La inflación, ese monstruo que se come el ahorro
Las inversiones con una baja rentabilidad pueden parecer una buena opción... hasta que la inflación acaba devorando ese retorno. Así debe trabajar tu dinero para dar un mayor rendimiento
Cuando uno pone su dinero a trabajar tiene que pensar en batir al principal enemigo del ahorro, la inflación. Es decir, hay que invertir en productos financieros con una rentabilidad superior al Índice de Precios al Consumo (IPC), ya que este se come las ganancias. Y es que el paso del tiempo hace que las cosas pierdan valor y lo que podíamos comprar hace dos décadas con 5.000 euros, hoy necesitará 7.600 euros, tal y como demuestra la calculadora del Instituto Nacional de Estadística (INE). En otras palabras, el IPC se habría comido la mitad de nuestro dinero. Por eso, cuando hablamos de este índice en términos financieros nos referimos al monstruo de la inflación.
De nada sirve tener guardado el dinero bajo el colchón o en una cuenta corriente del banco, hay que invertirlo en un producto que cubra la inflación. De lo contrario, estaremos perdiendo dinero.
Por ejemplo, de media los depósitos bancarios rentan el 0,04%, según los datos del Banco de España. En otras palabras, tienen nula rentabilidad. Por su parte, la inflación de junio cerró en el 0,4% con lo que la cuenta sale negativa. Como los precios varían mensualmente, hay que hacer números mirando la evolución de estos a lo largo del tiempo. El objetivo del Banco Central Europeo (BCE), que es quien vigila al monstruo, es mantenerlos en el 2%, por lo que hay que buscar productos financieros que, como mínimo, renten por encima de ese nivel. “Para la economía, una inflación moderada es positiva, pero para el ahorrador la inflación es siempre una mala noticia porque destruye el poder adquisitivo de nuestros ahorros”, afirma Gustavo Trillo, director comercial de la gestora value Bestinver.
La clave: los activos reales
En términos de ahorro, para combatir la inflación hay que invertir en activos reales a largo plazo, como las acciones o los inmuebles. Esto significa que si invertimos en activos financieros como la renta fija (bonos, obligaciones, letras del Tesoro, pagarés) no nos protegeremos del monstruo, ya que, a diferencia de los anteriores, estos no recogen en su precio el IPC. “La inversión en activos reales puede ayudarnos a combatir esta amenaza silenciosa. Especialmente si somos capaces de identificar compañías con capacidad de fijación de precios, que pueden trasladar a sus bienes y servicios los incrementos de costes sin perder ventas. No tomar decisiones por miedo a la volatilidad de los mercados financieros tiene en realidad un elevado riesgo de perder poder adquisitivo, como muestran las matemáticas”, aclara la gestora independiente.
Y es que a corto plazo el mayor riesgo para el inversor son las correcciones de los mercados, esas subidas y bajadas repentinas de los precios, que son suavizadas si se invierte con un horizonte temporal amplio. La volatilidad, incluso, ofrece la oportunidad de obtener mayores ganancias al tener la posibilidad de comprar más barato. “Al coger subidas y bajadas de los precios evitaremos el riesgo de entrar en un momento del mercado caro”, explica José Luis Manrique, director de Estudios de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco).
"Una inflación moderada es positiva, pero para el ahorrador es una mala noticia porque destruye el poder adquisitivo de nuestros ahorros"
“La volatilidad es inherente a los mercados de renta variable, y soportar las correcciones es el precio que debemos pagar para obtener rentabilidades atractivas a largo plazo. Lo que tenemos que evitar son las pérdidas permanentes de capital, lo que requiere de una adecuada gestión del riesgo, mantener un elevado margen de seguridad, centrarte en tu círculo de competencia y diversificar suficientemente tu cartera”, añade Trillo.
El Confidencial, en colaboración con Bestinver, gestora independiente especializada en fondos de inversión y planes de pensiones, pone a disposición de sus lectores el espacio Ahorro e Inversión. Con 30 años de experiencia y 6.200 millones de euros de patrimonio bajo gestión, Bestinver trabaja con el objetivo de generar las mejores rentabilidades a largo plazo para sus inversores.
Cuando uno pone su dinero a trabajar tiene que pensar en batir al principal enemigo del ahorro, la inflación. Es decir, hay que invertir en productos financieros con una rentabilidad superior al Índice de Precios al Consumo (IPC), ya que este se come las ganancias. Y es que el paso del tiempo hace que las cosas pierdan valor y lo que podíamos comprar hace dos décadas con 5.000 euros, hoy necesitará 7.600 euros, tal y como demuestra la calculadora del Instituto Nacional de Estadística (INE). En otras palabras, el IPC se habría comido la mitad de nuestro dinero. Por eso, cuando hablamos de este índice en términos financieros nos referimos al monstruo de la inflación.