digerible la absorción por parte de Unicaja. Este diario cifraba ayer esas ayudas en 900 millones de euros, “una cantidad que no es creíble, teniendo en cuenta que esa cantidad equivale al 5% de la inversión crediticia total de la entidad, que grosso modo ronda los 18.000 millones de euros. Si esas fueran todas sus necesidades de recursos, CCM no solo no tendría ninguna crisis, sino que estaría viviendo en el mejor de los mundos”.

Prisas por cerrar la operación

“La realidad es que Caja Castilla La Mancha tendría que haber sido intervenida hace ya tiempo, desde luego nada más conocerse los datos de cierre del ejercicio 2008, porque estaba claro que entonces ya no cubría el coeficiente de solvencia”, sostienen las fuentes, “pero el gobernador Fernández Ordóñez y su gente han preferido esperar, no se sabe bien si un milagro o qué. La situación es tan grave que la operación con Unicaja tiene que ser anunciada ya mismo”.