Así es Palantir, la 'start up' que capturó a Osama Bin Laden y ahora sale a bolsa

Palantir ya tiene en marcha su salida a bolsa. La veterana 'start up', una de las pocas de Silicon Valley que no había probado las mieles bursátiles, ya ha presentado toda la documentación para dar un paso que puede traerle muchos quebraderos de cabeza.

Nacida en 2004 con Peter Thiel entre sus fundadores, la compañía se dedica a recopilar enormes cantidades de datos para luego vendérselos a gobiernos y empresas de todo el mundo. Son, grosso modo, los espías del mundo.

Sus actividades son casi tan opacas como sus cuentas, pero las conexiones con el Pentágono, sede del poder militar estadounidense, son tan evidentes como que Palantir jugó un papel relevante en la captura de Osama Bin Laden, el terrorista más buscado hasta que fue localizado al norte de Pakistán gracias a la operación Lanza de Neptuno. Los contratos con las autoridades de Defensa de EEUU han servido a Palantir para facturar más de 1.200 millones de dólares.

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La salida a bolsa es un movimiento muy relevante para la compañía, que hasta se había limitado a coquetear con el parqué. Ahora tendrán que quitarle toda la oscuridad tanto a sus actuaciones como a sus cuentas, con todo lo que eso puede conllevar.

De hecho, ya barajan que la opción para salir a bolsa sea la de listar las acciones sin emitir nuevas, un camino que ya han tomado otras tecnológicas como Spotify o Slack. De esta manera se ahorran los gastos de contratar a grandes bancos de inversión para dirigir el proceso de emisión y evitan la convulsión que suele acompañar a los debuts de las empresas del sector.

Esta estrategia tiene, claro, cosas malas. Para empezar, que no consigues levantar nada de capital, algo que si podrías hacer con la emisión de títulos. Actualmente Palantir se encuentra inmersa en un proceso para captar 960 millones de dólares, de los que ya han asegurado 550 millones. Por tanto, no sería descartable que tomaran finalmente la vía tradicional.

Poco se sabe del estado de las cuentas de la 'start up'. Las estimaciones apuntan a que en el año 2019 facturaron entre 750 y 1.000 millones de dólares, si bien casi todos los analistas coinciden en que Palantir no ha conseguido todavía cerrar un ejercicio fiscal con beneficios. Thiel ya ha deslizado que 2020 podría ser el primer año con números verdes.

¿Es casualidad que alcancen el 'break even' en medio de una pandemia que ha destrozado la economía mundial? No. La expansión del coronavirus ha sido una importante vía de ingresos para Palantir, que ha alcanzado acuerdos con muchos gobiernos y empresas de todo el mundo para venderles los datos que han conseguido recopilar. Esa labor ha provocado críticas contra una empresa que por norma general no despierta muchas simpatías.

Su modelo de negocio también tendrá que ser juzgado por los inversores, una vez puedan bucear en los libros. Thiel lleva mucho tiempo defendiendo que son una empresa tecnológica, mientras que muchos analistas creen que se trata de una compañía de 'software'. La diferencia podría medirse en miles de millones, y si no que se lo digan a Tesla.

Un fundador polémico

Si Palantir es una empresa polémica quizás es porque su fundador la hizo a su imagen y semejanza. Peter Thiel es un hombre que no despierta demasiadas simpatías ni entre los gigantes de Silicon Valley ni entre el gran público.

Su fortuna, estimada en algo más de 2.000 millones de dólares, procede de la fundación de Paypal, empresa en la que trabajó con Elon Musk y que luego vendieron a Ebay. También fue uno de los primeros inversores en Facebook, ayudando a Mark Zuckerberg en las primeras etapas de la red social, en la que llegó a tener asiento en la junta directiva.

Su cercanía con Donald Trump, al que apoyó en la carrera por la Casa Blanca tanto a nivel mediático como financiero -donó más de un millón de dólares-, ha sido muy criticada. Thiel formó parte del consejo de asesores del presidente y ha jugado un papel a la hora de presionar a gigantes como Google cuando no han estado del todo dispuestos a colaborar con la Administración.