Medio Ambiente y Junta de Andalucía quieren ahora legalizar el polémico hotel El Algarrobico

El Ministerio de Medio Ambiente y la Junta de Andalucía se afanan en legalizar a toda costa el polémico hotel El Algarrobico, mole de hormigón de más de 20 plantas y 411 habitaciones que se erige dentro de los límites del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar en Almería.

El ministerio que dirige Cristina Narbona no ha remitido al Tribunal Supremo el expediente administrativo relativo a la utilidad pública de los terrenos en los que se levanta. Paralelamente, Manuel Chaves aprobó la semana pasada un nuevo Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del Parque Natural, que transforma el suelo de “área natural de interés especial” en “núcleo habitado preexistente”, según denuncia Greenpeace.

La organización ecologista, cuyo presidente, Juan López de Uralde, hubo de sentarse en el banquillo denunciado por Azata, la promotora del proyecto, tras una acción que rotuló la fachada del hotel con la palabra “ilegal” (ver foto), ha remitido un escrito al Ministerio de Medio Ambiente recordándole que tiene la obligación de defender el medio ambiente y que la no remisión del expediente administrativo que obra en poder del Ministerio causa graves perjuicios a la defensa del derecho al medio ambiente. "El Ministerio de Medio Ambiente debe explicar a toda la ciudadanía por qué ha renunciado a defender la playa de El Algarrobico y el medio ambiente" -ha declarado Maria José Caballero, responsable de la campaña de costas de Greenpeace.

Además, la asociación ha enviado una carta a Manuel Chaves en la que denuncia la citada modificación del PORN y le pide que demuela El Algarrobico antes de las elecciones del 9 de marzo. La petición de Greenpeace no se queda ahí y la ha hecho extensiva al resto de internautas a través de un llamamiento al ciberactivismo verde.

Libre del 99% Impuesto de Construcciones

El desarrollo del polémico hotel-colmena está repleto de irregularidades. El Algarrobico se erige dentro de los límites del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, es decir, en una zona incompatible con el uso urbanístico; contraviene el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) y el Plan de Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque, que deben prevalecer sobre el planeamiento urbanístico; y vulnera la Ley de Costas, sostiene Greenpeace. Además, siempre según los ecologistas, veinte días antes de conceder la licencia de obras al polémico hotel Algarrobico, el Ayuntamiento almeriense de Carboneras celebró un pleno extraordinario y urgente en el que liberaba a su promotora, Azata del Sol, de pagar el 99% del Impuesto de Construcciones. El proyecto tiene en el alcalde de Carboneras, el socialista Cristóbal Fernández, a uno de sus principales defensores.

Los últimos movimientos a favor del hotel tanto de la Junta de Andalucía como del Ministerio de Medio Ambiente contrastan con el compromiso público por parte de sus máximos responsables de expropiarlo y demolerlo. El propio Chaves afirmó que el edificio representa "quizás, de una manera exagerada, el símbolo de la destrucción del litoral andaluz". En todo caso, la presencia de este hotel a menos de 100 metros de la servidumbre de protección de la costa contradice la Estrategia para la Sostenibilidad de la Costa, un proyecto mediante el que Medio Ambiente pretende frenar la urbanización del litoral español y derribar parte de lo construido.