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Las claves de un Inditex de 100.000 millones: algo más que una recuperación en V
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Las claves de un Inditex de 100.000 millones: algo más que una recuperación en V

La remontada de las acciones del grupo de moda supone el premio del mercado a un modelo de negocio que se ha probado sólido ante la mayor de las pruebas imaginables

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Es fácil comprender por qué para Inditex la crisis del coronavirus ha supuesto una de las más duras pruebas de fuego de su historia. Miles de tiendas cerradas a nivel global en distintas etapas desde el estallido de la pandemia, severas restricciones de capacidad en aquellas que permanecían abiertas y una demanda reprimida por las limitaciones a la movilidad y la cancelación de innumerables eventos sociales dan forma al considerable desafío que ha enfrentado la compañía que dirige Pablo Isla y que, inevitablemente, se dejó notar en los resultados del pasado ejercicio, con un hundimiento de su beneficio del 70%.

Parece lógico, por lo tanto, que una vez que el despliegue de las vacunas y la evolución de los datos sanitarios permiten imaginar un progresivo retorno a la normalidad en la mayor parte de los países desarrollados durante la segunda mitad de 2021, los inversores alivien su escepticismo sobre el gigante textil español y retomen posiciones de cara a la recuperación que se avecina.

Sin embargo, lo que refleja la cotización de Inditex es mucho más que una mejora del sentimiento por la simple relajación del virus. Sus títulos acumulan una ganancia cercana al 19% en las últimas cinco semanas, que estira al 56% la revalorización experimentada desde inicios del pasado mes de noviembre. Tras anotarse este lunes algo más de un 2%, su cotización —ajustada por dividendos— se ha situado en sus niveles más elevados de los últimos cuatro años, superando la emblemática barrera de los 100.000 millones de euros de capitalización.

Gana un 19% en cinco semanas ante la confianza en un rápido repunte del consumo de moda

Tras estas cifras parece reposar la idea, expresada hace escasos días por los analistas de Alantra, de que "Inditex saldrá más fuerte de esta crisis". La expectativa de que el grupo cuente ya desde abril con el 100% de sus tiendas abiertas alimenta la expectativa de que, si no en su segundo trimestre fiscal (que abarca de mayo a julio), durante la segunda mitad del año sus cifras de negocio podrían equipararse a las previas a la pandemia, experimentando lo que se ha dado en llamar una recuperación en V.

"La experiencia de los últimos 12 meses muestra que las ventas de Inditex tienden a recuperarse muy rápidamente tan pronto como se eliminan las restricciones de movilidad", señalan en la firma de análisis, donde recalcan, además, que existen condiciones que deberían permitir un fuerte resurgir del comercio de moda en los próximos meses: "Ahora esperamos que las ventas de Inditex sorprendan positivamente tras los confinamientos, reforzadas por la demanda acumulada durante los últimos meses, particularmente de ropa de moda, conforme se levanten las medidas de distanciamiento social (eventos, salidas, retorno gradual del turismo, desmantelamiento parcial del trabajo a distancia), y porque la renta disponible de los hogares se ha preservado durante la crisis y algunos competidores han cerrado".

Foto: Foto: EC Diseño.

Todo esto no deja de representar, sin embargo, un impulso provisional que, más o menos duradero, tenderá a esfumarse con el paso de los meses. Con Inditex cotizando a más de 31 veces sus beneficios estimados para este ejercicio y por encima de 26 veces los previstos para el próximo año (claramente por encima de sus rivales y de su media histórica), parece evidente que los inversores están apostando a que la matriz de Zara saldrá de la crisis, además, con una serie de ventajas estructurales que, como mínimo, permitirán superar los recelos que han acompañado el recorrido de Inditex en los últimos años.

La crisis del coronavirus ha sido un examen más que exigente para el modelo integrado en el que Inditex lleva trabajando desde hace años y el consenso de los expertos es que los resultados han sido más que satisfactorios. Como señalaban los analistas de CaixaBank el pasado marzo, tras la presentación de los resultados del pasado año, "Inditex está muy por delante de la competencia y esto se reflejará en la dinámica de las ventas, la evolución de los márgenes y los retornos".

El grupo ha puesto en evidencia sus ventajas estructurales frente a la competencia

Según defendían entonces, "la oportunidad 'online' ha sido bien capturada por Inditex. Esto es una extensión de su modelo de negocio y no disruptivo en el futuro, también porque la compañía ha estado abordando los problemas de canibalización al recortar espacio en las tiendas físicas (-5% en 2020). Además, la intensidad de 'capex' está aflojando y, por lo tanto, esperamos que retornos y dividendos lleguen a ser crecientemente llamativos".

En esencia, se puede sostener la idea de que, frente a los temores de que un periodo de mayor intensidad en el comercio 'online' supusiera un golpe para las perspectivas de Inditex, ha acabado resultando en una demostración de su capacidad para imponerse en la nueva realidad que se atisba para el negocio del 'retail'. El problema para Inditex es que incluso entre las firmas más abiertas a reconocer estos méritos, como las citadas Alantra o CaixaBank, empiezan a escasear las que consideran que los mismos merecen mayores valoraciones. Y, de hecho, la cotización actual del grupo supera en un 9% el precio objetivo medio que le otorga hoy por hoy el mercado. Al fin y al cabo, la competencia en el sector sigue siendo elevada y el margen de crecimiento a largo plazo enfrenta evidentes constricciones.

La compañía de Pablo Isla ha podido salvar con nota el desafío enorme que ha supuesto la pandemia del coronavirus y los 100.000 millones de capitalización suponen un broche más que reseñable a su trayectoria. Convencer al mercado de que merece algo más no parece un reto mucho más sencillo.

Es fácil comprender por qué para Inditex la crisis del coronavirus ha supuesto una de las más duras pruebas de fuego de su historia. Miles de tiendas cerradas a nivel global en distintas etapas desde el estallido de la pandemia, severas restricciones de capacidad en aquellas que permanecían abiertas y una demanda reprimida por las limitaciones a la movilidad y la cancelación de innumerables eventos sociales dan forma al considerable desafío que ha enfrentado la compañía que dirige Pablo Isla y que, inevitablemente, se dejó notar en los resultados del pasado ejercicio, con un hundimiento de su beneficio del 70%.

Pablo Isla Retail
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