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Inditex: una crisis que queda atrás, mucho que probar por delante
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Resultados del primer trimestre

Inditex: una crisis que queda atrás, mucho que probar por delante

La compañía registra ya cifras por encima de los niveles de 2019, pero sus caídas en bolsa evidencian que el mercado le exige mucho más para sostener sus elevadas valoraciones

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Entre las primeras lecturas a los resultados que ha publicado este miércoles Inditex se entremezclan los aplausos a una compañía que parece cada vez más próxima a dejar atrás la crisis con las advertencias de que, en algunas magnitudes, las cuentas de su primer trimestre fiscal (que comprende de febrero a abril) han quedado por debajo de las estimaciones.

A juzgar por la reacción de las acciones del grupo que dirige Pablo Isla en las primeras horas de cotización (con descensos que rondan el 2%) podría entenderse que en el mercado se ha impuesto la visión menos favorable. Pero no puede obviarse que esto ocurre en un momento en que la confianza en torno a Inditex había alcanzado tal extremo que lo que se valora hoy sobre el parqué no es si es posible una rápida recuperación de la crisis, sino si se justifica empujar su cotización hacia nuevos máximos históricos.

A Inditex las cuentas del primer trimestre de 2021 se le pueden haber quedado algo cortas (aunque obviamente pulverizan los registros del año pasado, mucho más condicionado por las restricciones provocadas por el coronavirus) porque sus previsiones de reapertura de las tiendas cerradas han resultado demasiado optimistas. Si ya en la presentación de las cuentas del ejercicio anterior el grupo asumía que la práctica totalidad de sus establecimientos estaría abierta ya en el mes de abril, lo cierto es que al término del periodo aún un 16% de las tiendas permanecía cerrado, lo que provocó que a lo largo del trimestre se perdieran un 24% de las horas de venta (frente a un 19% que calculaban firmas como CaixaBank BPI).

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Con todo, para un mercado acostumbrado a poner sus miras en el día después de la pandemia, este no debería representar un problema significativo. Sobre todo si se atiende a que el grupo ha comunicado un muy sólido arranque del segundo trimestre, que sitúa ya sus cifras de ventas hasta un 5% por encima de los niveles registrados en el mismo periodo de 2019.

Entre los inversores hace tiempo que lo que se viene debatiendo es si la Inditex que saldrá de la crisis es un grupo mejor que el que entró en la misma. Porque conviene no perder de vista que en los últimos ejercicios el modelo de la matriz de Zara ha sido ampliamente cuestionado, no tanto porque se dudara de sus fortalezas presentes, sino por temor a que las nuevas tendencias de la industria acabaran socavando su liderazgo y haciendo injustificable la prima con la que habitualmente ha cotizado frente a sus competidores.

El margen bruto del primer trimestre es el mayor desde 2012

A esas preocupaciones, Inditex ha respondido con solvencia: su negocio 'online' ha seguido mostrando una envidiable pujanza (un 67% a tipo de cambio constante, pese a que la comparativa con el año anterior ya era exigente); con una eficaz gestión de inventarios; sin resentir sus márgenes, que, de hecho, han crecido en este trimestre (el margen bruto del 59,9% es el mayor en un primer trimestre desde 2012); mientras mantiene una sólida posición de caja, con más de 7.100 millones de euros de posición financiera neta, que brinda una flexibilidad muy valiosa para abordar las inversiones necesarias y mantener una política de remuneración al accionista suficientemente atractiva. Una vez más, las firmas más escépticas con el grupo textil tendrán que hilar fino para justificar sus valoraciones de derribo.

Con todo, tampoco puede perderse de vista que muchos de los impactos más llamativos en las cifras de Inditex vienen conducidos por un 'boom' en el consumo de la moda propiciado por la reanudación de muchas actividades sociales que habían quedado aparcadas durante la pandemia y que ya ha tenido reflejo en las cifras de otros grupos del sector. Pero, aunque este sea un movimiento que pueda extenderse algunos trimestres más, es lógico esperar que resulte pasajero.

Cuando la normalidad regrese al negocio de la venta de moda, Inditex necesitará evidenciar que sus fortalezas se mantienen incólumes. Y que es capaz de mantener unos niveles de crecimiento por encima del sector, sin poner en cuestión sus ventajas más preciadas. La de este trimestre ha sido una buena prueba de esas capacidades, pero cuando el mercado espera tanto se hace difícil sorprender y siempre queda mucho por demostrar.

Entre las primeras lecturas a los resultados que ha publicado este miércoles Inditex se entremezclan los aplausos a una compañía que parece cada vez más próxima a dejar atrás la crisis con las advertencias de que, en algunas magnitudes, las cuentas de su primer trimestre fiscal (que comprende de febrero a abril) han quedado por debajo de las estimaciones.

Pablo Isla Moda
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