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En el aire el acuerdo para acabar con la madre de todas las crisis
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EL PLAN DE RESCATE NO ES RATIFICADO EN LA REUNIÓN DE BUSH, OBAMA Y MCCAIN

En el aire el acuerdo para acabar con la madre de todas las crisis

El sentido de Estado se impuso ayer a los intereses partidistas, pese a la cercanía de las elecciones, y demócratas y republicanos se pusieron de acuerdo

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En el aire el acuerdo para acabar con la madre de todas las crisis

El sentido de Estado se impuso ayer a los intereses partidistas, pese a la cercanía de las elecciones, y demócratas y republicanos se pusieron de acuerdo en el Congreso para aprobar el plan de rescate de la banca norteamericana que presentó el secretario del Tesoro, Henry Paulson, el pasado fin de semana y que costará 700.000 millones de dólares como mínimo a sus ciudadanos. Sin embargo, el acuerdo sobre el plan no fue ratificado finalmente anoche en una reunión entre el presidente saliente, George Bush, y los dos aspirantes a sucederle: el republicano John McCain y el demócrata Barack Obama. Esta falta de ratificación obedece a la oposición del ala más liberal de los republicanos y mantiene las dudas sobre los términos de su aprobación final.

La principal incertidumbre que pendía sobre el plan, su propia aprobación por el Congreso y el Senado (de mayoría demócrata), explica las caídas de las bolsas el lunes, martes y miércoles. Ayer,el preacuerdo del Congreso fue recibido con euforia tanto en Europa (el Ibex subió el 2,93% y el EuroStoxx 50, el 2,8%) como en Wall Street, donde los índices se anotaron casi el 2%. Sin embargo, quedan por despejar muchas incógnitas todavía sobre el acuerdo final, en especial cómo se van a valorar los activos tóxicos de la banca que va a comprar la Administración.

El senador Obama justificó inicialmente su apoyo al plan diciendo que la nación entera estaba en peligro, no había tiempo y no hacer nada no era una opción. Ahora bien, calificó de escandaloso que los contribuyentes tengan que cargar con las consecuencias de la avaricia y el riesgo de Wall Street. Tras la reunión de la noche, insistió en que hay que seguir trabajando para cerrar el plan. McCain adelantó que quiere completar el proyecto con cinco mejoras: un organismo con miembros de los dos partidos que supervise su ejecución; una fórmula para que los contribuyentes recuperen su dinero; una completa transparencia en la revisión de la legislación actual; ninguna asignación definida de recursos en la ley; y límites en la capacidad de los ejecutivos de Wall Street para beneficiarse del plan.

Un plan por capítulos

De momento, el acuerdo de principios alcanzado por los parlamentarios contempla que el plan, aunque sea aprobado en su totalidad, se dividirá en varios tramos como pedían los demócratas; y sólo el primero de ellos, de 250.000 millones de dólares, podrá utilizarse deforma inmediata. La intención de este partido es que el plan tenga que ir cumpliendo objetivos, de forma que no podrá asignarse más dinero hasta que los primeros se hayan alcanzado. Algo que requeriría la continua revisión por parte del Congreso y que no gusta nada al actual Ejecutivo.

La oposición al actual Gobierno de EEUU también ha logrado otra victoria con la inclusión en el plan de límites a la retribución de los ejecutivos de las entidades que se acojan alrescate, aunque no se ha fijado todavía ninguna cantidad. Asimismo, la norma final permitirá al Gobierno recibir warrants que le den derecho a entrar en el capital de los bancos rescatados. El plan estará abierto finalmente a las entidades extranjeras con operaciones significativas en EEUU, aunque sean europeas o asiáticas. Pero parece que no se va a incluir la propuesta de dar a los jueces poderes para alterar los términos de las hipotecas en caso de impago.

La valoración, la gran incógnita

Pero sigue sin estar claro el punto crítico del plan de rescate: cómo se van a valorar los activos de los bancos. La idea en el Tesoro es proceder a una subasta en la que las entidades ofrecerán sus activos con un precio, y en teoría el más bajo es el que se lleva al gato al agua. Pero eso choca con dos problemas, como explicó El Confidencial el lunes: el primero, que no se trata de activos homogéneos; y segundo, que no hay un precio de mercado para estos activos que tomar como referencia, pese a que Ben Bernanke ha dicho en el Congreso que pretende determinar el precio de acuerdo con su valor de mercado.

Y es que comprar los activos con descuento (a un precio demasiado bajo) para reducir la factura de los contribuyentes puede conducir al fracaso del plan: en ese caso, los bancos tendrán que anotarse esas pérdidas de todas formas, con lo que seguirán igual que ahora y el plan no habrá conseguido su objetivo: acabar con la espiral sin fin de amortizaciones, pérdidas y ampliaciones de capital para devolver la confianza al sistema financiero, descongelar los mercados de crédito y de deuda, y reactivar la economía.

El sentido de Estado se impuso ayer a los intereses partidistas, pese a la cercanía de las elecciones, y demócratas y republicanos se pusieron de acuerdo en el Congreso para aprobar el plan de rescate de la banca norteamericana que presentó el secretario del Tesoro, Henry Paulson, el pasado fin de semana y que costará 700.000 millones de dólares como mínimo a sus ciudadanos. Sin embargo, el acuerdo sobre el plan no fue ratificado finalmente anoche en una reunión entre el presidente saliente, George Bush, y los dos aspirantes a sucederle: el republicano John McCain y el demócrata Barack Obama. Esta falta de ratificación obedece a la oposición del ala más liberal de los republicanos y mantiene las dudas sobre los términos de su aprobación final.

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