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Señales de reactivación en M&A en un año de crisis en la banca de inversión
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MENOS ACTIVIDAD POR LA INFLACIÓN Y LOS TIPOS

Señales de reactivación en M&A en un año de crisis en la banca de inversión

Los expertos esperan más actividad tras el verano después de haber notado más interés en junio, aunque no esperan que vuelva a los niveles de 2021

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La banca de inversión vive, por segundo año consecutivo, un año difícil, especialmente en M&A. Apenas hay compras o fusiones de empresas, ante la incertidumbre económica, el encarecimiento de la financiación o la dificultad de hacer valoraciones con la inflación desbocada. En este contexto, el capital riesgo ha dado un paso atrás, y ha dejado a los profesionales con menos trabajo que nunca, aunque esperan cierta reactivación tras el verano.

En lo que va de año, de enero a julio, el mercado ibérico de M&A ha registrado un descenso interanual del número de operaciones del 19%, comparando con un año 2022 que ya fue negativo respecto a 2021 o sobre los números que se registraban antes de la pandemia. En total, según datos de TTR, ha habido 1.588 operaciones por un importe de 41.003 millones, un 32% menos que el mismo periodo del ejercicio previo. Los sectores más activos, aunque igualmente con caídas, han sido el inmobiliario, tecnología y renovables.

Foto: JPMorgan en Nueva York. (Reuters/Mike Sega)

Muchas de estas operaciones han sido de tamaño reducido, fuera de la gran banca de inversión. Restando también la actividad en Portugal, se queda un mercado difícil para los asesores españoles. La banca de inversión, descontando actividad intragrupo de los bancos, ha generado 285 millones de euros en comisiones entre enero y julio, según datos de Dealogic, con JP Morgan (24,8 millones), BNP Paribas (17,4 millones), Rothschild (17,1 millones), Barclays (16,6 millones), Santander (16,5 millones), y Goldman Sachs (15,1 millones) a la cabeza. El sector apenas ha generado una quinta parte de las comisiones del año pasado que, como se ha dicho, no fue especialmente bueno.

Si solo se tienen en cuenta las cifras de M&A, las cifras languidecen aún más. Destaca Rothschild, con 17,1 millones de ingresos que ha generado; JP Morgan y Barclays, por encima de los 13 millones, y UBS, con 10 millones. Son cifras escuetas que, en muchos casos, no sirven ni para cubrir costes, y mucho menos para pagar los bonus que son tan habituales en la industria.

Es una situación de crisis en banca de inversión global y, de hecho, muchos grandes grupos están en proceso de recortes. "Hasta la fecha se han realizado 25.631 operaciones en todo el mundo, mientras que, si observamos el mismo periodo del ejercicio anterior, vemos que se realizaron un total de 29.747. Respecto a EMEA, la caída en el volumen de operaciones es aún mayor, disminuyendo un 23% respecto el primer semestre de 2022. Sin duda, si tomamos como referencia el histórico ejercicio del 2021, donde se alcanzaron un total de 32.010 operaciones (en su primer semestre), la diferencia es aún mayor", resume Ignacio Aparicio, socio de Andersen.

Hay varios factores que explican la caída de actividad. "La inflación afecta a los insumos de las empresas, al igual que el deterioro marco, la financiación más cara y escasa afecta a los retornos y al precio. Las dificultades para los compradores se han reflejado también en la menor inquietud vendedora ante la expectativa de que los precios no serían atractivos o pudieran ser mejorables con el paso del tiempo", arguye Íñigo del Val, socio de Allen Overy.

En este contexto, el capital riesgo ha dado un paso atrás, después de años protagonizando sonadas compras, y también adquisiciones a menor escala que servían a grupos familiares para hacer caja con sus empresas. De hecho, los movimientos de los fondos private equity, explica Alejandro Payá, socio de Cuatrecasas, han sido de adquisiciones de participadas, lo que se conoce como add-ons. Asimismo, se ha reducido el tamaño de las operaciones: "Ha habido más actividad en el mid-market, con operaciones menos apalancadas debido al incremento del coste de la deuda y la mayor dificultad para conseguir financiación para adquisición de activos", añade el experto.

