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El gran año de las energías ‘sucias’ en bolsa: ¿seguirán subiendo o han tocado techo?
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El petróleo encabeza el 'ranking'

El gran año de las energías ‘sucias’ en bolsa: ¿seguirán subiendo o han tocado techo?

El petróleo encabeza el 'ranking' de rentabilidad, con un avance cercano al 20%, según datos de Bank of America, con los metales industriales en segunda posición, con un avance del 8%

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Paradoja total… ¿O no? En pleno auge del discurso sostenible, en el momento de mayor conciencia social y empresarial en la transición hacia las energías menos contaminantes, las materias primas y los fondos de energía tradicional lideran las rentabilidades en los mercados el último año, mientras que los de alternativas se han dado un buen trastazo.

El petróleo encabeza el ranking de rentabilidad de los principales activos en 2022, con un avance cercano al 20%, según datos de Bank of America, con los metales industriales en segunda posición, con un avance del 8%. Entre los índices sectoriales, también las empresas de energía tradicional destacan, con un avance del 17%.

Estos datos se trasladan también a los fondos que invierten en este tipo de fuentes contaminantes y empresas energéticas tradicionales. A un año, los fondos del sector energía se han revalorizado más de un 40%, según los datos de Morningstar que se pueden consultar en Finect.

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El de mayor revalorización de la categoría a este plazo, el BlackRock World Energy Fund, obtiene una rentabilidad superior al 50% a 12 meses. Y lo logra con los nombres más clásicos de la industria petrolera tradicional como principales posiciones en cartera: Chevron, Totalenergies, Royal Dutch Sell, Exxon Mobile, ConocoPhillips…

¿Cómo es posible, cuando precisamente muchas de ellas han sido duramente criticadas por su impacto negativo en el medio ambiente? ¿Por qué están encabezando el rendimiento de los mercados, cuando la ola de la inversión en teoría apunta hacia la dirección opuesta?

Un sector infrainvertido los últimos años

Los gestores más positivos con el sector de la energía apuntan a varias razones. Entre ellas, una podría considerarse, nueva paradoja, un efecto colateral del interés por las alternativas. Al estar recibiendo estas últimas las mayores inversiones, apenas se ha dedicado financiación a las energías tradicionales, que sin embargo todavía resultan muy necesarias para dar respuesta al incremento del consumo energético mundial.

Si aumenta la demanda, pero no se invierte en nuevas instalaciones o mejorar las existentes, el resultado será una oferta más limitada y, como consecuencia, un incremento del precio. Una situación que ha coincidido además con el famoso cuello de botella en las cadenas de suministro, provocado por los desequilibrios de la pandemia, que ha contribuido a disparar el coste de las materias primas.

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Resultado: los resultados de las empresas energéticas se han disparado: “Las compañías están ganando más que en cualquiera de los últimos siete años”, explicaban desde Azvalor Asset Management en su última carta trimestral. “El sector representa ya en el cuarto trimestre de 2021 más del 6% de los beneficios del S&P500, y sin embargo sólo pesa un 3,5% en este índice”. Y por eso, se mantienen optimistas: “Cotiza un 20% por debajo de donde estaba hace dos años, pese a que el precio del crudo está un 25% más arriba”, añaden.

Su fondo Azvalor Internacional, con un alto peso en empresas energéticas, se está beneficiando de este intenso rally alcista. A pesar del complicado inicio de año en las bolsas, está en máximos históricos, con una subida superior al 15% en 2022 y del 42% a 12 meses.

Petróleo: ¿superará los 100 dólares?

¿Y el ‘oro negro’? ¿Seguirá subiendo? De momento, el barril de Brent se ha frenado en las inmediaciones de los 100 dólares y ha vuelto hasta la zona de los 90 dólares. ¿Pero llegará a los 100? ¿Y a los 120? Según el analista financiero Juan Ignacio Crespo: “En la comparación con otros años muy calamitosos o de subidas de tipos de interés, sólo hay uno en que las materias primas no suben de precio”, por lo que no se puede descartar ese viaje hacia niveles superiores.

Pero entre las grandes firmas hay quien ya está cambiando de opinión. Por ejemplo, los analistas de energía de Bank of America, que hasta ahora contemplaban un Brent a 120 dóloares, ahora ya no lo ven tan claro.

Creen que la posible relajación en las sanciones a Irán llevará a un aumento de la producción, lo que supondrá una rebaja del precio del crudo entre 10 y 15 dólares. Y que esto, unido a la llegada de la estacionalidad primaveral y veraniega, podría llevarse los precios más abajo. De hecho, estiman que el Brent baje a los 75 dólares para final de 2022.

Foto: Parqué de la Bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)

En BlackRock, no obstante, recuerdan que no debería extrañar tanto periodos de evolución muy positiva de las energías no limpias dentro del macrociclo a favor de las limpias: “La restructuración implicará una enorme reasignación de los recursos que, creemos, transformará el entorno macroeconómico”, pero con “periodos en los que la energía tradicional podrá beneficiarse de los desajustes entre la oferta y la demanda”. Según explican en un informe los estrategas de la firma, en esos momentos habrá “oportunidades de inversión en los productores de petróleo y gas de bajo coste que lideren la descarbonización en sus sectores”.

Para quienes así lo vean, y quieran apostar más por la gran tendencia de largo plazo, puede ser un buen momento para echar un vistazo a los fondos de energías alternativas y limpias, ya que después del batacazo del último año se pueden encontrar valoraciones más interesantes.

“A pesar de las actuales dificultades, la transición energética sigue representando una oportunidad a largo plazo. En este sentido, es fundamental aprovechar las disrupciones que surjan a corto plazo como una oportunidad de compra, especialmente teniendo en cuenta el potencial de crecimiento de la temática”, explican desde Schroders.

Eso sí, por la alta volatilidad de estos sectores, tanto el de energías limpias como tradicionales, siempre en la medida que lo permita el perfil de riesgo de cada inversor.

Paradoja total… ¿O no? En pleno auge del discurso sostenible, en el momento de mayor conciencia social y empresarial en la transición hacia las energías menos contaminantes, las materias primas y los fondos de energía tradicional lideran las rentabilidades en los mercados el último año, mientras que los de alternativas se han dado un buen trastazo.

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