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Bauer (M&G): las compras del BCE han encendido el modo 'risk-on' del mercado
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El experto hace balance del mandato de Draghi

Bauer (M&G): las compras del BCE han encendido el modo 'risk-on' del mercado

Experto en bancos centrales y en renta fija de M&G Investments, considera que el mejor legado que Draghi ha dejado a Lagarde es una batería de herramientas monetarias

Foto: Wolfgang Bauer, gestor de M&G Investments.
Wolfgang Bauer, gestor de M&G Investments.

Este jueves se ha despedido Mario Draghi tras ocho años al frente del Banco Central Europeo (BCE) y su legado pasará a los libros de historia. No solo por enfrentarse a la peor crisis desde la Gran Recesión, sino por cambiar el propio rumbo de la institución. En este sentido, Wolfgang Bauer, experto en política monetaria y en mercados de deuda de M&G Investments, considera que el mejor legado que el banquero italiano ha dejado a Christine Lagarde es una batería de herramientas de transmisión de política monetaria más allá de los tipos de interés para afrontar la próxima crisis.

PREGUNTA. ¿Ha sido Draghi un temerario o un visionario?

RESPUESTA. En términos generales, ha sido uno de los banqueros centrales más 'impactantes' de su generación. Se ha tenido que enfrentar a un mandato realmente muy complicado. Además, gestionar una unión monetaria es significativamente mucho más difícil que una economía única y homogénea. Creo que ha llevado los límites de la política monetaria en Europa más lejos que ninguno antes, y mucho más allá de lo que hace 10 años ningún partícipe del mercado jamás pensó que fuera posible.

Foto: Mario Draghi, en una conferencia en Atenas. (EFE) Opinión
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Ha sido el hombre más pragmático de la oficina. Sus medidas se han implementado porque él realmente creía que era lo que había que hacer. Y ha tenido éxito en la transmisión mediática de la política monetaria, que es un trabajo especialmente difícil.

Mi resumen sobre su legado es que hizo lo que había que hacer y en líneas generales es justo decir que el BCE ha sido una fuerza estabilizadora de Europa.

P. ¿Cree que realmente Draghi ha logrado cambiar la mentalidad del ala más dura, alemana, del BCE?

R. No ha habido un consenso nunca claro en el BCE y siempre se han producido muchas intrahistorias dentro. La última reunión (la de septiembre) es un ejemplo. Pero el BCE no es el banco central de Alemania, es el banco central de la eurozona y tiene el reto de transmitir la política monetaria a todas partes, no solo a unas ciertas partes de la eurozona. Y se ha probado que sus políticas monetarias se han adoptado pensando en lo que era mejor para la unión monetaria.

Si preguntas hace 10 años si iba a ser capaz de mantener los tipos de interés en mínimos históricos tanto tiempo o si iba a ser capaz de implementar un programa de compra de bonos, la respuesta hubiera sido negativa, y él ha sido capaz de lograr con sus más y sus menos un consenso.

P. Ha jugado al límite…

R. Creo que es una cuestión global, que los bancos centrales han redefinido cada vez más sus mandatos. Es verdad que sobre el papel su objetivo es mantener estable la inflación, pero en la práctica su mandato ha ido más en línea con los de otros banqueros centrales.

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P. ¿Cree que Lagarde va a ser capaz de cambiar oficialmente el mandato del BCE?

R. Es posible, pero es difícil que lo cambie porque requiere de un consenso. Pero no va a haber tampoco grandes cambios de gestión, en tanto que la gestión de Largarde va a ser continuista, también en lo referente a la previsibilidad, y no necesariamente va a sorprender a los mercados, va a promover la estabilidad financiera y no esperamos ningún cambio dramático en este sentido.

P. ¿Qué herencia deja Draghi a Lagarde?

R. Probablemente, el mayor cambio que deja en la oficina del BCE tras ocho años es que las herramientas a su disposición han aumentado en comparación con las que tenía a su alcance cuando comenzó y Lagarde tiene ahora muchas más herramientas de política monetaria. Y, esencialmente, el QE es considerado una medida más de la que el banco central se puede valer si es necesario.

La señal más alcista para el mercado es que tiene un final abierto. No ha dicho “voy a comprar activos durante seis meses y luego ya veremos”

Sin embargo, para ella ahora es un reto comenzar un mandato con unos tipos de interés de depósito en -50 puntos básicos, y si vemos una desaceleración del crecimiento global o una caída de la economía, va a ser difícil para ella utilizar los tipos de interés como el principal 'driver' para transmitir la política monetaria.

