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Willbur Ross: en los problemas está la oportunidad
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Willbur Ross: en los problemas está la oportunidad

A Willbur Ross Jr. el éxito le ha llegado tarde, pero ha sabido coger al toro por los cuernos. Con 62 años de edad, hace tan

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Willbur Ross: en los problemas está la oportunidad

A Willbur Ross Jr. el éxito le ha llegado tarde, pero ha sabido coger al toro por los cuernos. Con 62 años de edad, hace tan sólo diez años, decidió abandonar Rothschild y montárselo por su cuenta para entrar en negocios pasados de moda: acero, textil, automoción y carbón. Desde entonces, Ross convierte en oro todo lo que toca, y no es fácil teniendo en cuenta que apuesta por compañías técnicamente muertas.

El secreto: un más que amplio conocimiento del capítulo 11 de la Ley de Bancarrota de Estados Unidos y poco miedo a ensuciarse las manos.

Con una fortuna de 1.800 millones de dólares, ocupa el puesto 556 de la lista Forbes, donde entró por primera vez en otoño de 2004. Su primer gran negocio fue la compra del quebrado fabricante de acero LTV por 325 millones de dólares en 2002. Sólo dos años después la vendió a ArcelorMittal por la friolera de 4.500 millones, entre efectivo y acciones, con la deuda perfectamente reestructurada y gracias a un empujón de la administración Bush, que gravó con un 30% de aranceles las importaciones de acero.

Este ha sido el modus operandi de Ross desde que abandonó Rothschield y su aterrizaje en lo más ‘sucio’ del tejido industrial de Estados Unidos ha sido todo un éxito. Supo aprovechar las oportunidades que el estallido de la burbuja le ofrecía. Invirtió en activos del acero del medio oeste, en las fábricas textiles del sur y en las minas de carbón de los Apalaches y todo ello lo ha convertido en un imperio.

Sin embargo, el inversor, al que conocen como Mr. Distress (El oportunista ), se caracteriza por la ausencia total de arrogancia, propia de los barones del private equity. Los que le conocen dicen que su semblante es más el de un asesor acostumbrado a hablar al oído de sus cliente. A la hora de describir su trabajo desdeña el término ‘inversor buitre’. Más bien se describe como “un ave fénix que se reconstruye de sus cenizas”.

Con el estallido de la crisis financiera, Ross está dispuesto a atacar de nuevo. Casado y con dos hijos, aseguraba la primera semana de marzo que el mercado de los seguros ofrece ahora grandes oportunidades, tras verse “fuertemente atacados por su exposición a la crisis subprime y al sector inmobiliario”.

Sin dar nombres, confesó estar estudiando compañías de seguros de vida, de fuego y de accidentes, que van a salir reforzadas. “Suelen cotizar a una o dos veces su valor contable, pero ahora cotizan a tres cuartas partes de su valor”. 

También recalcó que entre los bancos regionales y locales todavía hay numerosos asuntos por resolver “y tienen suficientes activos inmobiliarios en sus cuentas como para hacer de la mayor parte de ellos insolventes”. De hecho, WL Ross & Co acaba de adquirir Bank United en Florida por 925 millones.

Finalmente, defiende que “una gran oportunidad que está viniendo es el mercado de bonos municipales. Incluso si no quiebra, algunos gobiernos estatales o locales pueden llegar los suficientemente cerca de atemorizar con la muerte”, asegura. “Eso puede ser una maravillosa oportunidad de compra”.

A Willbur Ross Jr. el éxito le ha llegado tarde, pero ha sabido coger al toro por los cuernos. Con 62 años de edad, hace tan sólo diez años, decidió abandonar Rothschild y montárselo por su cuenta para entrar en negocios pasados de moda: acero, textil, automoción y carbón. Desde entonces, Ross convierte en oro todo lo que toca, y no es fácil teniendo en cuenta que apuesta por compañías técnicamente muertas.

Forbes