"Las perspectivas son alentadoras: notamos una aceleración importante desde junio"

La buena noticia para el sector es que hay visos de mejora. Varios expertos aluden a que en junio, antes del parón veraniego, han notado más interés. "Estamos viendo un importante repunte de actividad desde el mes de junio que creemos que va a traer un segundo semestre muy intenso", asegura Payá. El socio de Cuatrecasas apunta a sectores como inmobiliario, energía, tecnología y salud.

"Las perspectivas son alentadoras, pues notamos una aceleración importante desde principios de junio", señala Alejandro Alonso, socio de Ceca Magán, que agrega que, con “la negativa de la banca tradicional a seguir abriendo el grifo y el encarecimiento de los tipos, los fondos de financiación alternativa se están posicionando con más fuerza aunque las empresas siguen resistiéndose a recurrir a ellos dado el elevado coste de la financiación que supone su contratación”.

En la misma línea, Jose A. Zarzalejos, socio de KPMG, también observa un repunte: "Venimos observando una ligera mejoría de la actividad durante los últimos dos meses, en un contexto en el que compradores y vendedores han factorizado como parte de la ecuación inversora un entorno de tipos altos y de mayor incertidumbre a corto y medio plazo. Sin embargo, creo que estamos todavía lejos de poder hablar de un entorno de clara reactivación, sencillamente por el hecho de que todas las variables que han actuado como obstáculos a la actividad transaccional siguen desplegando sus efectos en la economía a día hoy".

¿Afectan las elecciones?

Algunos expertos alertan de que la incertidumbre política puede pesar. "El resultado de las recientes elecciones nos ha dejado quizá con más incertidumbre de la que vivíamos meses atrás, y puede resultar complicado augurar el futuro de las operaciones de M&A al menos hasta que se termine de definir si nos veremos abocados a unos nuevos comicios o si podemos contar con un Gobierno en los próximos meses que favorezca la seguridad en las inversiones. A corto plazo no será extraño ver cómo las empresas alargan sus procesos de decisión en cuanto a inversiones a realizar hasta que se resuelva la situación política actual", argumenta Ignacio Aparicio, de Andersen.

"La incertidumbre política derivada de los resultados electorales del pasado 23 de julio no es descartable que pueda generar inestabilidad y tensiones, en este momento, inoportunas y poco deseables", añade, en la misma dirección, Alejandro Alonso, de Ceca Magán.

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En lo que hay consenso es en que los criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés) cada vez son más relevantes para los compradores. "Puesto que el futuro avanza hacia una descarbonización y de la mano de los criterios ESG, continuaremos observando cómo el sector energético sigue como tendencia ascendente en M&A", comenta Aparicio.

"Los sectores más activos son los que llevan siéndolo un par de años o más: energía (sobre todo renovables), salud, infraestructuras y todo lo relativo a agricultura tecnológica y ESG", añade Del Val, de Allen Overy.

También hay que pensar en sectores defensivos, alude Jose A. Zarzalejos, de KPMG: "Aquellos que se apoyan en tendencias de largo plazo que de alguna manera aseguran el incremento constante de la demanda son los que han atraído un mayor volumen de inversión. Sanidad, energía, tecnología, telecomunicaciones e infraestructuras son las áreas de mercado en las que más actividad transaccional hemos visto".

La banca de inversión vive, por segundo año consecutivo, un año difícil, especialmente en M&A. Apenas hay compras o fusiones de empresas, ante la incertidumbre económica, el encarecimiento de la financiación o la dificultad de hacer valoraciones con la inflación desbocada. En este contexto, el capital riesgo ha dado un paso atrás, y ha dejado a los profesionales con menos trabajo que nunca, aunque esperan cierta reactivación tras el verano.

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