P. La semana que viene se reactiva el programa de compra de activos… ¿Cómo cree que lo va a recibir el mercado?

R. Fue muy interesante cuando en la reunión del pasado mes de septiembre anunció una nueva ronda de compras de activos. La señal más alcista para el mercado es que tiene un final abierto. No ha dicho “voy a comprar activos durante seis meses y luego ya veremos”, sino que ha dicho “el tiempo que sea necesario”. Esto implica que el soporte del BCE y mantener la liquidez de los mercados está contemplado a largo plazo.

Así, aunque los detalles no hayan sido desarrollados —el mercado no sabe cómo va a ser ni, por ejemplo, cuántos bonos soberanos va a comprar—, los mercados han reaccionado en el sentido de que han encendido el modo 'risk-on' en determinados activos y, por ejemplo, los bonos corporativos lo han hecho muy bien.

Y creo que en tanto que no se sabe cuánto se va a comprar de cada tipo de activo, todavía hay margen para que los mercados tengan noticias positivas que vendrían por el lado de una mayor compra de deuda corporativa de lo que se espera y que, hasta ahora, ha oscilado en una banda de entre un 10% y un 20%.

P. ¿Cree que el BCE va a meter los bonos del sector financiero en su radar?

R. Hasta ahora, no ha comprado nunca bonos de los bancos, y por una buena razón, se crearía un conflicto de intereses. No puedes tener el rol de regulador del sector bancario y con la otra mano financiar los bonos que pueden crear un conflicto de interés. Y ya en septiembre introduciendo el 'tiering' lanzó un mensaje 'amigable' para el sector, por lo que no es ya necesario que compre sus bonos.

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P. ¿Los mercados están apostando por la llegada de una recesión?

R. Diferentes partes del mercado están lanzando distintas señales, por lo que en estos momentos hay confusión. Si miras las puras rentabilidades de los bonos soberanos, están en niveles muy, muy bajos, con lo que podrías afirmar que hay pesimismo, pero si miras los activos de más riesgo, por ejemplo en el mercado de acciones en EEUU o los bonos corporativos, la foto es muy distinta y el mercado es optimista.

Además, los datos económicos que se están conociendo también son mixtos… Lo que es innegable es que estamos en un final de ciclo, pero este ciclo no va a terminar de manera inmediata y no esperamos una fuerte recesión de manera inmediata aunque, por supuesto, las cosas pueden cambiar si alguno de los riesgos de cola se materializan.

P. ¿Está preparada Europa para una crisis?

R. La pregunta es cómo te puedes preparar para una crisis, porque ninguna crisis es como la anterior. Siempre te puedes preparar para las crisis pasadas, pero la que venga será diferente. En comparación con situaciones anteriores, el BCE tiene más herramientas en sus manos y es relativamente bastante fácil en el mercado actual incrementar el QE sin causar mayores disrupciones.

Pero indudablemente tiene que haber una respuesta fiscal por parte de los países y si vemos, por ejemplo en Alemania, un aumento del paro, caída económica, daños en el sector del automóvil, etc., creo que la mentalidad ha cambiado y se está más dispuesto a tener una mayor flexibilidad en cuanto a la ortodoxia del gasto que antes.

P. Para finalizar, ¿dónde ve potencial dentro del mercado de bonos?

R. Hay que mirar muy de cerca el mercado de bonos porque los inversores, más que una exposición a los mercados de mayor riesgo, deben hacer un profundo análisis fundamental, y entonces podrán encontrar oportunidades en el mercado de crédito. Por ejemplo, algunas empresas en EEUU y en Europa que están más interesantes por el lado de la deuda corporativa que por el lado de las acciones.

Este jueves se ha despedido Mario Draghi tras ocho años al frente del Banco Central Europeo (BCE) y su legado pasará a los libros de historia. No solo por enfrentarse a la peor crisis desde la Gran Recesión, sino por cambiar el propio rumbo de la institución. En este sentido, Wolfgang Bauer, experto en política monetaria y en mercados de deuda de M&G Investments, considera que el mejor legado que el banquero italiano ha dejado a Christine Lagarde es una batería de herramientas de transmisión de política monetaria más allá de los tipos de interés para afrontar la próxima crisis.

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