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El cambio de tono de Grifols alivia recelos y refuerza su atractivo ante el mercado (+9%)
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El cambio de tono de Grifols alivia recelos y refuerza su atractivo ante el mercado (+9%)

Algunas notas positivas en la evolución del negocio y la sensación de que el grupo está más enfocado en las prioridades fijadas por el mercado ayudan a rebotar una cotización muy penalizada

Foto: Productos de Grifols. (Reuters/Albert Gea)
Productos de Grifols. (Reuters/Albert Gea)
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Grifols quiere dejar de sonar a Grifols. Tras protagonizar en los últimos años un doloroso derrumbe bursátil (entre febrero de 2020 y el pasado marzo el valor de sus acciones se hundió alrededor de un 75%), la compañía catalana de hemoderivados ha asumido un propósito de enmienda con el que pretende convencer a los inversores de que los pecados que le han achacado en los últimos tiempos son cosa del pasado.

“Grifols está comprometido con la creación de valor para todos nuestros accionistas y con el restablecimiento de la credibilidad y la confianza de la comunidad financiera”, señaló este martes su presidente y flamante consejero delegado Thomas Glanzmann, durante la presentación ante analistas de los resultados del primer trimestre.

La mera celebración de esta presentación ya es una prueba de la nueva cara que Grifols quiere ofrecer al mercado, pues no han pasado ni dos años desde que la compañía anunció su intención de prescindir de las presentaciones trimestrales, lo que generó ciertas críticas por lo que representaba de paso atrás en la transparencia del negocio. “Hemos tomado nota de lo que escuchamos y nos dicen”, apuntó Glanzmann este martes, tras indicar que la dirección del grupo ha mantenido en los últimos meses reuniones con inversores y casas de inversión en Londres y Nueva York “para abordar preguntas e inquietudes”.

Foto: Junta general de accionistas de Grifols. (EFE/Alejandro García)

Y no cabe duda de que Grifols ha sido objeto de numerosas inquietudes en los últimos tiempos, como evidencia su atribulada acción. Pero el grupo tiene razones para pensar que quizás se encuentra en el buen camino, tras registrar este martes ganancias superiores al 9% tras informar de que sus ingresos se elevaron un 23% durante los primeros tres meses del año y de que la evolución de su negocio le ofrece garantías suficientes para elevar sus objetivos anuales.

“Sólido crecimiento orgánico y Grifols cosechando los frutos de su plan de ahorro”, subrayaron los analistas de Mirabaud Securities tras la publicación de las cuentas. De hecho, el fabricante de hemoderivados anunció que ya ha cumplido hasta el 80% de su plan de ahorro de costes y se permitió elevarlo desde un objetivo inicial de 400 millones hasta los 450.

Algunos de los obstáculos más severos que has estado lastrando su negocio desde el ‘shock’ del coronavirus empiezan a dar muestras de remitir, lo que queda en evidencia en la caída del 15% del coste efectivo de recolección de plasma y su negocio de biofarmacia experimentó un comportamiento mejor de lo esperado, impulsado por el “sólido” comportamiento de la inmunoglobulina (IG) en Estados Unidos, según resaltan en Barclays.

La compañía sigue pendiente de desinversiones para reducir su abultada deuda

Nada de esto oculta que la compañía de origen catalán se enfrenta aún a importantes desafíos, con unos márgenes todavía muy por debajo de los que acostumbraba en los años previos al covid y unas métricas financieras muy endebles. En este sentido, con una deuda que supera las siete veces el ebitda, el avance hacia el objetivo marcado de cuatro veces sigue precisando de alguna operación de desinversión de la que no hay aún noticias.

Lo cierto es que los números presentados este martes no marcan una ruptura abrupta con los problemas operativos del pasado. No en vano, firmas como Bankinter incluso lanzan un juicio negativo de los mismos, al poner el foco en la persistencia de un flujo de caja negativo o en el incremento de los gastos operativos.

Las preocupaciones competitivas, con la presentación por parte de Argenx de su ensayo ADHERE sobre el tratamiento de CIDP (polirradiculoneuropatía desmielinizante inflamatoria crónica), que pondría en riesgo parte, precisamente, del negocio de las inmunoglobulinas, esperada para este trimestre, tampoco ofrecen mucho margen para el alivio.

Y, sin embargo, y sin perder de vista el colchón que ofrecen las valoraciones actuales de Grifols (su cotización se sitúa más de un 60% por debajo del precio objetivo medio que le otorgan los analistas), los inversores empiezan a ver razones para cambiar la manera en que miran al grupo, lo que parece entenderse más por el cambio en los modos de gestión que en los resultados.

Foto: Junta general de accionistas de Grifols. (Alejandro García)

Grifols, pese a todas las dificultades sufridas en los últimos años, no ha dejado de ser un actor bien establecido en un sector de notable crecimiento potencial como el de los hemoderivados. Pero al mismo tiempo se había erigido en una compañía regida bajo unos estándares a menudo poco comprendidos (en esencia, los dictaminados por la propia familia Grifols) y difícilmente encajables con los intereses de los accionistas minoritarios, lo que acabó alejando a buena parte de los inversores, que durante años la habían tratado como a una de las grandes joyas del mercado nacional.

Ahora, la figura de Glanzmann en la presidencia viene a poner cara (en un cambio que ya se inició con su antecesor, Stephan F. Mayor) a un intento de mostrarse como una empresa más profesionalizada, menos dependiente de las pretensiones de su accionista de referencia, y dispuesta escuchar las inquietudes del mercado, que lleva tiempo apuntando al elevado endeudamiento como una de las prioridades a abordar (sin demasiados avances, hasta la fecha). El anuncio este martes de un nuevo plan de incentivos para la dirección con objetivos a largo plazo representa otro paso en esa misma dirección, en la que los inversores parecen comenzar a creer.

“Espero y confío en que salgan de esta presentación con la sensación de que Grifols está intensificando y alineando agresivamente todas las piezas necesarias para posicionar a la compañía hacia un futuro exitoso”, apuntó el presidente en su presentación.

Probablemente, serán necesarias más pruebas para que los inversores puedan aparcar con convicción las dudas con las que vienen juzgando a Grifols en los últimos tiempos. Pero, con una remontada de la acción de más del 23% en las últimas siete semanas, parece claro que el nuevo tono de la compañía les genera una confianza creciente.

Grifols quiere dejar de sonar a Grifols. Tras protagonizar en los últimos años un doloroso derrumbe bursátil (entre febrero de 2020 y el pasado marzo el valor de sus acciones se hundió alrededor de un 75%), la compañía catalana de hemoderivados ha asumido un propósito de enmienda con el que pretende convencer a los inversores de que los pecados que le han achacado en los últimos tiempos son cosa del pasado.

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