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Ferrovial se atasca en Canadá: baches en el camino de la recuperación
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Débiles resultados de la 407 ETR

Ferrovial se atasca en Canadá: baches en el camino de la recuperación

La autopista que gestiona el grupo en Ontario, considerada la joya de la corona de su cartera, sigue sin mostrar señales de mejora y alimenta incertidumbres a largo plazo

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Poco puede sorprender que el azote de la crisis del coronavirus hiciera de Ferrovial una de sus principales víctimas sobre el parqué español. Ante una pandemia que conducía a restricciones inéditas en la movilidad de las personas, la exposición al tráfico aeroportuario y por carretera parecía una actividad condenada a sufrir un mazazo contundente, como se acabó plasmando en las pérdidas de 410 millones con que saldó el ejercicio el grupo que preside Rafael del Pino. Además, la incertidumbre económica derivada del 'shock' venía a bloquear los planes del grupo de desprenderse de su división de Servicios, ralentizando la transformación del negocio.

Más significativas pueden resultar, en cambio, las dificultades que está encontrando Ferrovial para reflejar en su cotización las esperanzas generadas en torno a la recuperación económica y que sí han permitido a otros grupos también fuertemente penalizados por la crisis del coronavirus restañar buena parte de las heridas sufridas en los primeros meses de dificultades. Firmas como Meliá, Amadeus, la banca (con la excepción de Sabadell) o las también firmas de infraestructuras Aena y ACS reflejan a día de hoy un comportamiento bursátil sensiblemente superior al de Ferrovial en los 14 meses transcurridos desde el primer impacto de la crisis en la bolsa española.

Y buena parte de las razones por las que el grupo que dirige Ignacio Madridejos no ha logrado convencer a los inversores de sus perspectivas de recuperación cabe achacarla a las dudas que genera la que antaño fue entendida como la joya de la corona de su cartera de activos: la autopista canadiense 407 ETR, de la que controla un 43,2%. Las cifras de actividad presentadas la semana pasada vinieron a confirmar (y hasta superar) los negros augurios que en las últimas semanas venían lanzando los analistas sobre la situación del tráfico en la carretera de Ontario. La mejora de las tarifas y la reducción de los gastos operativos quedaron muy lejos de compensar la caída del tráfico, que alcanzó el 48%, sin mostrar signos de mejora respecto al último cuarto de 2020. Unos datos que, como era de esperar, han impedido que este activo abonara cualquier dividendo a sus propietarios.

El tráfico en el primer trimestre experimentó un derrumbe del 48%

Afectada por las restricciones a la movilidad que aún ha mantenido la región de Ontario en este primer tramo de 2021, es posible confiar en que la 407 ETR experimente una rápida recuperación en cuanto la distribución de las vacunas permita un progresivo retorno a la normalidad. Así lo prevén firmas como Sabadell o Mirabaud, que esperan que la autopista vuelva a abonar dividendos en el segundo semestre.

No obstante, desde la entidad suiza calculan que estos pagos se situarán en niveles entre un 60 y un 70% inferiores a los de 2019. Y con otros activos del grupo sufriendo dificultades iguales o mayores para abonar dividendos, Mirabaud no descarta que Ferrovial se vea forzada a lo largo del año a revisar su política de remuneración al accionista. "No nos sorprendería que la postura del consejo de Ferrovial eventualmente modifique su actual política de retribuciones (salvo que venda algunas de sus unidades de servicios). El propósito de esta decisión es preservar su liquidez y no obstaculizar su capacidad de ofertar por más activos de infraestructura en un momento en el que la Administración estadounidense parece estar comprometida con lanzar más proyectos bajo el esquema de PPP", apuntan.

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Pero los problemas para Ferrovial podrían tener un alcance superior si se confirmaran los temores que muchos analistas mantienen sobre la capacidad de la 407 ETR de recuperar el atractivo que mostraba antes de la pandemia. Así lo advierten los analistas de Alantra, que actualmente prevén que la autopista alcance este año un 75% de los volúmenes anteriores a la crisis y que estas cifras se vayan incrementando hasta alcanzar en 2023 el 95%. Sin embargo, considera, los riesgos para estas estimaciones apuntan a la baja.

"Además de la velocidad de la recuperación, la pregunta en este punto es si el posible cambio en los hábitos de los conductores debido al aumento del trabajo remoto podría afectar la tasa de congestión estructural de la 407 ETR y, por extensión, su rentabilidad y valor a medio plazo", señalan.

La amenaza de una vía alternativa eclipsa el potencial de la autopista de Ferrovial

Un temor que se suma a la amenaza que representa la posible construcción de una nueva autopista alternativa en la región, el corredor oeste o la autopista 413, que el Gobierno regional de Ontario está estudiando como opción para aliviar los problemas de tráfico. Firmas como Santander y JP Morgan han subrayado recientemente esta como una de las principales incertidumbres en el camino de Ferrovial.

La compañía de Rafael del Pino cuenta con muchos activos en su cartera, pero es evidente que la autopista canadiense no es uno más en la lista, pues representa una parte muy sustancial de la valoración que le otorga el mercado (en Alantra, le otorgan entre un 50 y un 55% del precio objetivo que atribuyen a Ferrovial), por lo que cualquier deterioro en sus perspectivas puede resultar muy dañino para la confianza en Ferrovial.

Una situación que, al mismo tiempo, vuelve a poner de manifiesto la necesidad que tiene el grupo de añadir mayor diversidad a su cartera de infraestructuras para limitar su dependencia de un activo que se ha revelado menos fiable de lo que se estimaba hace poco más de un año. Los casi 2.000 millones de caja con los que Ferrovial cerró 2020 suponen una bala nada despreciable para avanzar en este sentido, pero mientras no se concreten en nuevas inversiones, los inversores seguirán centrando su atención en los baches que pueblan su camino hacia la recuperación.

Poco puede sorprender que el azote de la crisis del coronavirus hiciera de Ferrovial una de sus principales víctimas sobre el parqué español. Ante una pandemia que conducía a restricciones inéditas en la movilidad de las personas, la exposición al tráfico aeroportuario y por carretera parecía una actividad condenada a sufrir un mazazo contundente, como se acabó plasmando en las pérdidas de 410 millones con que saldó el ejercicio el grupo que preside Rafael del Pino. Además, la incertidumbre económica derivada del 'shock' venía a bloquear los planes del grupo de desprenderse de su división de Servicios, ralentizando la transformación del negocio.

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