El Fitur de la crisis

¿Sirve para algo estar en Fitur? ¿Se ha convertido en un desfile de políticos que sólo van a hacerse la foto? ¿Hay negocio en la segunda feria turística más importante del mundo? Fitur 2009 se inaugura el miércoles con nubarrones inesperados. El precio del metro cuadrado de los stands ha crecido un 4,5%. Algunas de las empresas más fuertes del sector se han autoexcluido (Globalia, Barceló, Orizonia) y, para colmo, no son pocas las voces que reclaman un cambio definitivo en este modelo de promoción.

Los datos. La edición 29 de Fitur alberga 87.520 metros cuadrados en 12 pabellones de Ifema. Son 11.137 empresas procedentes de más de 170 países/regiones. “Una feria turística es un abanico de oportunidades”, proclama, bien optimista, Ana Larrañaga, directora de Fitur.

Crear imagen, la relación personal, el intercambio de tarjetas de visitas y la posibilidad de ver a los consejeros delegados y propietarios de las compañías son claves del éxito (hasta ahora) de las ferias turísticas. Se trata también de poner cara a los contactos con los que se intercambian correos electrónicos o los que se conocen sólo por su perfil en Facebook o Linkedin.

La rentabilidad ya es otra cuestión. “Fitur sigue siendo rentable para el expositor si se hace de una manera dimensionada y razonable. Ha pasado el tiempo de los grandes fastos e inversiones millonarias”, destaca Raimundo Alabern, director de Séptima Marketing y ex director general de Viajes Iberia. “Se impone”, explica Alabern, “una racionalización de costes tanto para la empresa pública como para la privada. No es de recibo que para algunos Ayuntamientos Fitur suponga el 25% de su inversión anual en promoción”.

Alabern, que también fue director gerente del Ibatur (Instituto Balear de Turismo), el organismo de promoción de la Conselleria de Turismo del Govern de Baleares, no cree que Fitur deba ser un encuentro exclusivo para profesionales, sin presencia del público el sábado y domingo. “El formato mixto es bueno, pero creo que la mayoría de los expositores deberían plantearse su estrategia para el fin de semana. Se pagan muchos metros cuadrados para unos días en los que la feria se limita al ámbito autonómico. Haría falta una discriminación de precios, que las empresas e instituciones pagaran menos el fin de semana”.

Ausencias notables

Barceló es una de las grandes compañías turísticas que este año no tendrá stand en Fitur. La multinacional mallorquina no descarta volver a la feria madrileña. “No se gana mucho, pero hay que estar”, señalan fuentes de Barceló Hoteles. El coste del stand (unos 150.000 euros) más el desplazamiento de directivos de la compañía a Madrid (unos 50) no se planteaba este año como fundamental para una empresa que prefiere en 2009 gastarse el dinero previsto en Fitur en una inversión directa.

Las mismas fuentes de Barceló valoran positivamente que la feria turística cuente con la presencia de público, clave para destinos alejados y que dependen del cliente final como las Islas Seychelles o Australia. Hay comunidades autónomas en las que Fitur resulta decisiva para su imagen y proyección de destino. Es el caso de Andalucía, la que más gasta en Fitur (2,47 millones de euros) o Baleares, que ha contado con la presencia en anteriores ediciones de la feria de Michael Douglas o Rafael Nadal para promocionar las Islas.

La directora de Fitur cree que el modelo de feria continúa vigente, aunque no descarta para 2010 algunos cambios en formatos y acciones de comunicación. Larrañaga subraya las bondades de la feria que capitanea: “A pesar del gran crecimiento de la promoción online, se hace más necesaria que nunca la presencia en las ferias”.

No lo tiene así de claro el presidente de Top Rural, François Derbaix, (lo cuenta en su blog) y mucho menos el presidente del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, Salvador Pendón. “Siendo sinceros, les tengo que decir que no sé si sirve para algo que vaya el Patronato también. Uno siempre tiene la duda de si esto sirve para algo o no”, admite Pendón, también presidente de la Diputación Provincial de Málaga. El dirigente socialista cree que sería “negativo” no estar en la feria, aunque tiene claro que no se hace “negocio directo, pero algo cae”.

Es evidente que ni los propios responsables turísticos saben muy bien qué beneficio les trae Fitur. Quizá esta feria quede fijada en las hemerotecas impresas y digitales como la de la crisis, sin resultados tangibles. O bien la del principio de una renovación de un concepto turístico de promoción un tanto demodé.