El rey Midas de Fluidra o cómo ganar un 500% en cinco años
Hace exactamente cinco años decidió, a título personal, entrar con fuerza en el accionariado de la empresa catalana de piscinas y soluciones de tratamiento de aguas Fluidra
A Manuel Puig Rocha le ha salido rentable probar suerte fuera de la empresa familiar que lleva su mismo nombre. Y es que hace exactamente cinco años decidió, a título personal, entrar con fuerza en el accionariado de la empresa catalana de piscinas y soluciones de tratamiento de aguas Fluidra. Lo hizo cuando las acciones se encontraban en torno a los 1,75 euros y hoy, un lustro después, se venden a 10,4 euros, lo que supone un 499% de ganancia.
Puig Rocha se encuentra entre las mayores participaciones de la compañía ubicada en Sabadell, con un 5,010% del capital, solo detrás del consorcio de accionistas (35%) y de las familias fundadoras, entre las que se encuentra la familia Serra, que a través de su 'family office' (Boyser) controla el 14,12%, Edrem Sl, de Yolanda Corbera Serra (13,5%), y Juan Planez Vila, con el 12,149%.
Así, el paquete accionarial, que primero fue del 4,1% y al poco amplió al 5% actual ha pasado de valer unos 8,5 millones a alcanzar los 59 millones de euros después del último subidón bursátil de ayer, cuando los títulos de la compañía se dispararon un 17% tras la fusión de Fluidra con la estadounidense Zodiac para crear un gigante mundial que facture anualmente 1.300 millones de euros.
Con una fortuna personal de 500 millones que le valen el puesto 59º de los españoles más ricos de 'Forbes', Manuel Puig Rocha es vicepresidente del Grupo Puig, primo del actual presidente, Marc Puig. Ambos son los primogénitos de Manuel Puig y Marc Puig y representan a dos de las cuatro ramas de la familia. De hecho, Manuel controla el 24% del grupo de perfumería. Su entrada en Fluidra se hizo a través de su grupo familiar Maveor, el 'holding' que controla otras sociedades como algunas inmobiliarias.
Desde su entrada en noviembre de 2012 y su ampliación en enero de 2013, el empresario no ha movido un euro en la compañía mientras ha visto cómo año tras año su inversión se iba revalorizando. De hecho, es una de esas empresas que han sabido ver en el pinchazo de la burbuja inmobiliaria una oportunidad para salir de "su zona de confort" y crecer exponencialmente.
No en vano, antes de 2007 se construían unas 50.000 piscinas al año y la cifra se desplomó a las 6.000 en los años más duros de la crisis del ladrillo. Sin embargo, supo diversificar hacia otras especialidades en el tratamiento del agua y expandirse más allá de nuestras fronteras para alcanzar una facturación de 750 millones en 2016 y un beneficio neto de 24,1 millones tras ganar un 85,2% más.
Ahora, con su fusión con Zodiac, podría aspirar, incluso, a dar el salto al Ibex 35. Y es que la nueva compañía, aunque no va a estar controlada por las familias fundadoras, que solo se quedan con el 28,8% frente al 42% del fondo Rhône Capital, seguirá cotizando en la bolsa española, mantendrá su sede en Sabadell y a su presidente, Eloi Planes. Y es que su capitalización actual se encuentra en los 1.166 millones, con lo que poco le queda para alcanzar a Técnicas Reunidas, con 1.565 millones, o Indra, con apenas 2.000 millones, algo que se puede producir muy probablemente una vez se materialice la fusión.
A Manuel Puig Rocha le ha salido rentable probar suerte fuera de la empresa familiar que lleva su mismo nombre. Y es que hace exactamente cinco años decidió, a título personal, entrar con fuerza en el accionariado de la empresa catalana de piscinas y soluciones de tratamiento de aguas Fluidra. Lo hizo cuando las acciones se encontraban en torno a los 1,75 euros y hoy, un lustro después, se venden a 10,4 euros, lo que supone un 499% de ganancia.
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