Es noticia
La responsabilidad de una islandesa luchadora
  1. Mercados
  2. Finanzas personales

La responsabilidad de una islandesa luchadora

Ingibjörg Sólrún Gísladóttir, actual ministra de Exteriores de Islandia y líder del partido socialdemócrata, formará Gobierno en minoría y acudirá a las próximas elecciones, convocadas para

Foto: La responsabilidad de una islandesa luchadora
La responsabilidad de una islandesa luchadora

Ingibjörg Sólrún Gísladóttir, actual ministra de Exteriores de Islandia y líder del partido socialdemócrata, formará Gobierno en minoría y acudirá a las próximas elecciones, convocadas para mayo tras la dimisión del primer ministro, sin la esperanza de conseguir la mayoría absoluta. Otro reto para una feminista luchadora que ha decido continuar en la vida política tras ser operada de un tumor.

 

Si las elecciones se celebrasen hoy, el partido de la oposición Movimiento de Izquierda Verde ganaría y terminaría con la actual coalición entre conservadores y socialdemócratas, según revelan las últimas encuestas. El pasado viernes el primer ministro islandés Haarde, después de discutirlo con Gísladóttir, presentó su dimisión después de varios días de protestas en el país por la complicada situación económica. La actual ministra de Exteriores había sugerido a la ministra de Asuntos Sociales, Jóhanna Sigurdardóttir, para ocupar la jefatura de Gobierno para mantener la coalición, pero Haarde no aceptó. Gísladóttir y el líder de los Verdes recibieron, tras la dimisión de Haarde, el encargo del presidente de Islandia, Ólafur Ragnar Grímsson, de formar un Gobierno minoritario.

Ingibjörg Gísladóttir, licenciada en Historia y Literatura, comenzó su carrera política participando en la fundación de la Alianza de Mujeres, partido al que representó en el Ayuntamiento de Reykiavik entre 1982 y 1988 y en el Parlamento entre 1991 y 1994, año en el que se hizo cargo de la alcaldía de la capital islandesa al frente de una coalición de cuatro partidos. Gísladóttir también fue parte del núcleo fundador de la Alianza Socialdemocrática en 2000 y en 2005 fue elegida para liderar el partido, la segunda fuerza política del país.  Además de dedicarse a la política, Gísladóttir también ha sido directora de un periódico feminista, Vera. La ministra está casada con un traductor y experto en lengua y literatura chinas, Hjörleifur Sveinbjörnsson, y  tiene dos hijos.

Ingibjörg Sólrún Gísladóttir, que nació en 1954, fue operada de un tumor cerebral benigno en Nueva York el pasado mes de octubre. A su regreso a Islandia tras la operación anunció que se presentaría a las elecciones. No es el único miembro del Gobierno de Islandia con problemas de salud: el presidente, Ragnar Grimsson, fue hospitalizado a principios de octubre para ser sometido a una angioplastia y el conservador Haarde comunicó hace unos días que será operado el próximo mes de un tumor maligno, por lo que no se presentará a las elecciones.

Una economía colapsada

La economía de Islandia, al borde del colapso, empezó su despegue hace cuatro décadas con el nuevo sistema de cuotas pesqueras, al que siguió una política de privatizaciones entre la década de 1980 y la de 1990. A partir de los noventa, los inversores islandeses emprendieron una agresiva política de préstamos en el extranjero, expandiéndose sobre todo en Reino Unido y los países escandinavos, lo que fortaleció notablemente al sector financiero, que llegó a representar el 8% del PIB. En 2005 ocupaba el séptimo puesto en el ránking de países por Calidad de Vida que elabora The Economist.

Pero la buena marcha de la economía islandesa se torció el año pasado, cuando el Gobierno tuvo que intervenir los tres bancos principales del país. A principios de octubre el Ejecutivo nacionalizó el Kaputhing Bank y el Landsbanki y se hizo con el 75% de Glitnir.

Además, el FMI concedió en noviembre pasado un préstamo de 2.100 millones de dólares (unos 1.600 millones de euros) a Islandia, cuyo Gobierno se comprometió a poner en marcha un programa de austeridad para estabilizar la tasa cambiaria, reestructurar la banca y garantizar la sostenibilidad fiscal. Islandia, país de algo más de 310.000 habitantes, también recibió un préstamo de hasta 3.000 millones de dólares (unos 2.300 millones de euros) de Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia, Rusia y Polonia. Esta semana se ha especulado con que Islandia entrara, mediante un procedimiento de urgencia, en la Unión Europea para salvar al país de la crisis.

Dos mujeres al rescate del sistema financiero

Tal y como publicó Cotizalia.com hace unos meses, el Gobierno islandés fichó en noviembre a dos mujeres, Elín Sigfúsdóttir y Birna Einarsdóttir, para tomar las riendas del New Landsbanki y del New Glitnir, respectivamente, para intentar restablecer la normalidad y la confianza en el deteriorado sistema bancario. Para estas dos ejecutivas el nombramiento es un sueño y un gran reto: se enfrentan al desafío de ocupar el sillón de quienes han situado al borde del abismo a Islandia y deben a demostrar que pueden hacerlo mejor que ellos.

“No es que las mujeres tengan mayor aversión al riesgo que los hombres, sino que son más conscientes del él”, comentaba la profesora Susan Vinnicombe, directora del International Centre for Women Leaders de Cranfield School of Management a Financial Times. Vinnicombe publica un estudio anual sobre mujeres directivas en compañías que cotizan en el FTSE 100 y en el último señala que las mujeres pueden asumir riesgos de mayor tamaño, pero en menor número que los hombres. Por otra parte, otros expertos creen que las mujeres han tenido que superar muchos obstáculos para llegar a lo más alto en sus puestos de trabajo, por lo que no me sorprendería que asumieran mayores riesgos que los hombres.

 

Ingibjörg Sólrún Gísladóttir, actual ministra de Exteriores de Islandia y líder del partido socialdemócrata, formará Gobierno en minoría y acudirá a las próximas elecciones, convocadas para mayo tras la dimisión del primer ministro, sin la esperanza de conseguir la mayoría absoluta. Otro reto para una feminista luchadora que ha decido continuar en la vida política tras ser operada de un tumor.

Islandia