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La petrolera china CNPC y el fondo soberano de Kuwait (KIA) también optaron a entrar en Repsol
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La petrolera china CNPC y el fondo soberano de Kuwait (KIA) también optaron a entrar en Repsol

Los bancos acreedores de Sacyr han tenido varias ofertas encima de la mesa por su 20% en Repsol. La rusa Lukoil no ha sido la única.

Los bancos acreedores de Sacyr han tenido varias ofertas encima de la mesa por su 20% en Repsol. La rusa Lukoil no ha sido la única. La petrolera China National Petroleum Corporation (CNPC) y el fondo soberano de Kuwait (KIA) fueron los otros dos potenciales compradores que presentaron oferta para comprar la participación de la constructora presidida por Luis del Rivero, que necesita deshacer su posición en la petrolera española para reducir su deuda de casi 20.000 millones de euros.

 

Desde la vuelta del verano, el mandato de venta concedido a Dresdner Bank imponía la búsqueda de un candidato tipo. El 20% de Sacyr en Repsol no tendría un comprador “convencional”. No sería un gigante occidental del petróleo, caso de Shell, Total o BP. La operación, por lo inusual de las condiciones, pagar a precios de hace dos años para que la constructora y sus acreedores salgan ilesos de la inversión, era idónea para el brazo inversor de un país emergente.

En este contexto, las petroleras chinas (CNPC o CNOOC), indias (ONGC) o rusas (Rosfnet o Lukoil) eran las que reunían las características requeridas, según explica el directivo de un banco de negocios internacional. Con grandes reservas de liquidez, estas compañías están obligadas y alentadas por sus gobiernos a invertir fuera de sus mercados domésticos, en gran parte para garantizar el acceso a fuentes de suministro que alimenten el crecimiento de sus economías.

En la primavera de este año, el rotativo South China Morning Post ya informó del interés de CNPC por los activos de gas y petróleo de Repsol en Argentina. Es decir, de YPF, la división argentina que tantos quebraderos de cabeza ha causado a la dirección española durante las presidencias de Alfonso Cortina y Antoni Brufau, y de la que también cuelgan la gestión de los activos en Ecuador y Bolivia, otros dos países con manifiesta beligerancia hacia los intereses de la compañía.

En esta nueva tentativa, la petrolera china estaba interesada en acceder al capital de la española, con quien pretendía constituir una sociedad al 50% para gestionar el negocio de la exploración y producción (upstream). O sea, las reservas de gas y petróleo. La parte de la distribución y comercialización seguiría en manos de la antigua Repsol, según reconocen fuentes del consejo de administración de la petrolera. La opción, sin embargo, tuvo que ser desestimada por la participación estatal en CNPC.

Dinero de los petrodólares

Un motivo similar obligó a desestimar la oferta presentada por el Kuwait Investment Authority (KIA), el fondo soberano del reino de Kuwait, el vehículo de inversión a través del cual se gestionan las reservas generadas por la venta de crudo. Su perfil más financiero, a pesar de que participa en el capital de la Kuwait Pretoleum Company, junto con el carácter público del fondo, podía contaminar las posibilidades de éxito de su candidatura, por lo que también fue finalmente descartada.

Finalmente, la opción de Lukoil reunía las mejores condiciones de la terna final de candidatos. Una petrolera mediana, de pasado público, pero ya privada (participada además por la estadounidense Conoco-Phillips con un 20%), interesada en el negocio del refino y la comercialización, al contrario que las majors occidentales, y sin miedo al riesgo político de los activos en Latinoamérica. Con la aprobación del Gobierno español, sólo falta que vendedor, comprador y los 48 bancos se pongan de acuerdo.

Los bancos acreedores de Sacyr han tenido varias ofertas encima de la mesa por su 20% en Repsol. La rusa Lukoil no ha sido la única. La petrolera China National Petroleum Corporation (CNPC) y el fondo soberano de Kuwait (KIA) fueron los otros dos potenciales compradores que presentaron oferta para comprar la participación de la constructora presidida por Luis del Rivero, que necesita deshacer su posición en la petrolera española para reducir su deuda de casi 20.000 millones de euros.